El gol en propia meta de Fran Gámez que instala al Real Zaragoza en la penúltima plaza de Segunda y sin haber logrado un solo tanto en las tres primeras jornadas (otro récord para la historia negra) no lo marca el lateral. Es obra de César Alierta, Fernando Sainz de Varanda, Juan Forcén, Luis Blasco, Juan Uguet, Fernando de Yarza, Luis Carlos Cuartero, Christian Lapetra, Miguel Torrecilla y también, aunque duela, Juan Ignacio Martínez. Unos, los que forman el consejo y puestos adyacentes, por seguir reunidos y escondidos en la bodega del barco fantasma que quisieron vender y del que ahora son espíritus malignos y revirados. Los otros, el director deportivo y el entrenador, por haber colaborado a fomentar la fantasía de un equipo capaz de competir y estar entre los mejores. A estos últimos se agarró la afición frente al mutismo enfermizo de la directiva, pero eran muy conscientes de que sus mentiras piadosas podían resultar letales en cuanto la competición pusiera todo en su lugar. Así ha sido. El Real Zaragoza es un vulgar aspirante a la salvación después de una lamentable maniobra de compraventa que todo lo ha viciado y de un mercado al que se ha acudido para recoger los restos. El futbol es de los futbolistas pero la nueva agonía que amenaza con prolongarse otra temporada pertenece en exclusiva a los responsables de las áreas de gestión.
La hinchada es la viva imagen de la desesperación, la María Magdalena al pie de la cruz. La derrota frente al Cartagena, un equipo del montón y amontonado, arrancó con el anuncio mediático de la marcha de Luis Carbonell a las categorías inferiores del Real Madrid. El mejor alumno de la cantera por cualidades naturales era arrojado al vacío como aperitivo de una noche que se fue cerrando más y más por la falta de cualificación de unos jugadores que al aproximarse al área enemiga retroceden como el agua al besar la orilla, en su caso sin mareas crecientes. Gámez corrió la banda y Zapater ejerció de digno capitán de una tropa desharrapada, con Narváez una a vez más como único e infeliz atacante creíble. Álvaro Giménez, Bermejo, Borja Sainz, Nano Mesa… Eguaras, Igbekeme, Chavarria… Todo buenas intenciones en piernas de madera. Todo enrocado en un técnico anclado en un sistema improductivo que necesita más dinamita en cantidad arriba. Un pelotazo de Gallar desde Júpiter aterrizó en el cráter de Cristian y el lateral derecho introdujo el balón como apertura y epílogo cómico de la tragedia del equipo, pero sobre todo del club. Sólo falta César Yanis, el panameño de la medianoche, para rematar este fresco perfecto del juicio final.
Hoy se baja la persiana del mercado y queda pendiente, dicen, un mediocentro ofensivo. Miguel Torrecilla y Juan Ignacio Martínez, porque no se entienden el uno sin el otro en esa fusión siamesa que tanto pregonan, se han lucido como cómplices de la Fundación o como pregoneros de la ingenuidad. La plantilla necesitaba una regeneración completa y se han conseguido como mucho ocho novedades que, salvo Gámez, perfectamente podrían ser reservas de nivel medio en lugar de titulares y nadie se escandalizaría al verlos en el banquillo. El presupuesto conservador y el atasco en las operaciones como consecuencia del abortado traspaso de acciones no les ha ayudado, pero tampoco se les ve como grandes seductores ni con herramientas suficientes para perforar en busca de pozos de petróleo en lugares y ligas insospechadas. Han tirado de la vieja de libreta y de profesionales errantes por madurez o juventud sin cubrir las necesidades que reclamaba el vestuario. A partir de ahora se les plantea un problema muy grave: puestos parches sobre parches, la herida sigue sangrando.
La hemorragia sólo tiene una solución y exige riesgo y valentía, palabras que la Fundación no recoge en su pobre diccionario y que habrá que inculcar a JIM. Si se insiste en estos profesionales quemados por el milagro del curso anterior, la permanencia pasará a convertirse en una entelequia. La cantera y sólo la cantera emerge como la necesaria revolución para crear un clima más saludable para el equipo y para la afición. No es una propuesta oportunista. La camada que existe en la actualidad en la escuela zaragocista –aun con el crimen que se ha cometido con Carbonell– da como para oxigenar física y técnicamente al equipo. Francés, Francho, Clemente, Azón, Puche, Cortés y Ángel tienen que mantenerse o ingresar de inmediato en los planes del entrenador.
Porque, además de mano de obra barata, lo que encantará a la Fundación, son jugadores con cualificación y con compromiso de pertenencia. Y alrededor de figuras como Cristian, Jair, Zapater o Narváez y lo que pueda aportar el resto, promover una revolución para luchar por la permanencia y presentar un nuevo proyecto en base a la creación y explotación inteligente del patrimonio. Seguramente no se ascenderá en mucho tiempo, pero se saldrá de esta espiral diabólica de los muertos vivientes devorando al Real Zaragoza en la bodega del barco fantasma hasta que consigan hundirlo. De la mentira enquistada que siempre ha sido la Fundación con su careta salvadora.
Que fácil es criticar pero al que escribe y alguno más, habria que recordarles que si Alierta no hubiese puesto el dinero el Zaragoza hubiese desaparecido hace unos años. Así que no me parece justo que se carguen todas las culpas en él después de que arriesgo su dinero a cambio de nada. En las actuales circunstancias será muy difícil que pueda recuperar todo el dinero que ha puesto.
Disculpa, es cierto que vinieron a salvar al Real Zaragoza, pero porque si desaparecía, se acabó la deuda. Investiga a quien se le debía dinero y tendrás la solución de porque vinieron( por cierto con el Zaragocista de toda la vida » Petón» a la cabeza) Son culpables de todas las desgracias, mienten cuando se dice de una venta, no son capaces de protestar por la perdida de tres jugadores importantes y por cierto, la demanda a la liga por la promoción a primera sin Suárez ¿ Donde está? Y no hablamos de los jugadores malvendidos para pagar deuda. Son muchos temas y el Señor Hernández tiene toda la razón. Saludos .
Hola buenos días, quizás lo que voy a decir a más de alguno lo ponga nervioso, soy ZARAGOCISTA y lo que voy a decir lo digo con mucha tristeza, ya vale de mendigar por un motivo u otro, me da igual, cuando apareció la Fundación parecía que venían a salvarnos, quizás lo mejor que desaparezca y empezar de nuevo como han hecho otros Equipos, esta Junta por muy dueños que sean, no tienen ningún Respeto a esta AFICIÓN, si con MAYÚSCULAS que están ahí y no se les valora en NADA, NADIE a dicho ni mú del desastre de la pasada temporada, vino un famoso Abogado que así es como nos lo vendieron a qué???, si alguién nos va a sacar las castañas son gente de la CANTERA, con varios Fichajes de cierta calidad. En Madrid pintamos muy poco o nada, me remito a como termino la temporada pasada y esta nuestros seleccionables Sub21 no les dejaron jugar contra el Cartagena, cuando el filial de la R. Sociedad, les cambiaron el día del partido para que pudieran jugar, en el filial o en el Equipo titular y aquí nadie dijo nada, vaya defensa de Nuestros Intereses y por este camino seguiremos diambulando, con más pena que gloria ó a 2ª B y a desaparecer, TRISTEMENTE, A U P A R. Z A R A G O Z A S I E M P R E