El Real Zaragoza, con tan sólo un titular en el once, Aguado, se estrena en la Copa en un momento embarazoso, con poco interés en el torneo y el temor a sufrir un revés con la derrota aún fresca ante el Castellón y la visita del Granada
Femenías, Luna, Jair, Kosa, Nieto, Gori, Aguado, Adu Ares, Bermejo, Pau Sans y Marí. Esta es la alineación que, salvo cambio de última hora, presentará Víctor Fernández esta noche en el estreno en Copa, un once con un único titular, Aguado y varias futbolistas que apenas han tenido peso en los planes del entrenador hasta la fecha, como el inédito Gori; Nieto, que probará su estado de forma competitivo, y Jair, aún con el pasaporte de transferible, y Kosa. La teoría de que es una gran oportunidad para los que intervengan tiren la puerta del entrenador con una buena actuación no es más que una pose. Este tipo de citas entusiasman más bien poco a los profesionales por mucho que lo sean, sabedores de que ocupan la primera línea de fuego para preservar el estado de salud de los favoritos del cuerpo técnico.
Según está ahora el Real Zaragoza, la Copa, su querida Copa, le coge en la sala de espera de L’Hospitalet (21.00), un enfrentamiento embarazoso que sólo puede aportarle disgustos. La tercera derrota consecutiva en casa ante el Castellón, la confirmación de que en doce jornadas es todavía un equipo sin identidad y sin defensa y la visita del Granada bajo obligación de romper esa racha negativa someten al equipo a una presión más alta de lo previsto. Ganar frente a un 3ª RFEF, aun con suplentes, es una exigencia sin más premio que el pase a otra ronda y la posibilidad de seguir en el torneo hasta coincidir con un Primera y alegrar la economía del club con una taquilla lustrosa. Hace muchos años que este torneo se contempla como un incordio y una pesadilla, sobre todo en sus dos últimas ediciones al caer a las primeras de cambio con Diocesano y Atzeneta. Aparece, además, en un calendario sobrecargado de compromisos en la Liga, el exclusivo objetivo del equipo aragonés desde que comenzó a viajar en la segunda clase del fútbol español.
La defensa del honor y de la dulce historia en la Copa se exponen con poco entusiasmo como argumento. Hay que pasar el trago y punto. A nadie le hará feliz la victoria porque es lo mínimo que se espera. «Pensar que jugamos ante un equipo de Tercera es el primer paso hacia la derrota», ha comentado Víctor Fernández para evitar la relajación de sus futbolistas y barnizar la importancia del partido, que la tendrá en caso de no superar al conjunto barcelonés, pero el equipo que sacará dice lo contrario. La atmósfera, pese a que el Real Zaragoza siga en posiciones de playoff de una clasificación comprimida que de una jornada a otra lo mismo te eleva a los altares y que te envía a tierra de nadie, está cargadita. La alineación tiene nivel suficiente para superar la eliminatoria, pero muchos de los futbolistas que la componen ofrecen pocas garantías por falta de ritmo competitivo o una puesta en escena decepcionante cuando han sido titulares.
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— Real Zaragoza (@RealZaragoza) October 29, 2024
Lo que fue la COPA para nuestro REAL ZARAGOZA y lo que es la COPA desde que llevamos 12 años consecutivos en segunda .
Grandes éxitos de la COPA y ahora deseando quedar eliminado para intentar subir a primera y así ya doce años.
Y como quedemos eliminado no va a pasar nada , pero en enero hace falta traer jugadores tan necesario como que todos los días tenemos que comer , que triste REAL ZARAGOZA , pero es lo que tenemos desde que llevamos 12 años en SEGUNDA y lo que nos puede quedar todavía.
Un mensaje para jugadores y cuerpo técnico, ESTAMOS HARTOS de ese debate irreal, doliente y muy manido «es que la Copa no interesa y viene en mal momento», lo importante son tres cuestiones, deben mostrarse profesionales al Club que les paga, respetar esa camiseta con el león rampante y os debéis a unos aficionados que os siguen a ciegas a pesar de hechos como Azteneta y Diocesano, ESTAMOS HARTOS de vulgaridad y HUMILLACIONES por todos los estamentos del Club, por último cuando mañana los entornos en caso de fracaso digan «casi mejor quitarse la Copa de en medio» que sepan que los viejos leones nos sentimos heridos.
El silencio nos haría cómplices.