Fernando, ¿y este boli del Atlético?

El director general sale de romería por la prensa aragonesa para analizar la situación del club y sus patinazos y renegar de nuevo del vínculo con el Atlético que se confirmó con algo más que una anécdota en un juzgado de Zaragoza

(Fotografía realizada con IA)

Fernando López salió de romería ayer por diferentes medios de comunicación de la capital aragonesa. Por televisión, radio y prensa escrita, el director deportivo analizó la situación actual del club según, claro está, su particular perspectiva, que es la de un empleado que habla por boca de sus superiores y que cuando lo hace por cuenta propia suele cometer patinazos de alguien no apto para su cargo. En esta ocasión, se notó que le han leído la cartilla desde el Metropolitano y ajustó su discurso deportivo al de Txema Indias y Gabi Fernández con un mensaje mucho más modesto en cuanto a los objetivos del equipo esta temporada y que se desmarcan del pálpito que tuvo en su anterior comparecencia sobre que el ascenso se iba a lograr este año en el Ibercaja Estadio. El ejecutivo sufre en público y va sorteando el temporal de preguntas, por lo general dulcificadas, con elogios hacia los esfuerzos de la propiedad, apelando a una realidad desfigurada por una gestión económica que ha reducido la deuda y ha aumentado el límite salarial desatendiendo el fútbol, la calidad de los profesionales de ese área e incumpliendo con pagos a la Sociedad Nueva Romareda disfrazados con un nuevo calendario que en breve le exigirá el pago de 10 millones de euros. También menospreciando a la devastada Ciudad Deportiva (La Academia), asunto que por enésima vez se va corregir en lo que supone un acto de fe para el aficionado. Jorge Mas vino para ascender ayer y Fernando López, relevo de Raúl Sanllehí, invitó a que todo el mundo se quitara las caretas para acometer un regreso a la élite de inmediato. Se iban a poner todos los medios que fueran necesarios. La mentira tiene las patas muy cortas.

El embuste en el que vive el Real Zaragoza abarca la totalidad. Es de público conocimiento que el Real Zaragoza está colonizado por los tentáculos de Gil Marín y el Atlético de Madrid. Jiménez de Parga, Carlos Bucero, los consejeros Mariano Aguilar y Emilio Cruz, las sinergias con jugadores que han salido con destino a franquicias rojiblancas… Toda maniobra que afecte a cualquier eslabón de la institución contiene el ADN colchonero. No hace falta irse muy lejos. El pasado, presente y seguramente futuro de Fernando López es un ejemplo palmario. Sin embargo, el director general insiste en el vínculo con los hijos de Neptuno es inexistente. «El Real Zaragoza es autónomo, las elucubraciones con el Atlético no hacen más que dañar al club». Lo que podría haber sido una anécdota, adquiere la relevancia adecuada para dejar al director general en su sitio. Hace unos días, en un juzgado de Zaragoza, se procedió a un juicio por despido de un empleado del Real Zaragoza. El juez dictaminó que era improcedente y estableció una cantidad a favor del demandado. En el momento en el se iba firmar la sentencia por ambas partes, el abogado del club sacó un bolígrafo con los colores y el escudo del Atlético, de lo que fue advertido por un letrado que estaba a su lado. De inmediato solicitó otro bolígrafo. No hay más preguntas, señoría.

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