Hay personas que no pueden escapar al personaje que representan por nómina o por carácter. En este caso, posiblemente por la confluencia de ambos factores. Fernando López se inmoló en una extensa rueda de prensa como paréntesis al largo, tortuoso e inaceptable silencio institucional durante todo el año, pero lo hizo con varios extintores a su alrededor. Jugó a pecho descubierto pero con chaleco antibalas el papel que le corresponde de poli bueno, aunque en la mayoría de sus intervenciones resultó poco o nada convincente, hasta cuando comentó en tono quejumbroso: «Ahora no cuento con la confianza de ninguno de vosotros y voy a hacer todo lo posible para conseguirla». Posiblemente no lo logre nunca pese a su ‘Es Posible / Es Zaragoza’ del que pidió disculpas no porque se equivocara sino porque no se entendiera. Está enmarcado en una función de blanqueó de lo que ni escapa ni quiere hacerlo.
Tocó todos los palos sin sacar astillas de ninguno. Puso especial acento en que el club ha perdido su identidad y en que se trabaja para recuperarla en el futuro, y reconoció, sólo faltaba, que deportivamente la propiedad no ha dado la talla. El director general salpicó todo su discurso de bondades por venir, de una autocrítica light, por momentos saturada de azúcares como en la insistencia de la aportación económica y el impulso financiero que el fondo ha dado a la institución. Su pálida comparecencia adquirió una tonalidad sonrojante cuando, con voz de monaguillo de última fila del coro, intentó desvincular al Atlético de Madrid y a Carlos Bucero, director de fútbol de la entidad colchonera, de un Real Zaragoza que se gestiona de cabo a rabo desde el Metropolitano. «No hay ningún misterio. Todas las decisiones que son del Real Zaragoza se toman en la calle Eduardo Ibarra». Como su trasvasa desde el Atlético Ottawa, por ejemplo.
Como estaba cantado, enjabonó el impago de los 6,8 millones que correspondía al Real Zaragoza en el primer plazo de la nueva Romareda, la relación (que redujo casi a casual) que hay con consejeros que son propietarios de otros clubes, las figuras de Mariano Aguilar y Emilio Cruz, dos de los grandes arquitectos del monumental fracaso deportivo del actual ejercicio e hizo un triple salto mortal para salvaguardar la sacrosanta área de Ireneo de los Mártires, unos servicios médicos cuestionados por gran parte de la plantilla cuya incapacidad por encima de todo en las recuperaciones, como bien subrayó Mario Soberón, ha dejado un reguero de lesiones mal curadas. En definitiva dijo mucho y nada. Lo suficiente como para no engañar al más ingenuo, para certificar que el mal siempre se disfraza.
Comparecencia del director general
Director deportivo: «Estamos en la recta final. En las próximas 48 horas como mucho creo podemos dar a conocer su nombre y terminar con este proceso».
Muy tarde por la incertidumbre: «Ha pasado mucho tiempo y la gran dificultad ha sido por la incertidumbre de los resultados. Una vez que hemos garantizado la permanencia, hemos avanzado más rápido con los entrevistados. Ya se están finalizando los flecos».
Gabi Fernández: «Hay que estarle agradecido. Actúo con la valentía que le caracteriza y dio la vuelta a la situación y se lo agradecemos. Su continuidad será decisión del director deportivo».
Balance de esta temporada: «Siendo contundente, el año ha sido muy malo y hay que aceptar las críticas para hacer todo lo posible para cambiar las cosas. Los cambios afectarán a todas las áreas del club para tener cimientos sólidos para garantizar la estabilidad a largo plazo. Económicamente el balance es bueno pero deportivamente, no».
Errores y soluciones: «Los problemas son varios. Me encuentro con otra realidad, con problemas estructurales profundos que debemos de arreglar. Hasta que no lo conseguimos no podemos avanzar. Debemos recuperar la identidad ganadora del Real Zaragoza y otro punto sería crear un proyecto competitivo. Hay que dotar de mayores herramientas a nuestros equipos».
Nivel de autocrítica: «Es máximo, por eso estoy dando la cara. Es el discurso de todos nosotros y se centra en lo deportivo. Deberíamos ser reflexivos en las cosas que se están haciendo bien como el nuevo campo. Todos los recursos que se están invirtiendo, además de reducir la deuda a mínimos históricos. Hemos tenido el mayor coste de límite de plantilla. En ningún caso quiero eludir la mala temporada del equipo».
Caos: «Es un todo. Partiendo del inicio, creo que la situación actual del club al final han terminado arrastrando al propio club. Cuando aparecieron los problemas no supimos afrontarlos».
