Factor Romareda

Víctor Fernández insiste en que el estadio, donde debuta el equipo este domingo frente al Elche, debe ser un plus en un proyecto que necesita a su afición

El entrenamiento a puerta abierta en una Romareda en obras que recibe al Real Zaragoza después de tres partidos consecutivos a domicilio ha situado a la afición en el epicentro de la jornada del viernes y como elemento fundamental del nuevo proyecto. Víctor Fernández relaciona directamente a la hinchada como gran protagonista de esta temporada. «Nuestra afición es muy exigente pero también muy generosa a poco que le des. Entiendo que el factor campo va a ser fundamental. Yo siempre digo que si pudiera, jugaría los 42 partidos en casa. Ya sé que en anteriores temporadas La Romateda ha sufrido mucho,  pero en esta vamos a trabajar para que la gente disfrute».

Sin el Gol Sur, con una lona, en un lugar con menos capacidad y unas 3.000 personas animando a los jugadores… El técnico ha preparado a sus futbolistas para ese escenario diferente «porque la visualización deportiva y emocional es distinta. Hemos tomado contacto con esa atmósfera y con el nuevo césped para que los futbolistas se aclimaten». El entrenador ha agradecido la afluencia de seguidores y ha recordado otros tiempos en los que, algún jueves, la tribuna se llenaba. «En mi primera etapa, me acuerdo de una anécdota con Alfonso Solans padre, el presidente, cruzando el campo para abrazarme. Hoy en día eso es impensable. Aun así es bonito ver a padres e hijos, a generaciones, acompañarnos de nuevo».

Víctor, además, ha hablado del contacto directo que ha tenido con la afición, con sus mensajes, con el cariño hacia su figura. «Percibo mucha ilusión. Yo les intento enfriar un poco aunque animándoles a que verán un equipo que competirá siempre. En esta categoría hay 18 equipos que aspiran al ascenso y hay algunos muy buenos, mejores que nosotros, pero a los que podemos superar y ganar con nuestras herramientas. Nuestro objetivo es estar en la pomada durante toda la Liga. Somos conscientes de que no hemos completado la plantilla como desearíamos, pero tenemos el mercado de invierno para ajustar. En cuanto a lo personal, hace muchos años que superé el ego. Ahora trabajo por cariño al club. La gente me querrá más o menos en función de los resultados. Ya sabemos cómo es el fútbol».

En lo referente a la cita con el Elche, reconoce que será «una batalla entre dos equipos por la posesión del  balón. Ellos no tienen ninguna prisa en la elaboración pausada y repetir secuencias con su portero. Tenemos que incomodarles quitándoles la pelota para ser protagonistas». La presión alta, la valentía… Víctor apunta la gran diferencia que hay con el año pasado en cuanto a ese trabajo de estrangulamiento en la salida del rival. «De principio tenemos que enviarles esa señal».

Adu Ares hará una prueba mañana pero su concurso parece muy improbable. La baja de Bazdar, con la selección sub 21 de Serbia, le ocupa pero no le preocupa y en absoluto condicionará su plan de jugar con dos delanteros. Y Kosa tendrá que esperar. «No va a haber grandes cambios porque el equipo, salvo en Miranda, me está gustando. En la zona de centrales hay mucha competencia, pero Kosa deberá esperar su oportunidad porque esa línea se está mostrando muy segura».

 

 

 

 

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