Siempre que el Real Zaragoza juega en Burgos aunque el club castellano haya cambiado hasta tres veces de identidad, tengo un recuerdo especial. En primer lugar porque mi madre nació allí aunque su familia era de Calatayud; después porque se marchó Arsenio Iglesias a la ciudad del Cid en 1978 tras dejar campeón de Segunda División al equipo aragonés sin perder ningún encuentro en la Romareda por ocho millones de pesetas y su cercanía me dejó un excelente recuerdo; por último, las primeras veces que fui a El Plantío después de su primera remodelación, se me helaba la cara pero tenía los pies abrasados por el radiador eléctrico y el cristal de la cabina empañado.
Son impresiones personales del último tercio del siglo pasado y que nada tienen que ver con el partido del domingo. Pero me gusta compartirlas en «El 10 de Príncipes de París» con lectores que esperan algo diferente escrito desde la calma de quien no le debe nada a nadie. Keidi Bare no conocerá la capital burgalesa ni visitará la catedral gótica del siglo XIII que aún forma parte del cristianismo aunque no sabemos por cuánto tiempo, dado el futuro que parece esperarle al continente europeo.
Otro lesionado más que le complica la vida a Víctor Fernández para contar con un once titular que ya iba tomando forma donde uno de los líderes es el futbolista albanés. No he tenido la fortuna de viajar a su país como, gracias al fútbol y al baloncesto, he disfrutado de Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Bulgaria o Rumanía; si contamos una rápida visita a Berlín Oriental en 1987 en la RDA y Moscú antes de ser Rusia, doce países del telón de acero o que salían de la dominación soviética.
¿Cuál fue la última noticia que han leído o escuchado de Albania? ¿Saben cómo se llama su presidente? Estuvo cinco siglos ocupada por los otomanos y en 1908 obtuvo su soberanía. Nuestro centrocampista nació en la ciudad de Fier que se encuentra a 12 kilómetros de Apolonia fundada por los corintios y después de haber conocido Madrid, Málaga y Barcelona desde 2016, tendrá que disfrutar unas semanas de asueto sin salir de Zaragoza.
Claramente, algo diferente escrito desde la calma. Gracias
Muy agradecido.
En mi memoria estará siempre el recuerdo del gran periodista que fue su padre, el irrepetible Paco Ortiz en aquellas tardes de partidos con marcador simultáneo a la misma hora del domingo, en que cantaba y transmitisa las incidencias desde la SER, en Carrusel Deportivo, y los goles de los Magníficos en la Romareda
Qué grandes recuerdos de aquella segunda parte de la década de los 60.
Era un niño con el oído pegado a una radio.
Es lo que él hubiera querido, que sus sentimientos convertidos en palabras fueran recordados más allá del momento.