El ascenso no lo marca el entrenador: «Los objetivos del club los marca el club. No sé si será en tres meses, seis meses o un año».
Cuáles han sido los errores: «La autocrítica va conmigo mismo porque me exijo mucho. Es lo más frustrante cuando trabajas infinitas horas y el resultado no llega. El fútbol es así. Ese desconocimiento de la situación del club nos ha podido perjudicar. Una vez dentro he conocido esa realidad que desde fuera no se veía y no se ha compartido con vosotros. El club ha pasado por diferentes manos y se encuentra en una situación muy precaria. Ahora no cuento con la confianza de ninguno de vosotros y voy a hacer todo lo posible para conseguirla».
Campaña de abonados: «Estamos en ello. A finales de mes seremos capaces de comunicar la campaña. Buscamos una solución tecnológica para que los aficionados sepan su ubicación. Esto lleva tiempo. Esto unido a las obras hace que el proceso sufra pequeñas modificaciones».
Relación con el Atlético y Carlos Bucero: «Hemos sido claros. La relación con el Atlético es muy buena. Con el vicepresidente de la Liga, Gil Marín, guardo una estrecha relación de hace años. El papel de Bucero es para contrastar información. No hay ningún misterio. Todas las decisiones que son del Real Zaragoza se toman en la calle Eduardo Ibarra».
«Es posible. Es Zaragoza», el cartel: «Ha sido motivo de confusión y discusión. Pido disculpas porque en el ánimo de hacer algo para unir a nuestra afición generó todo lo contrario. El origen de la iniciativa nació en la despedida de Cristian Álvarez como punto de inflexión de un cambio. Entendí que estaba bien explicada para rescatar el espíritu zaragocista de no rendirse, de creer hasta el final y de que todos juntos podíamos… Pido disculpas de corazón si no se entendió».
Devolver los valores: «La pérdida de identidad hay que reconocerla. En estos doce años ha habido diferentes modos de gestión que contrastan con su pasado brillante. La gente joven sólo ha vivido un contexto de Segunda División… Esa mezcla nos ha hecho perder la identidad que deseamos recuperar lo antes posible».
Real Zaragoza autónomo: «En el Real Zaragoza tomamos decisiones por nosotros mismos. Varios de los accionistas lo son en otros clubes. Esa es la conexión con otros clubes pero no ha habido relaciones con ellos. Nos valemos por nosotros mismos».
La plantilla: «La renovación la comentará el director deportivo con el cuerpo técnico. En cuanto esté, empezaremos».
Arriaga: «Tenemos una opción de compra. Durante estos meses hemos hablado con el Partizán y los representantes y ahora remitimos la operación al director deportivo».
Vacío en el club: «Todo está sujeto a ser cambiado. Si tengo que aparecer más, estaré encantado. He dado comunicados, no en este formato. Si se necesita más información, mi labor es escuchar esa petición».
Mariano Aguilar: «Los miembros del consejo tienen diferentes roles. Hemos apostado por diferentes perfiles. De Mariano como de Emilio (Cruz) por su perfil deportivo requerimos un apoyo de índole deportivo. Mariano ha sido consultor y consejero. No es el responsable de la situación del Real Zaragoza aunque este haya sido el peor año del club».
El grave problema de las lesiones: «Lo tenemos analizado. Sería muy injusto señalar a un solo factor sino a varios. Las infraestructuras influyen, caso de la Ciudad Deportiva. El cambio de entrenadores y metodología tampoco ayuda. Se han sumado a cuando hizo esa comparecencia más viajes, menos descanso, más exigencia física y mental que influyen en el rendimiento del equipo. Pondremos todos los medios para acometer reformas para minimizar las lesiones».
Plazo impagado en la nueva Romareda: «El motivo es que se hizo un pacto de socios con las instituciones. El proyecto incluye un estadio modular y eso ha hecho que se tengan que replanificar esas aportaciones a los nuevos plazos».
No pensó en irse: «No. He venido aquí con el objetivo de devolver al equipo a Primera. Haré lo que tenga que hacer de una manera humilde y honrada para conseguirlo. Ahora sabemos lo que debemos hacer para solucionar los problemas. Se ha dado luz verde. Es una cuestión de tiempo».
La renovación de Francho: «Esa conversación con Francho la inició Cordero y estaba muy avanzada. Las hemos continuado para llegar a un acuerdo. En el caso de Kervin hay que esperar al director deportivo para configurar la plantilla pensando en el largo plazo y no en el corto».
A este sujeto no le creo ni una palabraa