El Real Zaragoza conserva el liderato pese a su primera derrota en un caótico partido marcado por los cambios sin fútbol de Escribá en el once y un Racing de Ferrol fornido y con un plan más ambicioso (1-0)
La victoria del Tenerife sobre el Espanyol (1-0) permite al Real Zaragoza seguir asomado al liderato de la Liga. Por su cuenta no hizo nada para merecerlo en A Malata, donde abrazó con fuerza y ningún detalle futbolístico la primera derrota de la temporada. Perder la condición de invicto y dejar de marcar por primera vez podrían haber sido un par de circunstancias del juego, pero fue consecuencia de la sinfonía de la confusión de un equipo que iba avisando en anteriores jornadas de que sus formas de ganar o empatar tenían poco que ver con un plan bien desarrollado en el campo. Estaba siendo un conjunto solvente en defensa pero recurrente a la pegada de terceros o a situaciones favorables del destino, sobre todo desde que abandonó el rombo, el dibujo que mejor le había sentado en la pretemporada y en los partidos iniciales del campeonato. Por ese corto camino, las pérdidas por lesión de Nieto y Francho le han sentado además como un tiro, contratiempos que han perturbado a Fran Escribá en la búsqueda de soluciones.
El once que presentó el técnico contra el Racing de Ferrol fue una alineación de castigo. Los jugadores menos afortunados ante el Racing se quedaron fuera, salvo Bakis, que parece contar con bula papal y que se quedó sin anotar por séptima jornada consecutiva. Luna, Mouriño, Aguado, Mesa y Manu Vallejo vistieron de chándal junto a un entrenador que puso en sus lugares a Francés, Borge, Grau, Bermejo y Azón. No había revolución sino involución en esa formación que ni consiguió sanar el problema de los laterales, ni subió el tono defensivo, ni mejoró el tono de elaboración, ni elevó el nivel ofensivo. Todo lo contario. El Real Zaragoza fue un equipo a su bola todo el encuentro, de nuevo con Moya confirmando que sus mayores virtudes lucen en el acompañamiento y no en la dirección. El entrenador, con su innovador arrebato, colocó a Bermejo por la derecha y a Valera por la izquierda, sin que ambos, que intercambiaron desesperados sus posiciones, dejaran la más mínima huella desestabilizadora. Cobarde y encogido, el conjunto aragonés se vio superado por un rival que, como el Racing la semana pasada, le superó por inteligencia y ambición.
El Real Zaragoza dejó pasar la primera parte sin asomarse al área gallega, refugiándose por enésima ocasión en una parada magistral de Cristian a lanzamiento de Carlos Vicente, un agitador con mayúsculas al que Borge no pudo contener. Y se presentó en la segunda con una pizca más de balón, demasiado poco para un líder, para cualquier equipo que persiga el triunfo con sinceridad. La imprecisiones, las dudas y la falta de argumentos para superar la línea de tres cuartos con algo de colmillo fueron animando a un Racing de Ferrol fornido, sin asumir tampoco riesgos pero con un programa cuyo final de obra contenía la suma de los tres puntos. La fabricación de su gol premió su valentía y fracturó por completo al ya de por sí descompuesto Real Zaragoza. Carlos Vicente incendió el aire con una asistencia gloriosa desde la derecha y la cabeza de Álvaro Giménez trituró la portería de Cristian. Escribá lo había emporado todo y sus futbolistas se aliaron con su entrenador, incapaces de tomar decisiones coherentes por su cuenta.
La confirmación del desastre se escenificó en diferentes detalles. La salida por la puerta de atrás de Moya, el elegido para acaudillar el juego; el cambio de un Bakis flácido y claramente afectado por su esterilidad realizadora; la peor actuación del curso de Francés y Jair juntos; que Valera, aun en un mala noche, saliera del partido por delante del banal Bermejo… Hubo también gestos en plena calamidad con los que redactar varias crónicas, como por ejemplo esa mirada de impotencia de Escribá al cielo o el monumental cabreo de Azón porque sus compañeros le habían dejado solo en la presión. El Racing de Ferrol se desató y pudo aumentar su ventaja con un lanzamiento de Manu Justo al que, cómo no, Cristian respondió con ala de ángel. El Real Zaragoza sufre una preocupante amnesia futbolística que se ha tomado a la ligera porque no perdía y porque es primero. Y su técnico le receta además medicinas que acentúan su pérdida de memoria. De A Malata vuelve líder pero sentado en el diván de una profunda crisis de identidad.
Racing de Ferrol: Ander Cantero, Julián Delmás, Jon García, David Martínez, Brais Martínez (Moi, 86), Jesús Bernal, Josep Señé, Carlos Vicente (Manzanara, 91), Heber Pena (Chuca, 74), Iker Losada (Nacho, 86) y Álvaro Giménez (Manu Justo, 74).
Real Zaragoza: Cristian Álvarez, Fran Gámez (Marcos Luna, 81), Alejandro Francés, Jair Amador, Andrés Borge, Jaume Grau, Toni Moya (Maikel Mesa, 72), Sergio Bermejo (Sergi Enrich, 81), Germán Valera (Víctor Mollejo, 72), Iván Azón y Sinan Bakis (Manu Vallejo, 61).
Gol: 1-0 min. 60. Álvaro Giménez.
Un entrenador que no es líder de personas, trata a los jugadores como robots.
Los saca de su hábitat natural y les corta su iniciativa encarcelando al talento.
Cuando no hay ideas por parte del jefe, los subordinados ya no piensan.
Con el líder, si éste no piensa, el jugador saca su talento para salvar al conjunto, al equipo.
Humildad, lealtad y sinceridad. Deceso se trata. No ser un amargado que solo ve culpables a los demás.
Los jefes ganan batallas, pero nunca las guerras.
O cambia Escribá urgentemente o la primera semana de octubre puede ser impresionante.
Desastre de partido. Volvió ese amargo recuerdo de jugar para no descender. Otra vez derrotados por un equipo recién ascendido del limbo y otra vez a sentir la verguenza. Mal alineación y peor trabajo de los jugadores en el campo. Creo que Bakis tiene inicialmente que calentar banquillo y salir en su lugar Bermejo. Que vaya pensando Cordero en traer un delantero en el mercado de invierno. Que Francho se recupere pronto ya que no hay sustituto para él.
Quise decir Mollejo en lugar de Bakis
Pues muy de acuerdo con los amigos que ya han comentado.
Lamentable y tristisimo el espectáculo de anoche. Pienso en toda la afición, que observa que el equipo se desmorona y nadie cambia una dinámica decreciente en el juego propiciada por una alarmante falta de ideas que se traduce en un juego espeso, aburrido e impreciso.
Acabo de leer en el Marca que tildan de «gran partido» el jugado por el Ferrol…¿Pero de que me hablan?…yo solo vi un bodrio de partido a partes iguales, con un gol marcado por un paquete de jugador que pasó por aqui sin dejar recuerdo bueno alguno…doble verguenza!!
Ya está comenzando lo bueno. Esto es la Segunda División. Y fijaros en el Leganés, qué arranque ha tenido. Le queda al entrenador mucho trabajo, mucho. La suerte hay que buscarla, no mendigarla.