Esperando a Mister Marshall

El partido contra el Leganés (21.00), el encuentro que cierra una temporada para el recuerdo más vergonzante en contra de quien propone el olvido, ha perdido todo valor salvo el pellizco económico a recibir en función de cómo acabe en la clasificación. Esa indiferencia hacia la última jornada tiene sin embargo una arista positiva, la de llegar a la meta habiendo evitando el descenso a Segunda B cuando a falta de tres fechas para el fin de la primera vuelta el equipo era penúltimo con 13 puntos. Allí, en el corazón de una crisis que parecía irremediable, apareció Juan Ignacio Martínez y el resto es historia a la espera de una nueva historia que no termina de concretarse, la del cambio accionarial, la de un futuro diferente y más ambicioso tras desvanecerse y fracasar la fórmula de la Fundación 2032.

Un grueso de la afición, con un buen número de peñas que han confirmado su presencia, va a manifestarse frente al palco de La Romareda a las 19.30 horas para lamentar ocho cursos desterrados de la élite más uno con el que viene y abogar por la necesidad de que el club recaiga en personas con más compromiso económico personal para formar un equipo con aspiraciones. La Fundación, la mayoría de sus integrantes a excepción de los que figuran en nómina, están deseando desprenderse de la cruz que ya no pueden soportar, y entre bastidores se han ofrecido a salir y han recibido ofertas, una de ellas de capital francés con la que se está negociando que podría permitir ese cambio solicitado a gritos por el zaragocismo.

El cruce de informaciones y desinformaciones, el hecho de que nadie haya llamado a la LFP para conocer el auténtico y actual tejido económico del Real Zaragoza por boca oficial, acentúan la ambigüedad de una operación en marcha con el freno de mano echado. Esta película de Esperando a Mister Marsahall no se va estrenar de inmediato. Eso parece seguro y lo confirma el hecho que el director general, Luis Carlos Cuartero, haya comunicado a Miguel Torrecilla y a JIM que se pongan manos a la obra para diseñar una nueva plantilla ajustada a estrechos límites salariales, con movimientos y contactos que ya están produciendo con futbolistas que encajan en ese perfil humilde.

El encuentro frente al Leganés, que se juega la tercera plaza y sus ventajas como local en el playoff de ascenso, aparece así como una excusa para que el hincha manifieste su hastío fuera del estadio, para que JIM forme un once ligero de titulares forzado por la cantidad de ausencias y para que los cedidos y transferibles se despidan de La Romareda, el búnker donde ha gestado el milagro de la permanencia. Mañana lunes se seguirá esperando a esa comitiva extranjera con capacidad para sumarse a un proyecto ilusionante, pero todo apunta a que tardará en llegar y que podría pasar de largo.

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