El equipo de Escribá tritura al Huesca en el primer cuarto de hora con goles de Francho y Giuliano y lo digiere en un gran encuentro que redondea Vada
Fran Escribá le pidió al genio de las previsiones de los partidos los tres deseos rutinarios en el fútbol: solvencia defensiva, eficacia atacante y competitividad regular. Más o menos la perfección para un equipo que ni mucho menos se había aproximado a la excelencia y que venía de un empate plomizo en Albacete. El duende, sin embargo, fue mucho más generoso y regaló al entrenador el encuentro de sus sueños en una cita de máxima rivalidad que sólo la entendieron así sus futbolistas. Los de Ziganda, ni pudieron ni supieron cómo descifrar la pasión y el vendaval generado por un enemigo que le sometió de principio a fin.
No sólo vio puerta el Real Zaragoza, sino que además consiguió la mayor goleada de la temporada frente un rival que había mantenido su portería a cero durante once jornadas. Dani Rebollo, que debutó en una noche de alta tensión, mantuvo virgen la suya sin apenas sufrir acoso alguno de los oscenses. Y el conjunto blanquillo elevó al máximo su imagen de ganador sin bajar la guardia pese a adelantarse muy pronto. El Huesca vio pasar el apocalipsis por encima de sus cabezas, incapaz de hallar una sola respuesta. Heredó todas las malas costumbres de su adversario: condescendiente en defensa, impreciso en la medular y sin pegada arriba fue desmontado por un Real Zaragoza con todas las piezas en su sitio.
Se esperaba a las puertas del pulso regional un juicio largo, con un lista extensa de testimonios centrocampistas y un no menos proceso paquidérmico hasta conocerse el veredicto final. Pero el Real Zaragoza no hizo esperar a su afición y le ofreció una sentencia rápida, casi sin dejar que el público se sentara en el graderío y que Jorge Mas, el presidente, se acomodara en el palco. Francho enganchó en el minuto 3 un disparo en la frontal que viajó por la moqueta hasta batir a Andrés Fernández. No fue casual ese amanecer zulú. La caballería de Escribá siguió dejando su herradura ambiciosa y vertical para conseguir el segundo en el 14, tras un córner que acarició de espaldas en el primer palo Francés, tocó Zapater en el centro y resolvió Giuliano a lo tremendo. El paseo de la pelota por el área azulgrana dejó también muy claro que el Huesca estaba de rebajas.
Los tantos inundaron el estadio de alegría ya no sólo por ser quien era el contrario, sino por ese desenfado y atrevimiento tan inusual, aliñado con un fútbol –otro deseo del duende– con un orden y una coordinación sobresalientes. Otro Real Zaragoza, sí, poseedor del esférico para causas prácticas y atractivas. El entretenimiento y lo vistoso del encuentro no sólo tuvo el argumento de los goles, sino el espléndido trabajo coral de un centro del campo donde Zapater y Francho, por fin en su lugar natural, dictaron la ley y Bermejo y Vada se emplearon con sacrificio y criterio. Las victorias del doble pivote aragonés en la mayoría de las primeras y segundas jugadas y la jerarquía que imprimieron hasta en los duelos aéreos resultaron fundamentales para estrangular al ya de por sí ahogado Huesca.
Giuliano también se dio su festín hasta que las molestias en la espalda que le habían tenido entre algodones le frenaron en seco. El argentino pintó la máscara a Jorge Pulido con sus carreras infernales y su habilidad para bautizar con su nombre los espacios libres. A su lado, Mollejo fue el mejor Mollejo del año. Casi siempre poseído por una ira interna que le destruye, esta noche consumió todas sus energías con una notable lectura de cómo luchar por los balones, hacerlos suyos y acunarlos. En una ocasión pecó de generoso tras asistirle Gabi Fuentes y devolverle el favor el colombiano con todo a su favor para marcar. Una mano de Juan Villar, de nuevo con Zapater cerca del lugar de los hechos, acabó en penalti tras revisión del VAR y Vada no tuvo misericordia para ratificar la sentencia mientras el duende de Escribá se declaraba culpable de este Real Zaragoza abrumador.
Real Zaragoza: Rebollo, Fran Gámez, Francés, Jair, Fuentes, Zapater, Francho, Bermejo (Jaume, 85´), Vada (Eugeni, 90´), Mollejo (Lluís López, 90´) y Giuliano (Puche, 77´).
SD Huesca: Andrés Fdez., Andrei, Jorge Pulido, Rubén Pulido, Florian, Kento (Sielva, 87´), Timor (Joaquín, 55´), Gerard V. (Soko, 81´), Vilarrasa (Salvador, 55´), Carrillo y Escriche (Villar, 81´).
Goles: 1-0; Francho (min. 3), 2-0; Giuliano (min. 14), 3-0; Vada p. (min. 91).
Árbitro: Arcediano Monescillo (comité castellano-manchego). Amonestó a Jair (min. 18) por parte del Real Zaragoza; y a Carrillo (min. 18), a Kento (min. 85) y a Villar (min. 90) parte del Huesca.