El primer gol del delantero en toda la temporada, un cabezazo en el minuto 93, evita una peligrosa derrota del inclasificable conjunto aragonés, que se adelantó para ser sometido por un equipo de fútbol (2-2)
No será esta jornada, pero podría haber sido mucho peor si en el minuto 91 Sergi Enrich, con su primer gol de la temporada, no hubiese evitado la derrota. La permanencia sigue en el aire pero un poco más cerca para este equipo delirante, sin pies ni cabeza, sin un gramo de fútbol y reducido prácticamente a lo que Adrián Liso, autor de la diana que adelantó a los locales, haga en ataque, y a lo que Alejandro Francés, asistente en el 2-2, resuelva en defensa. El tanto del delantero balear fue recibido por La Romareda con fuegos artificiales de la doliente afición, y en el campo los jugadores lo celebraron con un ardor incontenible. La presión y la tensión son máximas en este Real Zaragoza destruido por la planificación y por las bajas, angustiado porque no sabe expresarse de otra forma que en la carrera larga y la descarga de balones al área. Con un entrenador que, superado por las circunstancias y por sí mismo, no encuentra la fórmula para darle algo de sentido a semejante despropósito. Se va a salvar el Real Zaragoza más por lo criminal que por lo civil. En Santander, quizás en el último encuentro contra un Albacete que vendrá sin nada por lo que pleitear. La desgracia ajena, una lesión de Nico Serrano que dejó con diez al Racing de Ferrol mientras defendía su ventaja y un resbalón de su portero Cantero en el giro de cuello de Enrich, tuvieron su importancia para sumar un punto de oro con la cara roja, mitad por la vergüenza mitad por borrachera de felicidad en casa del pobre.
Los primeros tres minutos fueron de una pasión arrolladora, con Mollejo, de regreso al once, inyectando adrenalina a un ataque a la yugular del conjunto gallego. Un pase de Gámez por la derecha lo peinó Azón y Liso cogió la espalda a su guardián para marcar con el muslo. La victoria para lograr matemáticamente la continuidad en Segunda un año más estaba encarrilada. Pero el Real Zaragoza había consumido, aunque generó varias ocasiones más a lo largo del partido siempre con disparos de Liso, frentazos de Azón o esos barullos que son ahora mismo su seña de identidad más reconocible, su combustible creativo. El Racing de Ferrol, un equipo de fútbol, fue ganando casillas y balón sobre el tablero con la excelente salida de Clemente y el manejo de los pies de Nico Serrano, Iker Losada, Señé, Bernal… Lucas Terrer, relevo del sancionado Moya, y Grau asistieron hechizados a la sesión de pases interiores y cambios de ritmo de un centro del campo infinitamente superior que empezó a tejer llegadas como aperitivo de lo que vendría en la segunda parte.
El que vino con las cartucheras cargadas fue Álvaro Giménez. Aprovechó un pase de Cubero y la laxitud de Jair en la marca para, con un toque sutil que superó por arriba a Cristian, anticiparse e igualar el choque. El estadio se incendió bajo la lluvia cuando en un córner a favor, Cantero, que ya había avisado antes, lanzó para la zancada de Iker Losada, quien tras cruzar toda la estepa esperó a la llegada de Álvaro para ponerle un balón que el ariete convirtió en la remontada. Un contragolpe espléndido y también un Real Zaragoza lastimoso en el repliegue y la desatención. En apenas diez minutos, del 48 al 57, el exzaragocista tradujo la superioridad de sus compañeros. Entre esa ráfaga de golpes, Víctor Fernández acudió a los cambios. Vaquero mejoró a un Terrer muy tímido, Valera sustituyó a Mollejo y siguió buscándose y buscando sin éxito un espacio a pierna para cambiada para su zurda, y Enrich relevó a Azón, algo sin mucho sentido cuando el canterano había sido una de las principales amenazas en el repetitivo juego aéreo. Un lanzamiento de Vaquero al larguero y un par misiles de Liso que obligaron a Cantero a presentar su mejor versión dieron paso, en plena agonía, a un regalo de Francés a la cabeza de Enrich. La catarsis, la locura colectiva, la gala de la alegría con jugadores desparramados por la hierba. Todo por un empate contra un ascendido de 1ª RFEF que se postulaba por el playoff. A esto se ha llegado.
