Gabi en el Monte de los Olivos

El entrenador pide perdón por su expulsión y su exceso de pasión, dice que no se rinde, que está sufriendo porque siente al Real Zaragoza y que sabe «de qué va este negocio»

Almería puede ser la última parada de Gabi Fernández si el Real Zaragoza suma una nueva derrota. El entrenador está en su particular Monte de los Olivos y sabe que un resultado negativo podría descabalgarle del banquillo, algo que no le sorprendería pero a lo que intenta rebajar dramatismo. «Sé cómo funciona este negocio. Cuando los resultados no llegan el entrenador es el responsable y es normal. Más allá de eso a los jugadores les transmito la tranquilidad que necesitan. Los técnicos no tenemos varitas mágicas. Si hubiésemos ganado al Córdoba, que lo merecimos, estaríamos hablando de playoff, de lo buenos que somos. El rival del Real Zaragoza no es Gabi sino el Almería». El contexto, una victoria en ocho jornadas y cuatro goles a favor que han colocado al equipo penúltimo, no es el ideal ni en lo deportivo ni en lo personal. «Estoy jodido porque mi sentimiento de pertenencia hacia el club es muy importante. Cuando los resultados no llegan vienen la dudas, pero quiero transmitir tranquilidad a la plantilla».

«No me preocupa mi puesto, ni lo pienso en ello lo más mínimo. Mi energía está centrada en ganar al Almería. Luego habrá gente que crea que me tienen que echar y otros que no». En los juegos del Mediterráneo cumplirá el primer partido de los dos con los que ha sido sancionado por su expulsión frente al Córdoba. «Lo pasaré mal porque soy una persona pasional e impulsiva y muchas veces me equivoco como ocurrió el domingo. Un entrenador no puede comportarse así y pido disculpas a la afición como ya hice con los futbolistas». Pese a que procure maquillar que todo va bien y envíe el mensaje de el Real Zaragoza mejorará, su discurso evidencia el momento que atraviesa. «Estoy mal. Soy una persona que siente por el Real Zaragoza. Estuve cuatro años aquí, me hijo es de aquí. Estoy poniendo todo lo que tengo y no me rindo ni me voy a rendir».

Pomares es duda mientras que Dani Gómez, que pasó por una gastroenteritis y ha sido padre, y Keidi Bare entrarán en una citación en la que son baja Akouokou por sanción, y Bazdar, con su selección. Para la medular comenta que tiene «alternativas» sin descubrir a los protagonistas ni aclarar si cambiará de sistema. El gol volverá a ser una cuestión vital porque el técnico considera que en defensa todo va sobre ruedas. «Los partidos que hemos disputado lo hemos hecho con un equipo que defiende bien, que es superior el rival. Tenemos un problema importante que es la falta de gol y a ver si en un momento determinado tomamos mejores decisiones en la parte ofensiva». La puntería, eso sí, viene de fábrica. «Es una situación que no se puede mejorar. No se pueden entrenar. Entra la ansiedad del jugador, la calidad, el cansancio. Generamos ocasiones y por eso no me preocupa, como se vio contra el Córdoba en un partido perfecto porque además les quitamos el balón». El Almería, que flojea atrás, sí tiene artillería de la buena. «Al contrario que nosotros, no necesitan tener diez oportunidades para hacerte gol y es verdad que sufren en defensa. La intensidad será clave, si defendemos y logramos que no estén cómodos en la finalización, podemos ganar el partido», apunta un Gabi ya con la corona de espinas en la cabeza.

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