Ya está aquí. La salvación. El Real Zaragoza confirmará su permanencia por segundo año consecutivo si gana al Burgos este domingo en La Romareda (18.30). Tenía créditos suficientes como para que, a falta de seis jornadas para el ocaso del torneo, viviese esta recta final sin ansiedad alguna, esperando certificar su continuidad en Segunda un día u otro. Ese momento ha llegado facilitado por la derrota del Amorebieta en Anoeta contra la Real Sociedad B (2-1). Los vizcaínos se quedan con 34 puntos, los mismos que los donostiarras como equipos fronterizos con el peligro, mientras que el conjunto aragonés suma 48, por lo que con tres más, 51, se haría inalcanzable para ambos –ya lo era para el Fuenlabrada–, con el Alcorcón ya descendido.
El encuentro, el primero de media docena sin nada en juego desde que el empate con el Huesca condenara a los dos clubes a perder de vista el espejismo del sexto puesto, adquiere de esta forma un matiz atractivo en cuanto supone el cumplimiento de una de las condiciones para materializar la compraventa de la entidad, que ya sólo esperaría la autorización correspondiente del Consejo Superior de Deportes. Si el Real Zaragoza vence, el grupo inversor verá satisfecha la cláusula del acuerdo que exigía que se ratificara la continuidad del equipo en el fútbol profesional. El tiempo es importante, y cuanto antes mejor porque acelerará la puesta en escena del poryecto que lidera Jorge Mas y capitanea sobre el terreno Raúl Sanllehí, quien ya ha mantenido contactos y reuniones con los responsables de todas las áreas del club.
El Real Zaragoza, en el caso de triunfo, lograría evitar todo peligro tres jornadas antes que la temporada pasada, cuando después de un año de constantes angustias y de la mano de Juan Ignacio Martínez, firmó la permanencia en la 40 tras golear al Castellón por 3-0 en La Romareda. En esta ocasión, el trayecto ha sido también muy complicado pero reducido de necesidades porque los cuatro últimos se han anclado en la zona baja desde hace tiempo. Si no se pasara del empate, matemáticamente tanto Amore como Sanse podrían igualar al equipo aragonés siempre que este lo perdiera todo y ellos lograran todos los puntos en disputa, los 15. Sería cuestión de añadir un punto más en los próximos compromisos para dar carpetazo al asunto.
El partido va a ser tema serio. JIM así lo ha avisado. Primero porque esto es una empresa y los trabajadores tienen que cumplir con sus responsabilidades; segundo por una cuestión de honorabilidad, para alegrar la tarde a una afición que en casa tan sólo ha disfrutado de seis victorias y 15 goles. Una vez conocido el resultado de este mediodía en San Sebastián, porque dentro de ese paquete de obligaciones está el premio de la salvación. Juan Ignacio Martínez ya ha advertido que utilizará a sus mejores futbolistas, o al menos la columna vertebral sobre la que deposita su confianza. Que no habrá experimentos para seguir compitiendo con personalidad, al máximo nivel posible.
Se esperan así los cambios obligados de Azón, que descansará por precaución tras comprobarse que la molestia muscular que sufrió en El Alcoraz no es importante, y de Chavarría, quien cumple ciclo de tarjetas. Álvaro Giménez si elige dos delanteros o Narváez si prefiere a Sabin Merino solo arriba será la variación en ataque, mientras que atrás Nieto ocupará al lateral izquierdo. JIM puede dar algo de aire al centro del campo con la entrada de Francho por Vada, mientras Zapater se ha hecho con un hueco y Eugeni ofrece una calidad de toque que nadie tiene en esa parcela. El Burgos, flojo en los desplazamientos, es un rival de considerables equilibrios que en su vuelta a Segunda a rendido a un nivel lo suficientemente alto como para no sufrir lo más mínimo (un empate en El Municipal le sería suficiente para salvarse). El Real Zaragoza tiene razones para motivarse. Sin duda, esos tres puntos que le convertirían en el segundo club más veterano en una categoría en la que repetirá por décimo año consecutivo. Con el matiz de que esta vez, por fin, mucho va a cambiar.
Fotografía: El zaragozano Roberto López maca de penalti para el Sanse.