La inusual plaga de lesiones y las recaídas, los diagnósticos sin luz y la tardanza en las recuperaciones hicieron que el vestuario mostrará su descontento con el trabajo del jefe de los servicios médicos
Uno de los grandes misterios de la pasada temporada sigue sin resolverse en este Real Zaragoza que tapa las explicaciones a su pésimo ejercicio deportivo pese a la descafeinada rueda de prensa que ofreció Cordero, la cuestionable campaña de abonados y sus verdaderas intenciones de cara al próximo curso tras un cónclave de sonrisas huecas de sinceridad en Madrid y la presentación a bombo y platillo de la nueva camiseta. La salvación del equipo en la penúltima jornada, las quejas de gran parte de los aficionados afectados por el derribo del Fondo Sur y el supuesto proyecto de ascenso al que, a un mes del inicio de la competición, ha sumado cuatro fichajes oficiales de nivel medio, Soberón, Femenías, Gori Gracia y Tasende y ninguna operación de salida concretada salvo la de Naranjo. Todo se ha metido en el envase del mutismo, incluida la presentación de Fernando López, el nuevo director general una vez que Raúl Sanllehí pasó por la puerta giratoria del grupo hacia el Inter de Miami. Todo. También el porqué y los porqués de un curso donde la reiteración de lesiones han triturado al vestuario con una variedad que, esta vez, cuesta justificar bajo el paraguas de lo aleatorio.
Al concretarse la permanencia, y antes de una comida informal entre la plantilla, los capitanes del Real Zaragoza, Cristian Álvarez, Jair Amador, Carlos Nieto, Lluís López y Maikel Mesa, mantuvieron una reunión con la directiva para analizar la temporada y sugerir mejoras en diferentes aspectos de cara al futuro. Uno de los temas tratados en profundidad, , según ha podido saber Príncipes de Paris, fue el de los servicios médicos que encabeza desde 2019 el doctor Ireneo de los Mártires, quien fue señalado por los futbolistas como principal responsable del alud de lesiones del que sólo se libraron Jair, Francés, Mesa, Mouriño (este con una pubalgia todo el casi todo el año), Poussin, Rebollo, Grau y Sergi Enrich.
Las recaídas, los diagnósticos sin luz y la tardanza en las recuperaciones acapararon la conversación, en la que se expuso también el malestar y la desconfianza en el médico hasta tal punto que muchos de los damnificados tuvieron que buscar soluciones por su cuenta acudiendo a otras consultas ajenas al club. La cúpula trasladó a De los Mártires, quien compagina y no siempre ajustando su tiempo de trabajo y horarios –un tema muy comentado en la Ciudad Deportiva– su cargo en el Real Zaragoza con su especialidad en Medicina Interna y de Urgencia Hospitalaria en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, esa intranquilidad de la plantilla del conjunto aragonés. Su escapatoria o decisión fue prescindir de dos fisioterapeutas de la primera plantilla y poner sobre la mesa de las salidas el nombre de un miembro más del área de recuperación muy considerado por su profesionalidad entre los futbolistas, algo que en este caso no logró.
Ahh, y la consulta privada que se gasta este médico en el Paseo Sagasta. Un internista dedicado a la medicina deportiva. Curioso