Escribá juega con un solo delantero e introduce cuatro cambios

Ni Puche ni Pau Sans. Fran Escribá, por primera vez esta temporada, cambia de sistema y apuesta por un solo delantero, Giuliano, con Vada de enganche por detrás del punta argentino. El técnico, como había avisado, retoca la defensa en el eje, donde Lluís López releva a Francés, y en el lateral derecho, con Larrazabal en lugar de Fran Gámez. En el centro del campo regresan Alarcón, quien desplaza a Zapater, y Bermejo, que vuelve a una alineación con cuatro cambios en relación  a la goleada encajada contra el Alavés. El técnico había utilizado desde su debut en Copa contra el Diocesano un 1-4-4-2 que aparca de momento en función de las bajas y de la poca fiabilidad de Puche como acompañante de Simeone y la nula de Gueye, de nuevo adorno en el banquillo del conjunto aragonés. El senegalés, Azón, Mollejo, ahora en la enfermería, y el propio Puche habían completado la dupla habitual de ataque casi siempre en compañía de Giuliano. En esta ocasión puebla la medular en una configuración más propia de la era Carcedo.

El estreno de Pau Sans y los elogios del entrenador hacia su figura habían despertado la expectación sobre la posibilidad de que el juvenil estuviera en la alineación, pero tendrá que esperar para verse entre los elegidos con la opción más que factible de que vuelva a tener minutos en La Rosaleda. El castigo por la última derrota se ha centrado en la retaguardia, línea maltratada en la pasada jornada. El mal momento de Francés y la irregularidad de Gámez han tenido consecuencias con un nuevo experimento de Larrazabal en el lateral, experiencia que no suele dar buenos resultados, y un descanso para el central de la cantera para que Lluís López se reúna con Jair, quien tampoco estuvo especialmente inspirado ante los vitorianos. Zapater, casi intocable para Escribá, deja su puesto a Alarcón, quien había perdido la confianza del técnico pese a ser uno de los refuerzos de la ventana de invierno.

El partido echa humo. El Málaga no puede permitirse ni el empate y el Real Zaragoza podría meterse en un oscuro callejón en el caso de perder porque se han quedado, de momento, a cuatro puntos de los puestos de descenso. Los andaluces, abonados a las derrotas por la mínima, salen a la desesperada, aspecto que parece haber tenido en cuenta Escribá para plantear un encuentro más pausado y de control a la espera de que afecte al sensible estado nervioso de su rival. El Real Zaragoza necesita conseguir un gol pero sobre todo no verse por detrás en el marcador. La victoria le permitiría ensanchar los pulmones y respirar muy tranquilo de cara a un calendario que comenzará a endurecerse después de este compromiso.

La alineación del Málaga

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