El Real Zaragoza que el director deportivo ha parcheado en el mercado de invierno y que recupera a Bakis y Valera se enfrenta al Sporting con Guti al frente para dar un paso hacia el milagro de la promoción
El mercado de invierno ha dejado perplejo al personal, que ve regresar a Raúl Guti como gran noticia que añadir al acierto de la cesión de Edgar Badía y se encuentra con un lateral derecho del Lille, Akim Zedadka, cuando el agujero lo tenía en la izquierda. Además se han frustrado las operaciones por algún extremo o atacante para un equipo mustio de asistentes y goleadores. Las tres novedades de esta ventana que aporta más bien poco al sistema de Julio Velázquez entrarán en la citación con la titularidad asegurada para el portero y para el centrocampista, quien cubrirá la baja de un Aguado ausente por acumulación de tarjetas. Queda por descubrir si el entrenador apuesta por el pleno y opta por el defensor francoargelí para suplir a Gámez, baja por la contractura que sufrió en Santo Domingo, y a Borge, con un esguince de rodilla que ha dejado desnudo ese carril de alternativas naturales. A falta de grandes alegrías en el bazar de enero, la vuelta a una lista de Bakis y de Valera, que aún no están para competir de principio, amortigua el decepcionante trabajo de Juan Carlos Cordero, quien a falta de recursos negociadores ha depositado todos sus créditos esta temporada en la resurrección del punta turco y en que el grueso de sus fichajes estivales espabile en lo que resta de campeonato.
En la visita del Sporting este lunes a La Romareda (20.30) está la madre del cordero. La verdad nada soleada que se presume o un primer rayo de esperanza para seguir creyendo, aunque sea de muy de lejos, en el milagro de la promoción. Acomodado en los empates, resultado que en nada incomoda a Julio Velázquez, al Real Zaragoza no le sirven para nada avanzar de punto en punto, tan sólo para ensanchar su improductiva fama de conjunto muy difícil de ganar. Si busca la heroicidad, tendrá que fundamentar su ascenso en la clasificación por una escalera de victorias y del fútbol que aún no ha encontrado sin tiempo ni jornadas para tomar aliento. Los asturianos, que pierden a Rosas y Campuzano para este compromiso y recuperan a Djuka, también llevan una racha nada brillante y trufada de igualadas, con dos triunfos en los últimos diez encuentros. El equipo de Miguel Ángel Ramírez, el más complicado de derrotar (sólo cinco) junto a Leganés, Ferrol y Oviedo, acude al Municipal para recuperar la posición de ascenso directo que tuvo como segundo de la jornada 14ª a la 19ª. En esta categoría, señalar a un favorito es mal negocio, por lo que al Sporting, incapaz de imponerse históricamente en Segunda en el feudo del conjunto aragonés, no le espera un camino de rosas.
El Real Zaragoza, y el propio Sporting lo sufrió en El Molinón, eleva su rendimiento cuanto mayor es la dificultad. Si estuviera arriba sería un motivo de clara fortaleza competitiva. Espanyol, Levante, Leganés, Valladolid y Eibar, este pese a llevarse el triunfo en la recta final, han caído o han sudado sangre. Pero esa misteriosa aura que le envuelve contra los grandes se desvanece ante los pequeños, motivo de su falta de credibilidad y de fiabilidad para confiar en una explosiva capacidad de reacción. En cualquier caso, con o sin goles de sus delanteros, lidere Guti el centro del campo con puño de hierro junto a Francho y Moya –este de vuelta tras cumplir sanción en Alcorcón– o se lance a tumba abierta Akim Zedadka, el nuevo Real Zaragoza tiene que serlo también en el marcador con su novena victoria del curso. Para eso necesita mucho más que una estructura de tres centrales (donde Jair seguramente tendrá que seguir esperando en el banquillo) y un puñado de centrocampistas defensivos que blinden a Edgar Badía. Necesita jugar con carácter ganador, con otros ritmos más ligeros y profundos con los que circular la pelota con destino a la parcela atacante.
Juan Carlos Cordero no ha aportado demasiado desde su despacho, dejando una plantilla espectacularmente descompensada y a un técnico conformado y conformista con lo que le han traído, nada en un lateral izquierdo donde continuará improvisando con Mollejo o Valera si a Lecoeuche le vuelven a traicionar las fibras . La noche de este lunes no tendrá termino medio para el Real Zaragoza: acabará cerrada a cal y canto de cara al futuro o calculando la distancia que hay con la luna que le promete su ilusión.
Foto Real Zaragoza