El club, tras anunciar el despido de Fran Escribá y de que el entrenador se haya marchado con una rueda de prensa presidida por su habitual corrección y trufada de agradecimientos y buenos deseos, ha anunciado a Julio Velázquez, salmantino de 42 años formado en el fútbol base vallisoletano, como nuevo técnico del Real Zaragoza para lo que resta de temporada. Velázquez, después de que la cúpula directiva intentara sin éxito el fichaje de Pablo Machín, llega con la complicada misión de resucitar a un equipo muy herido que buscará reactivar sus planes de estar lo más cerca posible de la promoción de ascenso. Se trata de un profesional metódico que huye de su fama bien ganada en los últimos tiempos de rescatador de conjuntos en apuros, como hizo en el Marítimo en Portugal y en el Fortuna Sittard holandés, etiqueta que le persigue desde que decidiera no renovar al final del pasado curso con el club neerlandés. Cogió a ambos en la última posición de sus respectivas competiciones y logró salvaciones milagrosas. En su nuevo destino, pese a que el conjunto aragonés está casi a la misma distancia de la sexta plaza que del descenso, tendrá que asumir una responsabilidad de más calado. La distancia, no obstante, es mucho mayor en lo psicológico que en lo deportivo. Recoge el testigo de un proyecto correctamente diseñado por Juan Carlos Cordero que en manos de Escribá se ha devaluado por debajo de su realidad, aunque la sospecha de que la plantilla no tiene tanta altura como se preveía sobrevuela una atmósfera cargada de tensiones y no pocas dudas.
La elección de este profesional que ha rotulado una carrera entre la Segunda División española (Villarreal B, Villarreal, Murcia, Betis, Alcorcón, Polideportivo Ejido) con la excepción de su corta etapa con el Alavés en Primera, donde no fue capaz de salvar al equipo babazorro, y de clubes de la élite portuguesa (Os Belenenses, Marítimo y Vitoria de Setúbal) y holandesa (Fortuna Sittard) –vivió una corta estancia en Italia con el Udinese–, no termina de aclarar si Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero se mantienen firmes en que la reacción es posible o buscan una nuevo ejercicio de transición frente a una situación engorrosa. El mensaje en esta segunda oportunidad tenderá sin duda al optimismo de cara a una afición que ha entregado su corazón y buena parte de su bolsillo a las veladas promesas de éxito y que ahora mismo contempla estupefacta la marcha fúnebre del Real Zaragoza en un campeonato por donde se arrastra desde hace dos meses por la mala gestión de Escribá, pero también por la falta de respuesta de jugadores que ni se han aproximado al nivel que presumía de ellos. El cambio en el banquillo era una cuestión capital; que Velázquez pueda con este reto mayúsculo es una cuestión que sólo el día a día desvelará.
Los avales del nuevo entrenador del conjunto aragonés son los de un profesional curtido pese a su juventud, que otorga más importancia al futbolista que a un sistema que varía en función de un deporte en constante movimiento y diferentes propuestas en el mismo partido. Velázquez pertenece a la generación que, pese a todo, establece el análisis como fundamento de su trabajo. Las sesiones de vídeo, el repaso constante de errores y aciertos con el mismo acento crítico, el estudio del rival y la potenciación del individuo ocupan casi todo su espacio vital y profesional. No es nada nuevo en un mundo rendido al relato casi tecnológico. El Real Zaragoza necesita ordenarse en todos los sentidos, pero sobre todo recuperar como mínimo el pulso competitivo que tuvo al principio del curso. No sirve un erudito en la materia, ni un motivador, ni un curandero, ni un tipo duro… Velázquez debe reunir todos eses perfiles si quiere ganarse al vestuario, porque la credibilidad sólo se la dará los resultados.
Así, el técnico va a centralizar la atención en un taller de reparaciones con no pocos vehículos averiados, la mayoría elegidos para motorizar el proyecto. No hay fútbol, no hay gol, el centro del campo ha sido esterilizado y se ha faltado al primer mandamiento de esta categoría, la defensa. Ese déficit múltiple ha borrado cualquier seña de identidad como bien se pudo comprobar en el Martínez Valero, en la Copa y especialmente contra el Huesca, cuando los 28.420 fieles que creyeron en Cordero y en Escribá gritaron ¡basta ya! Todo lo acumulado en su carrera le servirá, pero Velázquez retoma en el Real Zaragoza, le guste o no, la consecución de otro y complicado milagro desde los infiernos: alcanzar el cielo para un equipo que ahora mismo es un ángel caído.
❝Queremos un equipo con identidad y que tenga claro lo que significa representar a este escudo y a esta institución❞
🆕🎥 Julio Velázquez pic.twitter.com/JVkLKdMb0Y
— Real Zaragoza 🦁 (@RealZaragoza) November 20, 2023
Ya sé que nuestro Real Zaragoza tiene un historial al que no alcanzan otros clubes importantes ni de lejos: Depor, Málaga, Tenerife, Real Oviedo, Sporting, Eibar, Levante, Español, Valladolid, Elche,Alavés, Rayo Vallecano, Celta, Granada,Girona, Las Palmas, Cádiz, Mallorca, Almería, Getafe…todos ellos configuran año tras año un plantel con la idea del ascenso a Primera. Los hay que lo han conseguido de forma estable, los hay que suben y bajan, los hay que han perdido la segunda categoría, y los hay que fracasamos en el intento uno y otro año con mejor y peor suerte demasiados años como es nuestro caso.
Duele y mucho, pero después de once años ya deberíamos saber que esto se resuelve de forma muy, muy complicada, con estrecheces, y que lo más importante son las últimas de doce jornadas. Ni empezar bien bien, ni un arreón navideño, o preprimaveral garantizan nada. La regularidad es básica para ascender de forma directa (algo impensable para nuestra experiencia en la categoría de Plata) o la otra opción la de la escalada final. Esta es aún posible y claro que no van a venir ni Michel, ni Iraola, ni Rubí, pero puede alcanzarla cualquiera, sin llevarse a engaños hay que mantener la esperanza.Ocho equipos de los reseñados y el Real Zaragoza, más el Leganés y el Ferrol, van a tenerla hasta marzo, después…Suerte para nuestro REAL ZARAGOZA ⚽
Velázquez no era la primera opción. Simplemente su caché es más bajo que el de Machín. El asunto es: si el elegido hubiera sido Mendilíbar, el análisis sería el mismo?
Se contrata al que se puede pagar. Y se hace la plantilla que la capacidad económica permite. Lo llamativo es que después de tantos años intentando el ascenso no se haya conseguido el objetivo del ascenso.
Por qué a lo largo de todos estos años, equipos con escaso presupuesto en la categoría ascendieron? . Véase el caso del Huesca entre otros. Nunca damos con la tecla en la búsqueda de un buen entrenador la confección de una plantilla a la altura. Qué maleficio ha caído sobre nosotros?
Julio Velazquez tiene mucho trabajo por delante y se demostrará una vez más que los jugadores no tienen el nivel para llevarnos a la máxima categoría del fútbol español. Los entrenadores que podemos pagar tampoco.