El Real Zaragoza será lo que quiera el Eldense

Desde que el 5 de abril el Eldense ganó 0-1 en el campo del Cartagena comenzó un periodo de temor sin precedentes ante la posibilidad de que el Real Zaragoza pueda descender de categoría. Ese miedo se apaciguó levemente cuando al día siguiente, el equipo aragonés lograba imponerse al Mirandés en La Romareda. De entonces a ahora, los encuentros del conjunto alicantino se han seguido casi tan de cerca o igual que los del cuadro blanquillo. Sus derrotas con el Sporting y el Racing de Ferrol más el empate frente al Cartagena han propiciado que el Real Zaragoza, empatando con el Eibar, siendo goleado en el estadio del Levante y firmando tablas con el Huesca se mantenga dos puntos por encima del descenso.

Podría ser, por qué no, que Málaga, Castellón (ambos cuatro puntos por encima del Zaragoza) e incluso Sporting (cinco puntos), llegaran a verse implicados en esta lucha, aunque con cinco jornadas por disputar y los cruces previstos, lo normal es pensar que esto es cosa de dos: el equipo blanquillo y el Eldense. No olvidemos también que en las últimas fechas se ve más de un resultado extraño por diferentes motivaciones que suelen aparecer en esta fase.

En un partido de tenis muy igualado, uno celebra prácticamente de la misma forma los tantos propios que los fallos del contrario. Los jugadores puede que lo disimulen más. Los aficionados se cortan poco, a pesar de que no parezca muy elegante. El símil sirve para la situación de desasosiego que viven los seguidores del Real Zaragoza, que ya se conocen de sobras a los Ortuño, LLabrés, Diawara, Timor, Gassama, Gámez o Marc Mateu, el profesor de balón parado de la Hypermotion. Es la columna vertebral del equipo de Elda y de la que, sencilla y llanamente, se espera que no dé su mejor versión en los quince puntos que quedan por disputar.

¿Y por qué mirar al conjunto rival en lugar de centrarse en el propio? Pues porque éste apenas ha mostrado mejoría. Por un lado, con Gabi se han obtenido seis puntos de 18, es decir, una media de un punto por partido y tan solo una victoria contra el Mirandés. Por otro lado, el juego solo ha mejorado levemente en intensidad (cosa esperable), pero en lo que a orden, automatismos, algún dibujo novedoso, apuesta decidida por algunos futbolistas (si acaso Poussin, Ares, Jair y Soberón), no se aprecia el sello Gabi por ningún lado. Tampoco en 11 partidos se puede construir una estructura muy sólida, pero seguramente se le puede exigir un poco más al míster. Sigo insistiendo en que su mayor cualidad a día de hoy, el valor añadido que ha sumado, es una personalidad y un porte que ayudan, por cómo lleva al grupo y por cómo vive los encuentros. ¿Será suficiente con esto? La respuesta la tienen los Ortuño, Timor, Marc Mateu y compañía.

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