Pau Sans y Francho, este en la última jugada a pase de Luna, remontan para un Real Zaragoza que desarma al Cartagena en la segunda parte para mantener el liderato (1-2)
Si en Cádiz el Real Zaragoza eligió la segunda parte para desmontar el equipo andaluz, este lunes en Cartagena prefirió la segunda mitad y el obstáculo de un gol en contra para desarmar por completo a su rival, muy superior hasta que se le fundieron los pulmones y las piernas. Con el mercado muy abierto a la espera de futbolistas que eleven el nivel de la plantilla, el conjunto aragonés compra en el de las emociones y ficha en el de la superación. Fue un equipo débil en defensa frente a la agitación de Gastón, Jairo y Cedric, de un adversario que en la media hora inicial calcinó la banda de un Tasende desarbolado y muy descuidado en casi todos los pases. De un exceso de confianza del lateral vino la apertura del marcador local tras un robo de Jairo cuyo centro atacó de cabeza Cedric en la espalda desatendida de Calero. Las dudas y las imprecisiones hicieron que el Real Zaragoza mudara una versión muy pequeña, vagabundeando por el campo despistado, sin acero ofensivo y con una circulación de pelota fatigosa, como en los viejos tiempos. El Cartagena redujo revoluciones y se replegó, lo que, poco a poco, llevó al encuentro a un periodo de tregua y al descanso. Del vestuario regresaron ambos con los papeles cambiados.
Donde los tentáculos de Sipcic habían estrangulado a Bazdar, el serbio se rebeló como un atacante de variados y ricos recursos condicionados por su todavía ingenuidad finalizadora. Tuvo el empate en una asistencia profunda de Keide Bare, esta vez demasiado centrado en guerras subterráneas, pero su tiro lo adivinó Pablo Campos, al igual, ya con Azón en el campo para doblar el tambor ofensivo, con un disparo esponjoso a las manos del portero. El abracadabra se produjo con los cambios, con la frescura que pedía una cita que el Cartagena vivía ya como un martirio físico. Se personaron Pau Sans por un Bermejo sin gas y Francho junto a Moya en el relevo de Bare y Aguado. La caza del empate se desató con frenesí y una ráfaga de ocasiones que Azón no supo resolver solo ante Campos y un lanzamiento de Moya que Sipcic sacó con la canilla bajo palos. El incendio en el área murciana era devastador, con Abelardo metiendo extintores sin éxito para aguantar o para dar un inesperado golpe de gracia en la figura siempre amenazante de Ortuño. Lo que tenía que ocurrir sucedió en la segunda asistencia de Calero, pero lo que nadie esperaba es que a esa pelota acudiera Pau Sans para establecer la igualada. El chico lleva desde hace tiempo con mucho brillo en las botas, bastante más que Bermejo aunque su función sea diferente. Se anticipó y acabó con el estrés de sus compañeros enfundándose con un solo golpe la chaqueta verde de Augusta. En el segundo que se le presentó, dibujó un quiebro para tumbar a Campos, pero a potería vacía se le cruzó Musto con el recogedor.
Ese gol no conformó al Real Zaragoza, sino que afiló sus colmillos. Más joven, más preparado y más valiente, se lanzó a tumba abierta en busca del pastel completo. Liso, menos visible que en otras ocasiones, metió el esférico en el área, donde las llamas alcanzaban ya una altura considerable para el equipo de Abelardo. Era el último minuto y la cantera explotó con una dejada de cara de Luna para Francho que el centrocampista reventó para conseguir la segunda diana y la defensa de un liderato que el Real Zaragoza mantiene con todas las de la ley, como si no necesitara nada más para soñar. Pero le hacen faltan muchas cosas para enriquecer sus aspiraciones, en primer lugar presentar una línea defensiva más solvente, afinar arriba y aplicarse desde el primer segundo para disfrutar del éxtasis sin apurar tanto. Su esqueleto provisional, no obstante, sirve por ahora para disfrutar con partidos que la memoria había olvidado en el cajón del tiempo de los héroes. Gracias a la juventud y el divino tesoro de la Ciudad Deportiva.
1. Cartagena: Pablo Campos; Aguirregabiria, Kiko Olivas, Sipcic, Ríos Reina (Pocho Román, m.85); Musto, Andy, Mini (Vukcevic, m.72); Jairo (Dani Escriche,m.72), Cédric (Luis Muñoz, m.65) y Gastón Valles (Alfredo Ortuño, m.85).
2. Real Zaragoza: Poussin; Iván Calero, Lluís López, Vital, Tasende; Keidi Bare (Francho Serrano, m.74), Marc Aguado (Toni Moya, m.74), Bermejo (Iván Azón, m.68), Liso; Soberón (Pau Sans,m.68) y Bazdar (Marcos Luna, m.87).
Goles: 1-0, M.15: Cédric. 1-1, M.82: Pau Sans. 1-2, M.97: Francho Serrano.
Árbitro: Germán Cid Camacho, del comité castellano leonés. Mostró la tarjeta amarilla a los locales Mini (m.59) y Aguirregabiria (m.79) y a los visitantes Lluís López (m.45+4) y Keidi Bare (m.51). Expulsó con tarjeta roja al entrenador local, Abelardo Fernández (m.97).
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de LaLiga Hypermotion de fútbol que se disputó en el estadio Cartagonova de Cartagena ante 8.800 espectadores. Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de los aficionados fallecidos desde el término de la pasada temporada.
Victoria. Eso es inapelable; pero quedan 45 puntos para los 51 y no es nada conveniente lanzar las campanas al vuelo. Esto es muy largo y puede pasar de todo.
Me quedo con los detalles de Bazdar, el esfuerzo de Bare y la rebelión de la cantera con un Pau que dejó detalles de mejor futbolista que algún titular.
Si traen lo que pide Víctor y éste los convence pronto del proyecto, pongo al equipo como aspirante a los primeros cinco puestos.
Es el segundo partido pero se ve a un equipo más sólido y enchufado.
Por favor, no lancemos las campanas al vuelo. Ilusión sí, realismo también.