El técnico, en los siete clubes que ha dirigido en su carrera, ha conseguido ser primero en alguna ocasión con Real Zaragoza, Celta y Oporto
El Real Zaragoza cerró la primera jornada como líder de Segunda gracias al contundente 0-4 cosechado en Cádiz. No hace tanto que se aferró a la primera plaza, en concreto durante las siete primeras jornadas de la temporada pasada, con Fran Escribá al volante. Las cinco victorias consecutivas ante Villarreal B, Valladolid, Tenerife, Eldense y Cartagena le mantuvieron en la cima frente al estupor y la euforia del zaragocismo, que vio en ese arranque inmaculado la señal del regreso a Primera. Sin embargo la bandera de ilusión ardió por los cuatro costados en un descenso progresivo a los infiernos que finalizó con el regreso de Víctor Fernández en sustitución de Julio Velázquez para evitar la seria amenaza del descenso y diseñar un proyecto con el único objetivo del ascenso. El aplastante triunfo en el Nuevo Mirandilla ha tenido un efecto si no similar sí parejo, esta vez emparentado a la figura de un entrenador reconocido como el único mesías capaz de devolver al equipo a la élite tras doce años por un desierto descorazonador.
La última ocasión que el conjunto aragonés estuvo en lo más alto de la clasificación antes de esta cada con Escribá fue en el curso 2016-2017, con Luis Milla al frente. Un 3-1 al UCAM Murcia en La Romareda en la jornada inaugural hizo posible dominar la Liga durante una semana. En Primera, hay que remontarse hasta el ejercicio 2004-2005. Con la Supercopa recién instalada en las vitrinas tras doblegar al Valencia, el Real Zaragoza de Víctor Muñoz empezó con un 3-1 contra el Getafe que le aupó a la cumbre. Durante unos minutos, un gol de Milosevic en Mestalla hizo que el Real Zaragoza fuera campeón de Liga por primera vez en su historia con Txetxu Rojo al mando en la 1999-2000. Era el último partido y el sueño no tardó en desvanecerse. Fue un bello liderato virtual. La campaña anterior, la primera de Polvorilla como técnico, un 3-1 al Racing de Santander en la cuarta fecha mantuvo al equipo en la cima durante siete días. Milla, Muñoz y Rojo… Antes que ellos, hace 30 años, Víctor Fernández logró hacer cumbre, en la temporada 94-95, en la 9ª y 11ª jornadas. Un 0-1 en el Benito Villamarín y un empate sin goles en Logroño le propulsaron a la azotea de la tabla.
En Cádiz, Víctor volvió a saborear esa sensación en Segunda con el Real Zaragoza. Con una plantilla interina, a expensas de un mercado frenético con nueve días para concretar salidas muy importantes y entradas trascendentales, se ha subido a un podio por 15ª ocasión en su carrera profesional. Además de la tres ya mencionados con el equipo blanquillo, fue líder siete veces con el Celta de Vigo entre las campañas 1998-1999, 2000-2001 y 2001-2002 y cinco con el Oporto en la 2004-2005. No pudo con el Tenerife, el Betis en dos ocasiones, el Gent belga ni el Deportivo de la Coruña, y tampoco con Agapito Iglesias en su primer retorno al club aragonés ni en el anterior proyecto que cogió desde el principio en busca del ascenso, el del batacazo con la pandemia como recurrente y engañosa justificación. El lunes, en Cartagena, podrá sumar un nuevo liderato a su biografía, y el Real Zaragoza también.