Juan Ignacio Martínez no solo ha hablado sino que ha enviado mensajes personales tan contundentes como el siguiente: «El Real Zaragoza va a tener un equipo supercompetitivo, muy bueno para afrontar la Liga y llevar al Real Zaragoza donde se merece». Así, sin medias tintas, después de que se le preguntará por el eterno objetivo del ascenso, con un equipo por construir casi por completo y un cambio accionarial en marcha que no favorece la llegada de fichajes. «No quiero nombrar esa palabra (ascenso). En julio no podemos hablar de Primera División», había dicho segundos antes de que descubriera que en su cabeza y en sus intenciones busca lo máximo. En su primera comparecencia, el entrenador respondió siempre con una sonrisa, dispuesto a recibir todo tipo de preguntas y «muy cómodo». Inundó la sala de prensa de optimismo, fruto de su propia idiosincrasia y de la tranquilidad que se le ha transmitido desde el club pese al proceso de compraventa. «Me marche de aquí con la confianza de personas fuertes del club y con máxima tranquilidad. Desde ese mismo momento, a Torrecilla y a mí se nos multiplicó por mil la ilusión».
Sabe de los movimientos institucionales, de las negociaciones con un futura propiedad. Tiene la información completa. Sin embargo, y pese a le afecta que por el momento no se haya concretado la firma, se aísla de esa atmósfera y trabaja en su parcela. «Soy consciente de este escenario, pero influye en mi día a mía. Los chavales, con su actitud y su trabajo, me transmiten porque antes de nada son profesionales. También ayudo mucho la visita del presidente y del vicepresidente al inicio de la pretemporada que le dio naturalidad a todo. Es cierto, como bien sabéis, que estamos con déficit de jugadores, pero tengo absoluta confianza en Miguel Torrecilla porque siempre confecciona buenos equipos», explica el técnico.
En un momento determinado de la charla, JIM bromeó con un papel donde tendría apuntado qué tipo de equipo quiere ahora que empezará de cero un proyecto. Y aunque retiró la nota de la vista de los presentes, expuso sin tapujos sus pretensiones. «Vamos a ser un equipo reconocible, protagonista con el balón y habrá que saber sufrir cuando lo tengamos. Haremos presión alta y tras pérdida de balón. También jugaremos desde atrás… Todas estas tareas están siendo absorbidas muy bien por los futbolistas y eso dice mucho por su predisposición. Luego el estrés te lo da la competición, mañana en Calahorra y luego en los partidos programados en Murcia».
Sobre los canteranos a los que se ha recurrido para completar el grupo de trabajo, Juan Ignacio Martínez cuenta que tendrá minutos y la oportunidad de demostrar si quieren y pueden quedarse. «Para mí, los chavales que han llegado hasta ahora no juegan por capricho del entrenador sino por su rendimiento y por el excelente trabajo de formación del club. Y sobre los de ahora, van a jugar en los amistosos. Si son capaces de decir ‘aquí estoy yo’. habrá aue tenerlos muy en cuenta. El entrenador, no obstante, puntualiza que «hay un proceso en la formación con las edades y no debemos precipitarnos. Aun con todo no difieren mucho del grupo y lo están haciendo muy bien».
A la puerta de Torrecilla se agolpan nombre de futbolistas, posiciones a cubrir con mayor urgencia que otras. Deseos caros y realidades más accesibles. En el centro de la defensa, aunque habría que matizar otras muchas cosas en esa línea y sus necesidades, el positivo en covid Clemente ha trastocado algo los planes. JIM no esconde que «se está intentando traer Peybernes pero tiene que llegar a un acuerdo con el Almería. Por si caso se barajan otros futbolistas. Le he dicho a Miguel que no tengamos prisa ni demos volantazos. El objetivo es hacer un muy buen equipo y rara es la pretemporada en la que los clubes tienen configuradas sus plantillas a estas alturas».
Si lo dice este JIM…veremos