2 – R. Zaragoza: Cristian Alvarez: Fran Gámez, Francés, Jair, Zedadka (Lecoeuche, m.82); Jaume Grau, Terrer (Vaquero, m.56); Mollejo (Germán Valera, m.63), Maikel Mesa, Liso; e Iván Azón (Sergi Enrich, m.63).
2 – Racing de Ferrol: Cantero; Cubero, Jon García, Enrique Clemente, Brais Martínez; Bernal, Señé (Manzanara, m.68); Pinchi (Alex Martín, m.82), Iker Losada (Alex López, m.76), Nico Serrano; y Alvaro Giménez.
Goles: 1-0. M.3. Liso; 1-1. M.48. Alvaro Giménez; 1-2. M.57. Alvaro Giménez; 2-2. M.93. Sergi Enrich.
Árbitro: Guzmán Mansilla (Comité de Andalucía). Amonestó con tarjeta amarilla a Mollejo, del Real Zaragoza, y a Brais Martínez, Pinchi y Enrique Clemente del Racing de Ferrol.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 40 de Liga de Segunda división disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante 18.122 espectadores.
Sinceramente lo digo: No sé que nos queda ya por ver. Nos salvaremos siendo el equipo que peor juega al futbol de la categoria. Todo un recital de despropósito lo presenciado hoy y toda la temporada. Un juego insulso, previsible confiado a los arreones de la fuerza física hasta que está se agota conforme avanza el partido. No critico la voluntad y la entrega. Eso se tiene.
Pero se acaba siempre siendo un muñeco roto en manos de cualquier equipo de la categoría que al menos tiene las nociones más elementales de lo que es el fútbol asociacion. Hoy un golpe de fortuna nos ha alejado de el borde del precipicio.
No puedo ni imaginar como será el equipo cuando comience la nueva temporada. Muchos de los que hoy jugaron seguirán, pero el problema no será ese, sino el de la superación de una forma de jugar al futbol ya superada. No hay más que ver lo que hacen todos nuestros rivales. Copiemoslos. Hoy ha sido espectacular el partido del Alcorcon frente al Valladolid. No somos capaces de jugar como ellos ni por aproximación.
El desastre es total. Urge una renovación en la estructura directiva y deportiva del Club. Pero, ¿A quién le importa? Y no es el título de una canción. Es muy triste todo esto.
Me referire primero a los Boabdiles “Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre” es una frase atribuida a la sultana Aixa a su hijo Boabdil, el último rey islámico de Granada, tras perder el reino ante los cristianos, el entrenador señaló en la rueda de prensa que había jugadores llorando en los vestuarios, vuestra temporada ha sido nefasta ayer si hubo actitud pero el tanque de gasolina ya estaba vacío, el problema es que ha habido muchos partidos en que esa actitud no ha existido hecho por el cual estamos en las cicunstancias actuales.
El entrenador con el cambio de Azon dejó a La Romareda helada y confundida, si ibamos a jugar a centrar balones prescindimos del tanque Azon, que me lo expliquen, pero salio medio bien, la Flor de Vitin, sin él en el banquillo el estadio hubiese sido un infierno para los jugadores a raíz del segundo gol del Ferrol, yo con todo la admiración que le proceso le recomendaría salir del banquillo a final de temporada, de los sitios hay que irse cinco minutos ante de que prescindan de ti.
Finalmente, al señor Mas el pone el parné y estamos en sus manos prescinda de toda la dirección deportiva, la misma precisa de un cambio y que el aire fresco entre en las oficinas de Real Zaragoza, Cordero por verguenza profesional debería de marcharse como no lo va a hacer, en este país no dimite ni el apuntador, seria conveniente prescindir de él, y una reflexión de que le sirve un estadio de Primera en Primera REFF.