Cuatro meses después de la celebración de la Nochevieja adelantada para rendirle un homenaje y recaudar fondos para ARAELA, se ha ido Jorge Gaya, enfermo de ELA y miembro de la asociación y de la peña 60 Apellidos Maños que organizó el acto. Esta enfermedad, cruel en sí misma y en los silencios de las administraciones públicas para dedicarle la atención económica e investigadora que requiere y merece, se ha cobrado otra víctima, pero aún se escuchan las campanadas de aquella fiesta en la que Jorge, sin perder un segundo la sonrisa, recibió el cariño de familiares y amigos y la placa de Presidente Honorífico de la Peña. Queda el legado del triatleta sentado en su silla de ruedas con la dignidad muy en pie, la misma dignidad que le acompaña esta noche en su viaje hacia el recuerdo de quienes le querían y de aquellos que mantienen encendida a diario la llama por conseguir mejorar la calidad de vida de los afectados por ELA.