Marcar de falta directa es un arte. Desde hace demasiado tiempo, 148 partidos de Liga, el Real Zaragoza no entra en ninguna de las salas de exposiciones con una de estas obras bajo el brazo. En concreto desde que Pep Biel lo hiciera frente al Nástic a domicilio hace tres años y cuatro meses, el 12 de noviembre de 2018. El conjunto aragonés sostenía un empate en el marcador después de empezar perdiendo y el mallorquín, en su debut anotador, le puso por delante con un elegante zurdazo que no alcanzó Isaac Becerra. La anterior ocasión en que el conjunto aragonés embocó de esta suerte fue por medio de Buff, quien puso el 2-0 ante el Lugo en febrero de 2018. Esa misma temporada, Alberto Zapater había conseguido dos dianas de idéntica factura. Con apenas un mes de diferencia, entre octubre y noviembre de 2017, el de Ejea firmó un par de magníficos disparos para igualar un 0-2 en Oviedo (2-2) y para acortar distancias en la derrota en El Alcoraz (3-1). El último autor de un doblete en esta etapa en segunda fue Lanzarote el curso 16-17, después de que pasaran 71 encuentros desde que se viera algo similar con un tiro de Jaime frente al Recreativo y otro anterior en Lugo de William José.
En los últimos cursos, sin un especialista concreto, Alberto Zapater ha sido el encargado de ejecutar este tipo de acciones. Sin embargo, este año, en concreto desde el mercado de invierno, Eugeni Valderrama es el elegido por su excelente manera de tocar el balón que, no obstante, en su carrera le ha dado mínimos frutos goleadores. El centrocampista se ha encargado de lanzar en cinco oportunidades, una más que el capitán, y todavía no ha visto puerta. Tampoco han acertado en sus tres intentos Juanjo Narváez ni Sergio Bermejo en el total de 15 faltas directas que ha dispuesto el Real Zaragoza en 33 jornadas. La falta de acierto va pareja, de forma inexorable, al retroceso en calidad de las plantillas. Futbolistas como Zanimacchia, Fran Rodríguez, Jesús Valentín y Pedro figuran en la historia negra de otras épocas de falta absoluta de destreza.
El conjunto aragonés se ha abandonado al pie de Eugeni para solventar semejante déficit de puntería en situaciones generalmente muy favorables para marcar. Pero si repasa el currículum del jugador de Tarragona, sorprende lo poco o casi nada de su acierto pese a se ha empleado con empeño en diferentes equipos. En el Huesca, en la temporada 19-20, probó suerte sin fortuna alguna en ocho oportunidades, mientras que en el Albacete, en la 18-19, donde ofreció su mejor versión, logró el gol de la victoria ante el Extremadura tras una tacada de 14 tentativas. Por cierto, ese pelota que sí entró, pegó en un defensa antes de sorprender a Casto. En el Real Zaragoza, a balón parado sólo ha acertado de penalti.