El Levante prende fuego a un equipo sin alma que tiene en el Eldense la gran esperanza de su salvación (5-2)
El Levante celebró su particular falla en Valencia con un ninot que quemó con un par de cerillas, dos jugadas al comienzo del partido en las que el conjunto de Julián Calero exhibió todas sus virtudes y el Real Zaragoza su amplia colección de miserias, de equipo inflamable en su propia hoguera. Salió al partido sin alma, con el espíritu visiblemente amputado por las ausencias de Arriaga y Francho, de cuyas lesiones hay un parte médico ambiguo y un silencio sepulcral sobre cuáles son los verdaderos problemas del canterano, cuya baja en este desplazamiento se mantuvo en secreto no ofreciendo ni la citación. Eran dos bajas significativas, pero no lo suficiente como para justificar la desidia general, de nuevo los errores individuales y un planteamiento de partido indescifrable por parte de Gabi Fernández, que ha venido a pescar en un lago sin peces. El técnico probó de nuevo con Ares, que le ha caído en gracia, en lugar de Pau Sans, y sentó a Soberón para que Alberto Marí hiciera punto con Bazdar en una delantera sin nervio alguno. Da lo mismo quién salga en el once porque si no fuera por el dorsal sería muy complicado distinguirlos. Casualmente o no aparecieron en la recta final Pau Sans y Soberón para marcar en un encuentro donde si el Levante hubiese necesitado seis goles, habría hecho siete. Se conformó con cinco, un resultado que elaboró a su gusto y que le recuerda al Real Zaragoza que ya sólo tiene al Eldense como la gran esperanza de su salvación. Quizás el Málaga. Nadie más.
A seis jornadas del final, la desgracia ajena se recibe con jolgorio. La derrota del Eldense en Ferrol unas horas antes de que comenzara la inmolación en Valencia fue recibida como una bendición. Las noticias que llegaron desde Huesca, próximo rival en La Romareda, también se festejaron con júbilo: expulsiones de Loureiro, Jorge Pulido y Hugo Vallejo y lesión de Dani Jiménez. El Real Zaragoza ha sustituido el fútbol que nunca ha tenido por sesiones de vudú, por malos pensamientos. Esta derrota era previsible, pero concederla a los 12 minutos es impropio de alguien a las puertas de despedirse de las categorías profesionales. Morales le desabrochó el fajín y un par de costillas a Vital con dos quiebros, centró y el pequeño Carlos Álvarez metió la cabeza entre una defensa poblada y entumecida. Un aperitivo letal. Seis minutos después, Poussin abandonó el área sin el traje de superhéroe que alquiló hace una semana, y montó un jaleo que Álex Forés resolvió a portería vacía. La farándula rebosaba de malos comediantes, y el Levante aprovechó para esculpir su triunfo con toda la cita por delante. Ese tiempo lo manejaron los locales a su antojo, con un único error de Oriol Rey que dejó a Bazdar sólo ante Andrés Fernández. Pero el bosnio tiró fuera el balón con la languidez que le acompaña, una actitud contagiosa que también se apoderó del resto de sus compañeros. Liso está sin cobertura ni batería, cada día más irreconocible. Y Guti no alcanza ni de lejos la versión anterior a su grave lesión de rodilla, mientras Moya embellece el campo con pases intrascendentes.
Tasende y Soberón sustituyeron a Luna y Bazdar en el descanso. De vuelta del vestuario, Jair se tragó una pelota ante Morales, una de esas desconexiones que el portugués sufre como si le hubieran apagado el interruptor a un robot. El Comandante corrió hace Poussin y con una clase descomunal le vendió un amago para hacer el tercero. El muñeco de Gabi ardía por los cuatro costados producto de su incapacidad para competir lo más mínimo contra un adversario de otra galaxia, para disimular su sordidez deportiva. Kochorashvili, Carlos Álvarez, Oriol Rey y Xavi Grande por la derecha y Pampín por la izquierda, por dentro y por fuera, a otra velocidad, con otra calidad. Espí salió del banquillo para hacer su trabajo, que es marcar, y de un testarazo firmó el cuarto, a lo que el Real Zaragoza respondió con un buen pase de Ares que Sans alojó en la red con un frentazo. Calero hizo penalti e Iván Romero no falló. Luego, con Aketxe en el césped como adorno navideño, emergió Soberón en el segundo palo para establecer el 5-2 definitivo de un partido que deja al Real Zaragoza donde ya estaba, dos puntos por encima de la permanencia, poniendo velas negras en el calendario para que el Eldense siga estancado. Porque además de ser malo sólo le queda ser malvado. Qué amargura.
5 – Levante UD: Andrés, Xavi Grande, Unai, Ignasi, Pampín, Rey (Iborra, m.59), Kochorashvili, Carlos Álvarez (Pablo Martínez, m.68), Brugué (Espí, m.81), Morales (Lozano, m.68) y Forés (Iván Romero, m.59).
2 – Real Zaragoza: Poussin, Luna (Tasende, m.45), Vital, Jair, Calero, Adu Ares, Raúl Guti (Lucas Terrer, m.79), Toni Moya (Pau Sans, m.70), Liso (Aketxe, m.57), Alberto Marí y Bazdar (Soberón, m.45).
Goles: 1-0, m.6: Carlos Álvarez. 2-0, m.12: Forés. 3-0, m.50: Morales. 4-0, m.85: Espí. 4-1, m.89: Pau Sans. 5-1, m.92: Iván Romero (penalti). 5-2, m.93: Soberón.
Árbitro: Cid Camacho (Colegio castellano-leonés). Amonestó a los visitantes Vital (M.60) y Calero (M.90).
Incidencias: Partido de la trigésima sexta jornada de LaLiga Hypermotion disputado en el estadio Ciutat de València ante 18.506 espectadores, con unos mil seguidores del Real Zaragoza.
Bueno, bien, el rival tampoco era el Arsenal, sino un equipo sel P. levante. Que asco y odio les tengo. La verguenza no la pasan los jugadores, que la temporada que viene no quedará ni uno, sino yo. Estoy arto de inútiles que le entrega el balón al rival en el pase o el despeje, propio de lo que son que es ni más ni menos que de primeras RFEF. No hay ni cabeza ni corazón ni h….Propiedad fuera ya!!