El Valencia examina a un Real Zaragoza sin matricular

La victoria sobre el Elche sirvió como vacuna moral contra la derrota frente al Calahorra. En esta espera agotadora de noticias que pongan sobre el asfalto el auténtico proyecto global del Real Zaragoza, institucional y deportivo, el conjunto aragonés se enfrenta al Valencia de Bordalás (18.45) en su tercer encuentro en el Pinatar Arena. Y lo seguirá haciendo sin matricular después de haberse comportado como un troncomóvil en La Planilla y como un vehículo muy fiable en el pulso ante los ilicitanos. ¿Qué hay de verdad entre ese par de ensayos de respuestas antagónicas? Posiblemente nada o muy poco, si acaso la notable respuesta de los canteranos reclutados por falta de personal, con Ángel, Carbonell, Puche y Pablo Cortés a la cabeza con sus 17 años. Bajo la derrota humillante y el triunfo con todas las de la ley, en el fondo subyace un grupo de profesionales que desconocen el destino final de esta pretemporada extravagante y que intentan ganarse los favores de un entrenador que espera con impaciencia un buen ramillete de refuerzos. La situación genera inestabilidad y desasosiego al margen de los resultados. Un sinvivir insano mientras no se resuelvan los múltiples asuntos de palacio pendientes y se produzca el torrente de fichajes imprescindibles sea cual sea el objetivo.

Este partido, por tanto, servirá para que el grupo adquiera ritmo competitivo y aplique algunos detalles estratégicos contra un enemigo de primera línea pese a que venga de un gris y peligroso curso anterior. El Valencia vivió en un tormento constante, víctima de una fuerte reducción de su presupuesto y presionado ante la exigencia de conseguir un puesto europeo. Javi Gracia, el entrenador, mostró su descontento desde el principio por la configuración de la plantilla, en nada parecida a lo que le había prometido, puso su puesto a disposición de la directiva y acabó destituido tras perder en la jornada 34 contra el Barça, luchando por evitar la zona de descenso. Este ejercicio, por el momento, mantiene una política conservadora y ha contratado tan solo al central Omar Alderete y el portero Mamardashvili. En cualquier caso, es un enemigo de otra liga.

A Larrazabal, Igbekeme, Vuckic y Ros, a quien se le ha visto bajísimo para la competición, se les ha abierto la puerta de diferentes maneras. En el caso del nigeriano, hay predisposición a que se quedé según transcurran los acontecimientos, y con los otros tres la complejidad reside en sus altas fichas. Narváez despegará cualquier día hacia Primera y es posible que Chavarría también sea traspasado si surge una oferta interesante. Vigaray tiene para tiempo y de Peybernes se espera que resuelva su salida del Almería, algo que se va complicado día a día porque el conjunto andaluz ya ha confirmado que no regalará nada aunque no cuente con el francés. Hay fisuras en todas las líneas con el batallón de la cantera dispuesto reparar las averías actuales o colaborar en la medida que pida el guión aún por descubrir e incluso por escribir.

Juan Ignacio Martínez, cada vez más mosca con el retraso de las operaciones, podrá contar esta vez con Fran Gámez, la única contratación hasta la fecha en un mercado donde el Real Zaragoza es el que menos ha comprado, y con Francés y Luis Carbonell, ambos recuperados de sus molestias físicas. En el parte de dudas con tendencia a la baja están Zapater y Vuckic. El Real Zaragoza intentará de nuevo dejar la mejor imagen posible con la incertidumbre a todos los niveles de si le van a poner un motor nuevo a o tendrá que tirar adelante con un equipo que difícilmente pasaría la ITV cuando se dé el banderazo de salida el 13 de agosto.