El Castellón, un equipo que se alimenta de pólvora ofensiva, pondrá a prueba al Real Zaragoza, segundo con el mejor ataque de la categoría y un sistema defensivo por corregir con urgencia
El Real Zaragoza ha sido un tempestad sobre los abismos, cuando la derrota le amenazaba, también contra rivales vulnerables por sus limitaciones o por encontrarse en inferioridad numérica. Por ahora, las victorias que no han necesitado peritaje han sido contra Cádiz, Levante y el Elche. Todos los partidos, sobre todo los últimos con una defensa que se le ha desmontado a Víctor Fernández, los ha confiado a la inspiración de sus atacantes. Bien, mal o regular, el conjunto aragonés ha encontrado la portería gracias al destacamento de sus delanteros, el mejor del campeonato, autor de 15 de los 20 goles que lleva el máximo realizador de la Liga. Su capacidad de reacción ante las adversidades y su puntería le tienen en ascenso directo para recibir esta tarde (18.30) al Castellón, un tsunami ofensivo que juega con una estrategia de aparente desorden muy estudiado. Será difícil que las porterías queden inmaculadas en esta cita de tiro al plato en La Romareda, donde el conjunto aragonés necesita imponerse después de que el líder Racing y el emergente Almería se hayan llevado los puntos en juego de forma consecutiva y con un una autoridad técnica incontestable.
Víctor ha anunciado cambios, entre ellos el destierro del rombo que utilizó en Elda para deleite de los alicantinos. La carga de encuentros en esta semana y las dolencias de algunos jugadores caso de Bazdar y de desgaste, como ocurre con un Calero que lleva más minutos que nadie, aseguran la presencia de Marcos Luna en el lateral derecho para abrir una incógnita en el izquierdo: si seguirá un Clemente poco convincente en sus actuaciones o entrará un futbolista ajeno a esa zona, incluso el propio Calero. Para suplir al serbio está Alberto Marí, pero aquí también se abre un abanico interesante de opciones de acompañamiento a Azón, fijo por su estado de gracia con tres goles de calidad seguidos. En el centro de campo es posible que Moya se reúna con Bare y que Ares o Pau Sans se sumen a ese territorio. Seguramente todo girará, como ya ocurrió para mal en el Pepico Amat, alrededor de la figura de Ager Aketxe y de la posición que finalmente ocupe. El técnico tiró el guante a la prensa sobre un once que iba a sorprender. Así que habrá que esperar para ver lo que saca bajo la chistera.
Vital sentará al todavía inadaptado Kosa en una línea que esta siendo azotada desde la visita a El Plantío y que ante el Eldense fue un muñeco de feria. El Castellón va a examinar el sistema defensivo del Real Zaragoza con su peculiar interpretación del fútbol, fruto del neerlandés Dick Schreuder, quien le ascendió la temporada pasada y en la actual ha conservado el patrón de tres centrales y un equipo en vuelo libre que en cualquier instante puede tener a sus laterales en el área o marcando. Presión altísima, velocidad del diablo y una flexibilidad posicional que hace indetectables a sus futbolistas. Schreuder opera a corazón abierto aunque su apuesta por el espectáculo pueda salirle cara. Todo indica que el partido derivará en un ida y vuelta que al Real Zaragoza deberá de evitar, a ser posible con el balón que el Castellón siempre intenta hacer suyo robándolo y acelerando una transición sin aliento. El equipo de Víctor tiene su mazo para que lo más divertido no sea el partido sino el resultado. El empate -son los que menos igualadas firman, sólo una– no cotiza.
