El técnico busca una nueva victoria contra el Racing de Ferrol pero consciente de que las formas importan en un equipo que acusa las lesiones y cuyo fútbol y su goleador en nómina, Bakis, necesitan elevar su frecuencia
El sábado, Fran Escriba envío uno de esos mensajes a los que no pone remitente pero que contienen mucha más sustancia de la que parece. Sin decirlo pero diciéndolo, señaló a los centrocampistas como responsables de que Mesa contacte menos con el balón y que Bakis carezca de la munición de pases que enriquezcan su arsenal particular. No fue una acusación sino la que considera una de las soluciones importantes para que el equipo tenga más fútbol y colmillo ofensivo. Viró también hacía las lesiones de Nieto y de Francho, dos futbolistas que aportaban una buena dosis de la profundidad inexistente ante el Racing, un mal reincidente cuando el medio es recostado a una banda o se queda en el banquillo.
Un líder, un conjunto que aspira al ascenso vía directa o indirecta, no puede reducir sus argumentos a una posición privilegiada de media docena de partidos que ha ganado y empatado. El entrenador así lo entiende, lo explica y lo quiere corregir. El Real Zaragoza y su afición disfrutan juntos de una tesitura fantástica. Son la envidia de la categoría. La visita a A Malata este lunes (21.00), y el futuro solicitan presentar una identidad más concreta, ligada a una frecuencia de juego y de resolución ofensiva más elevadas. Escribá está dispuesto a aplicar cambios en el once, aunque quizás no vayan más allá de las orillas defensivas y del dibujo atacante, con Francés de lateral y Azón de regreso al once y a su sociedad con Bakis.
Si el entrenador mantiene el 1-4-4-2 con Aguado y Moya en la caldera, Mesa o Manu Vallejo se podrían quedar fuera porque Valera es ahora mismo la mejor herramienta en ese centro del campo de capa caída. Habrá que comprobar si los consejos de Escribá para el menos «toca y «toca» y la evolución hacia las transiciones tipo Francho se traducen en imprimir más velocidad e intención a la pelota. Ya ha hablado con Moya para que se lance a romper líneas, lejos de la trinchera de seguridad en la que Aguado se sobra solo y más cómodo en los inicios de la jugada. Para defender son necesarios ambos; para generar, se solapan y confunden a sus compañeros.
Salir de ese atasco de gestación es primordial. De igual manera que hallar a Bakis. El Real Zaragoza presume de la diversificación de sus diez tantos, una cifra notable, pero en ninguno de ellos aparece el turco. Escriba quita trascendencia a la sequía de la máxima referencia arriba y aplaude la vuelta de quien, en realidad, lo está siendo, Iván Azón. Cualquier ariete que no halla marcado a estas alturas está de los nervios por mucho que se quiera protegerle de ansiedades y urgencias. Elegir esta vez bien los laterales, desatascar el medio campo y que Bakis sea el foco de una celebración son los objetivos de un líder que quiere ser más líder frente a un Racing de Ferrol con chispa, extremos afilados y un campo donde para vencerle hay que jugar como mínimo bien. Con el mejor trabajo posible para resguardar al hijo adoptivo de la ciudad y de la portería del Real Zaragoza y con fluidez de ideas individuales y colectivas en los tramos de posesión.