La operación fantasma ‘hijos de Cándido’

Vamos por partes, una vez más. La información que se filtra desde el club es que todo está hecho para se produzca el cambio accionarial en el Real Zaragoza. Todo menos la firma, es decir el requisito imprescindible para sellar cualquier tipo de acuerdo. La mayoría de las medios de comunicación coinciden en que Spain Football Capital se hará con la propiedad en breve, esta misma semana ( la canción del verano), y que su inyección económica será satisfactoria para atender todos los frentes abiertos por las deudas pendientes a largo y corto plazo. Al final, o entre párrafos de afirmaciones contundentes, siempre se cuelgan verbos en condicional, como un hilo muy fino de sospecha de que, quizás, esa operación que supuestamente duerme sobre la mesa de una notaria pudiera no producirse o mostrar otra forma muy diferente a la compraventa.

Uno de las cuestiones expuestas como gran argumento de la firme apuesta del fondo de inversión con más nacionalidades que el pasaporte de la Piquer ha sido que además del dinero para las obligaciones innegociables y sellado un nuevo calendario en el convenio de acreedores, habría una importante partida para el área deportiva con la finalidad de subir el techo salarial del equipo y aumentar su grosor competitivo para luchar por el ascenso. En los últimos días, sin embargo, se ha desandado ese camino idílico para presentar el futuro proyecto con objetivos más moderados como conservar el límite salarial de la temporada pasada. Por debajo de la puerta del despacho de Miguel Torrecilla, embargado por la demora en el traspaso de títulos, salen negociaciones sobre futbolistas de perfil bajo que además eligen en algún caso otros destinos, renovaciones a la mínima, solicitud de cesiones varias y una apuesta por la cantera que no tiene nada de casual.

El único que entre esa cortina de doble capa no dice nada es César Alierta, a quien se le adjudica una segunda vía que podría (maldito condicional) estar relacionada a su negativa a deshacerse de su mayoría a un precio que no compense sus aspiraciones, el suficiente para sacar algún beneficio o no seguir perdiendo, ya que tiene más sobrinos que Fernando Sainz de Varanda entre los que repartir una futura herencia. La operación fantasma ‘hijos de Cándido’, presentada en sociedad por Fernando de Yarza en su rotativo, no ha convencido nunca al expresidente de Telefónica porque ve en ella un mal negocio que solo satisfaría el interés del presidente de Grupo Henneo por seguir incrustado en algún nicho de poder del club. La necesidad de salir corriendo lo antes posible frente a los pagos que se avecinan sería la causa de una alianza definitiva aun a regañadientes de César Alierta con el resto de accionistas.

El equipo empieza a entrenarse este miércoles tras las pruebas médicas que se realizarán mañana y nadie, salvo los implicados, sabe a ciencia cierta quién es el grupo interesado en quedarse el Real Zaragoza ni en qué forma, información por otra parte blindada siempre en este tipo de negociaciones de gran calado. Aun así, los hermanos Álvarez del Campo se han colado en las páginas de Heraldo de Aragón con un antifaz que esconde una dudosa identidad, una cuña que se asemeja a un juego de distracción incluida la intermediación comisionista. Si en la planificación deportiva todo está atascado, el retardo en la presentación de la campaña de abonados sigue en vía muerta. No hay orden al respecto, ni línea de trabajo… Todo terminará desbloqueándose para luego atacar todos los frentes a una velocidad de vértigo y peligrosa. Lo que hay que descubrir es lo que verdad se esconde al otro lado de la ‘operación hijos de Cándido’ al margen de la intención de negocio.

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