El conjunto aragonés angustia con la presión y el balón a un rival sin soluciones para salir de ese laberinto y vence con un gol de Liso (1-0)
Los equipos de Bordalás no entienden de estaciones, de partidos amistosos ni de alineaciones condicionadas por la falta de efectivos con galones, como fue el caso en esta ocasión. Son ejércitos siempre dispuestos para la batalla lo hagan con juveniles o muchachos del filial. En este encuentro, sin embargo, el Real Zaragoza, mejor armado en la alineación que anteriores compromisos aun pendiente de esa tropa de fichajes por llegar antes del cierre del mercado, llevó el encuentro a su terreno desde el primer al último minuto y superó en todo al Getafe sin pararse a escuchar sus problemas.
Dentro de su ternura estructural y de los opositores que faltan para el puesto de titular, su comportamiento regular, agresivo y colectivo estranguló a un enemigo sin apenas soluciones para salir de ese laberinto de presiones individuales y multitudinarias. Hasta esta cita poco se había visto y todavía quedan varias galaxias por descubrir mientras se construye la nave nodriza, la plantilla, pero uno de los principios básicos para competir se mantuvo inalterable mientras el balón estuvo en juego, con futbolistas que van a contar, otros que saldrán y meritorios con la guardia siempre alta. Los madrileños buscaron oxígeno con desesperación y sólo lo hallaron en el inicio de la segunda parte en Carles Pérez, quien exigió a Poussin en tres ocasiones que el francés resolvió con mucha solvencia.
Estos compromisos no sirven para extraer conclusiones sumarísimas. Pero es mejor superarlos dejando detalles. Si además ganas, tarde completa. En ese ejercicio coordinado de opresión sobre el poseedor de la pelota hubo un estupendo trabajo coral con Adrián Liso como soldado universal. El canterano ya demostró en Calahorra y Tarazona que lleva un motor de más. Contra el Getafe, su exhibición de perseverancia física y de elemento de fogosa amenaza lideró al Real Zaragoza tenaz y gobernador de los espacios. El chico es una apisonadora inteligente. En un metro gana dos y si los pierde, los recupera de vuelta. Liso representó el espíritu que trabaja un equipo que además contó con otro buque destructor como Azón, quien se puso exquisito ante un pase de Tasende para filtrar una magnífica asistencia al desmarque de Liso. Sólo ante Letacek, batió al portero por bajo como si esa acción fuera lo más natural del mundo. La triangulación dejó planchados a los azulones, lejos de Milla y de Aleña, sus pensadores apresados por el criterio y la anticipación de Aguado y Moya.
Latecek había desviado a córner un lanzamiento de Bermejo y se había anticipado por poco a una carrera de Soberón. El Real Zaragoza tiene, por ahora, dos versículos subrayados en su pequeña biblia: robar y correr. Esa poesía de mínima elaboración se le atragantó al prosaico Getafe, que no recibió más goles porque Azón, en su impagable derroche, sigue aún muy lejos de que lo que se le pasa por la cabeza acabe expresado por sus pies. Corre el peligro de quedarse tan sólo en el papel de forzudo que le ha dado fama pero no inspiración frente a la portería.
Quién sí estuvo a punto de embocar un zurdazo que hubiera supuesto el empate fue Álex Sola, pero uno de los postes de Femenías escupió la bala. El Getafe, tras los cambios, se afiló algo más, sobre todo la verticalidad de Carles Pérez, el único que hizo sufrir a Jair y Lluis López. El conjunto de Víctor Fernández continuó impasible a lo suyo, a llevarse las segundas jugadas, los rebotes, las peleas en la avenida o en el callejón. Aguerrido y decidido, como Pau Sans cuando se lanzó por un pasillo para poner a prueba los reflejos de David Soria. En ese instante ya estaban en el campo Keidi Barek, Bazdar, Luna, Barrachina, Nieto, Grau, Lucas Terrer, Sabater, Cuenca… Hincar el diente al Getafe, un Primera, no es sencillo aunque juegue con cadetes. Si Bordalás está en el banquillo, menos. Al triunfo hay que darle su justa medida: el Real Zaragoza supo siempre cuál era sus sitio y su guion. Y tuvo a Liso on fire. No está nada mal.
Getafe CF, 0: Letacek (David Soria, 46); Iglesias (Lee Sang, 46), Djené (Gastón, 46), D. Duarte (Alderete, 46), Diego Rico (Gorka Rivera, 46), Yellu (Nabil, 66), Milla, Uche (Carlas Pérez, 36’), Risco (Gorka, 46), Aleñá (Isma, 66), Álex Sola (Martín, 66).
Real Zaragoza, 1: Femenías (Poussin, 46); Jair (Sabater, 83), Lluís López, Tasende (Nieto, 75), Iván Calero (Marcos Luna, 75); Toni Moya (Keidi Bare, 75), Marc Aguado (Jaume Grau, 61), Bermejo (Pau Sans, 75); Liso (Marcos Cuenca, 83), Soberón (Bazdar, 61), Iván Azón (Sergi Enrich, 61).
Gol: 0-1, m.35: Adrián Liso