Víctor Fernández responde sobre la renovación del delantero con la mejoría que ha experimentado con él y varias alabanzas como empuñadura de una apreciacion venenosa
Las ruedas de prensa de Víctor Fernández previas a los partidos se han convertido en viajes hiperbólicos de no menos de 20 minutos en los que, entre todas las cosas, analiza a los rivales con el debido respeto y una presentación de sus virtudes que confunden si se está refiriendo a equipos de Segunda o de Champions. El entrenador que cambió el fútbol español junto a Cruyff y Guardiola, según se ha podido escuchar está semana en una prestigiosa emisora de esta ciudad, opinión con un punto de enamoramiento adolescente y por lo tanto distorsión, apenas destilan focos de interés auténtico por mucho derroche de adjetivos que emplee para hacer de la rutina algo superlativo.
En esta ocasion, se le ha preguntado por dos asuntos actuales e interesantes, siempre en voz de profesionales que se deben a su público y no al pasteleo habitual en la sala o sauna con el entrenador. Ha sido cuestionado sobre elogios que no recibe el Real Zaragoza y el runrún de los que hablo al final de la victoria sobre el Granada, un par de quejas sobre temas de origen desconocido. Víctor ha esquivado lo incómodo de señalar de dónde provienen esas críticas prácticamente invisibles con un repaso a los agobios del pasado reciente y a los méritos de este presente de jugadores jóvenes que no escatiman esfuerzos e ilusión. A otra cosa.
La renovación de Iván Azón, pendiente de oferta alguna y en un estado de gracia que invita a pensar que el futbolista no admitirá cualquier propuesta del club, también ha hecho que de la cómoda autopista del formulario oficial se pase a rutas secundarias pero no menos atractivas. Aquí, el técnico que cambio el fútbol español, no ha ahorrado alabanzas hacia el futbolista, con la puntualización nada casual de que esa mejoría que no se puede apreciar en los ensayos porque son a puerta cerrada –mejor para alguno– se ha producido con él. Ha priorizado, y eso es razonable, que el ascenso como objetivo colectivo está por encima de situaciones personales. Pero siempre hay una coletilla para todo: «Azón ya juega de pie, no sólo en el suelo». Bajo la empuñadura del enaltecimiento, un poco de veneno para un chico, un futbolista profesional, cuya única gloria es haber evitado la muerte del club entregando su vida. Siempre de pie.
Ay Víctor acuérdate del Sariñena y del Stadium Casablanca, todos en alguna faceta hemos empezado alguna vez y unos llegan más lejos y otros no, un consejo «Cuando desaparece la humildad emerge la vanidad». AUPA ZARAGOZA
¡Qué cansino este VF!