El Real Zaragoza acusa un grave déficit ofensivo ya no sólo en los goles sino en su potencial de disparos a puerta, últimamente siempre por debajo del de sus rivales. El equipo, sin el rombo, ha sido desnaturalizado por un técnico que insiste en convertir el equipo en un grupo de funcionarios
Fran Escribá ni mencionó ayer la ausencia de Francho como una de las causas de que el Real Zaragoza desafine cada vez más. Aunque en otras ocasiones sí haya incluido esa baja para lamentarse que ha perdido al centrocampista más capacitado para cambiar los ritmos de un partido por su generosidad y capacidad física, ayer se centró en la lesión de Nieto, la baja forma de Quentin y la baja de Gámez para explicar por qué el Real Zaragoza es menos profundo y ha rebajado a la mínima expresión su energía ofensiva. Aunque sea cierto que el lateral aragonés atravesaba una forma estupenda y que el juego exterior se haya resentido, delimitar la caída de tensión atacante a la privación de esos futbolistas es simplificar al máximo el problema. Al callejón sin salida donde se encuentra el conjunto que entrena lo ha conducido el propio entrenador, que no ha sabido resolver una cuestión importante pero en absoluto vital y que a partir del empate con el Racing como punto culminante de un giro hacia la incongruencia, se ha empecinado en desnaturalizar un equipo que con el rombo mostraba un talante alegre y ganador y que con su involución a un posicionamiento táctico más conservador ofrece una imagen plana y deprimente en cuanto se asoma al balcón del área rival.
Si el argumento de los números sirve para defender que algo se está haciendo bien porque se vive muy arriba en la clasificación, de la misma forma son útiles para demostrar el declive del fútbol y de los resultados del Real Zaragoza. Desde que renunció a Mesa como nexo de unión de los dos puntas, en concreto en Tenerife, se ha producido un debilitamiento notable en el asalto a la portería contraria. Salvo en el duelo con el Eldense, su volumen de lanzamientos se ha desplomado, lo que que refleja sin cortinas de humo su actual carácter retraído. Frente al Mirandés tiró en ocho ocasiones, las mismas que los jabatos, y una sola vez entre los tres palos, el remate de cabeza de Azón al larguero. Antes, el Tenerife disparó 14 veces por 7 del Real Zaragoza, que en Cartagonova recibió 19 tiros por 9 que salieron de sus botas. En una una docena de oportunidades lo intentó el Racing frente a las nueve de los aragoneses, que también estuvieron por dejado en Ferrol (10 por 9). Escribá tiene detectada esa insolvencia, pero no aporta soluciones, o se decanta por las incorrectas, para remediar ese déficit relevante y otros que se han intensificado en tres partidos de los que sólo se ha sumado un punto.
El Real Zaragoza, con uno u otro sistema, adolece de jugadores individualmente determinantes, con Valera como modelo más próximo a ese estereotipo. Al resto les falta velocidad, determinación y sentido de la asociación para superar murallas. Todavía es el equipo que menos asistencias ha ofrecido en el campeonato, la de Nieto a Manu Vallejo en Cartagena. Una pared, un paso filtrado o un acción personal son quimeras. Sin embrago, con una defensa muy solvente, dispone de profesionales con la cualificación suficiente para competir con cualquiera aunque sea condicionado por su limitada relación con el ingenio y la fantasía, virtudes que por otra parte no sobran en esta categoría. No será sencillo que Escribá cambie de opinión global aunque lo haga en las alineaciones, sin ir más lejos con la apuesta de este domingo de Sergi Enrich por un Bakis sin gol. Pero en esas modificaciones se ha dejado seducir por un planteamiento que considera que refuerza los conceptos defensivos y que, en realidad, erosiona aún más el arrojo de un Real Zaragoza con menor pegada y que al mínimo golpe del adversario cae a la lona.
El laboratorio se ha superpoblado de funcionarios, con Toni Moya en una jefatuta que antes pertenecía a Aguado. Y Mesa no sabe dónde situarse, ni cuándo intervenir, ni si debe ejercer de interior o más por dentro… Así, la pelota se ha encudernado de horizontalidad, más aun con la presencia de un tan cumplidor como insípido Grau. El doble pivote es una doble maldición que sólo ha funcionado con Aguado, el mediocentro que ha de recuperarse cuanto antes para la titularidad, y Francho, mucho más ágiles de cabeza y de piernas. El Real Zaragoza está jugando a lo que quiere Escribá, que no es ni de lejos lo que solicita esta plantilla a la que no se puede sustraer el poco jugo creativo que posee y que se ha traducido en el descenso de su producción ofensiva a todos los niveles, con dos encuentros sin marcar como ejemplo demoledor. El técnico rehúye del rombo y de un solo conductor, pero con ese formato el conjunto aragonés está mucho más cerca de su identidad, de su composición. Si quiere permanecer en la zona alta, no lo hará como viuda de laterales ni de bajas por importantes que sean, sino reconociéndose a sí mismo.
Estoy totalmente de acuerdo, no jugamos a nada y cualquier equipo que se cierra nos crea problemas.
Escribá siempre ha tenido un talante sereno y proclive a la positividad. Pero en las recientes ruedas de prensa se le ha visto algo distinto. Y la semana pasada ya, con frases relativas a los «fantasmas» del pasado. Deberá reflexionar bastante el cuerpo técnico . El equipo puede dar más de sí
Escriba no juega en el campo. Los jugadores están acomodados a no asumir responsabilidades en sus demarcaciones. El entrenador puede ser un manta y equivocarse, pero en el terreno de juego los jugadores han de tener iniciativa y esa no se ve por ningún lado. Aparte de la apatía fácilmente observable si se compara con lo que corren en esta categoría el resto de los equipos y la velocidad que imprimen a la circulación del balón. Es un espectáculo deprimente esos aburridos pases horizontales ente los centrales y los laterales hasta acabar con pase retrasado al portero. Señores esto es un muermo inaguantable, y mientras el centro del campo sin ofrecerse y a verlas venir.
El mejor delantero que tiene es Azón. Es un jugador que no se va a acomodar como otros y que siempre lo va a dar todo. Si Azón y Mollejo estan bien son los que tienen que salir inicialmente. Del resto de equipos no quiero decir nada. Miro la clasificación y veo quien va primero y me dan ganas de llorar
A este equipito (Mas Canosa Club) le ponen 5 defensas en la Romareda y ya está anulado. Táctica fija de todos los equipos mediocres como él. Ya hace años así. Y a perder o como mucho empatar a cero. ¡¡Grande¡¡