Si el Real Zaragoza proyecta una aspiración firme para subir a Primera con Víctor Fernández al frente, los futbolistas de la escuela pueden formar parte del objetivo no sin antes rodearles de un equipo con mucho más cuajo que el actual
Algunos han puesto su grano de arena y otros toneladas de implicación y rendimiento para que el Real Zaragoza siga formando parte del fútbol profesional en Segunda. El club les debe la vida para sanear sus cuentas y permitirle que deportivamente no haya caído más bajo todavía que doce temporadas consecutivas en esta infame categoría. Ayer, en un partido crítico, los dos primeros goles fueron de Francés y Azón. Con Francho, posiblemente de baja hasta final de campaña, han firmado tres cada uno, nueve en total por ahora. En el ejercicio 2020-2021 colaboraron a la salvación con once, siete del ariete, dos del centrocampista, uno del defensor y otro más de Puche… En cuatro años de penosa planificación ofensiva, dos de ellos con la multipropiedad ya al timón, los chicos se han ganado el derecho a la titularidad y la mejora de sus contratos con el lógico peaje en ocasiones de su ternura competitiva.
Se merecen todos los elogios, pero el tamaño de estos se ha sobredimensionado no pocas veces más allá del confirmación real de sus capacidades para un universo m´s exigente, dentro del marco de un Real Zaragoza de perfil bajo en constante estado de guerras menores, o mayores, según se interprete. De todos ellos, Alejandro Francés es el que desprende púrpura de élite. Capital de la sub 21 de Luis de la Fuente y con un buen puñado pretendientes en la liga superior, lo tiene casi todo para dar el salto. Francho Serrano ha evolucionado sobre su espíritu estajanovista, físicamente poderoso en el recorrido y ganancia de los espacios aunque pendiente de un nivel superior de técnica en los metros finales. Iván Azón enamora, confunde e irrita, pendiente todavía de la finalización que distingue al ariete grande mientras subsiste dentro de la poderosa armadura de titán en constante batalla. Sus destinos, salvo que alguien se haga con los derechos de Francés y se rompa el triunvirato, apunta a otra aventura juntos, esta supuestamente enfocada a un ascenso inmediato con Víctor Fernández como arquitecto de algo más que una ilusión.
Están cualificados para conservar su estatus, con mayor o menor participación, pero no para responsabilizarse de una macroempresa como han hecho casi en exclusiva hasta la fecha con la ayuda inestimable de Cristian, lesionado, un Jair muy a la baja, y sin un goleador constante en todo su recorrido en el primer equipo. La hambruna anotadora ha sido devastadora, algo inasumible para un plan de máxima ambición. La dirección deportiva y Víctor Fernández van a conservar en la fotografía a Francés, Francho y Azón a la espera de que Aguado recupere la jerarquía que demostró en el Andorra, si bien será de obligado cumplimiento rodearles de un vestuario con mucho más cuajo que el actual para que manifiesten sus virtudes sin la presión asfixiante de liderarlo casi todo. La mayoría de sus compañeros van con lo justo como ha ratificado la temporada, que se ha llevado por delante a dos entrenadores. La cantera sí, pero no así si de verdad se contempla el ascenso.
La cantera ni es ni será suficiente para el ascenso a primera, once años contemplan el aserto. Luego, hay que
construir un equipo a base de fichajes y cesiones de al menos un nivel algo superior y diferencial de lo mejor que hoy tenemos procedente de la cantera.
No nos engañamos de los tres que descienden es raro que uno de ellos ascienda automáticamente a primera. Se trata de equipos ya hechos que cuentan con un importante premio económico por el descenso y un límite salarial alto. Cómo compités con eso?.
Muy de acuerdo con el articulo.
De los tres que descienden de primera es raro que uno no ascienda.
Aclaro lo que he escrito.