Con Canario a su derecha, es decir con un dios del olimpo zaragocista, el bueno de Francho Serrano se dirigió al final del partido a la afición para agradecerle su apoyo durante toda la temporada. El capitán es el único superviviente de los canteranos que llegaron para rescatar al Real Zaragoza de un quinquenio terrible. Se fue primero Francés al Girona y el pasado mes de febrero, Azón tomó rumbo al Como, despreciado en verano e imposible de renovar cuando más necesario era. Se quedó así el centrocampista como representante de una generación que se ha ganado el respeto y el cariño por dar y partirse la cara por el club en los momentos más delicados. Su nombre fue coreado cuando cogió el micrófono y dedicó una palabras a la afición, tan próximo y lejano al Magnífico futbolista brasileño en un brutal juego de contrastes de la historia de la institución. Ninguno de los dos merecía ese lugar, esa fotografía, no era necesario. Pero el equipo de márketing estaba desmelando con el adiós a La Romareda y reservó como colofón oportunista que el propio Francho accediera a anunciar en directo que ha renovado su contrato con el club de su vida (hasta 2030), una operación que comenzó con una oferta a la baja y que se ido elevando con el tiempo y la presión. Fue una noticia en playback. Buena por sabida en el fondo pero muy triste en la forma aunque los seguidores se rompieran las manos a aplaudir. No, no era un domingo para la honra.
Esto es un amor
se queda en su casa pic.twitter.com/1WCfmkK9z9
— Real Zaragoza (@RealZaragoza) May 25, 2025