Ya ha marcado Iván con el 9 bien visible en su amplia espalda. Ya se ha estrenado un atacante. Le da igual al canterano que sea surfeando sobre la ola de calor y en este tipo de partidos glaciares de la pretemporada. Mientras se negocia por un delantero diferencial, el ariete sigue estableciendo su zona de caza al margen del clima competitivo. Otra vez, como hacía con Juan Ignacio Martínez pero en esta ocasión siguiendo un guión diferente, apareciendo en la segunda parte, flotando en el aire para atrapar con la frente un centro caramelizado de Buyla. Dentro del área, cómo no, su territorio comanche, donde el chico despliega sus mejores virtudes: pierna potente y cabeza atómica. Es pronto para todos, pero el punta ha madrugado, dejando claro que quien venga a desplazarle tendrá que hacerlo no en cada partido sino en cada jugada. Lo saben Gabriel Fernández, Vuckic, Alegría, Álvaro Giménez y Sabin Merino, a quienes envió al camposanto con su fe en sí mismo. Ha tardado dos encuentros en ver puerta desde que firmara el primer tanto de la victoria en San Sebastián en la última jornada. Es la zona Azón, la de la sinergia de la academia zaragocista.
— Real Zaragoza (@RealZaragoza) July 23, 2022