El conjunto aragonés sólo ha conseguido 18 de los 39 puntos, el 46%, que ha disputado con los diez equipos que tiene por debajo
Situado en el ecuador de la clasificación, el Real Zaragoza mira hacia arriba con dos pesados grilletes en sus tobillos que le han condenado a vivir el resto de la temporada sin más emoción que verla pasar, sus dificultades para sumar con los diez equipos que tiene por debajo en la clasificación. Por mucho que algún creyente se aferre aún a que la promoción es posible, la realidad aplasta el más mínimo desembolso en fe. El tiempo que le espera, pendiente de que confirme una permanencia por la que no debería sufrir, aconseja que se gestione con una apuesta, en la medida de lo posible, de mejorar su fútbol, elevar la ambición y conseguir que las 15 jornadas que restan, siete de ellas en La Romareda, no le supongan un auténtico martirio. El segundo proyecto de Raúl Sanllehí como recadista de la multipropiedad y el primero de Juan Carlos Cordero, desafortunado en verano y corto de abrigo en invierno, ya se puede calificar de descalabro: con el cuarto limite salarial de la categoría, se ha instalado en la liga de la medianía.
Las causas de este fracaso nada menos que con tres meses por delante para el ocaso de la competición se multiplican y se localizan, en su mayor parte, en un rendimiento deportivo muy pobre, con todos los futbolistas, salvo un puñado de excepciones en la figuras de Francés, Mesa, Francho, Mollejo y Badía, que han estado a años luz de sus mejores versiones por diferentes circunstancias y la sospecha de que no pocos no dan más de sí que lo comprobado. Entre ese extenso pliego de razones de este frustrante ejecricio, destaca una en particular que explica muy bien el porqué el Real Zaragoza ha perdido todo tipo de contacto con la cresta de la clasificación. El conjunto aragonés sólo ha conseguido 18 de los 39 puntos, el 46%, que ha disputado con los decena de clubes que en estos momentos siguen su estela. Los otros 18 de los 36 con que cuenta los ha sumado contra rivales que le comteplan desde arriba, diez frente Leganés, Espanyol, Sporting y Valladolid, estos en posiciones de ascendo directo o playoff.
El Real Zaragoza ha sido un tobogán, con un comportamiento mas o menos decente con los enemigos con mucho músculo competitivo y con una respuesta mustia ante los más débiles. Por ese motivo está en mitad de ninguna parte, por haberse perdido entre las tinieblas subterráneas de la tabla. Sus mejores botines han sido frente al Andorra (0-1 y 2-0), con dos triunfos y el Eldense, al que ganó en casa (2-0) para empatar en la vuelta (0-0). Se le hecho imposible el Alcorcón, vencedor en el Municipal (0-2) con la igualada sin goles en Santo Domingo. Ha caído una vez con el Cartagena en la doble confrontación (1-3 y 1-2), y todavía, pendiente del segundo encuentro, ha ganado al Tenerife (0-1), empatado con el Amorebieta (1-1) y perdido con Huesca (0-2), Mirandés (0-1) y Albacete (1-0). Con este currículum, no hay cielo que le vaya abrir sus puertas.
El último párrafo de su artículo lo dice todo. Perdamos toda esperanza, el mal está muy enquistado. Al de Miami le importa muy poco esto. Si acaso sus negocios al calor de la construcción de la nueva Romareda.
Durante años, la excusa fue la escasez económica. Ahora que tenemos el sexto límite salarial. ¿ Cuál será la excusa? Sanllehí muy mediocre, mucho. Y quitarle a Cordero al Tenerife ¿Para esto?