En la lista de los fichajes más caros del Real Zaragoza en sus diferentes periplos por Segunda división aparecen todo tipo de futbolistas, algunos que dieron el rendimiento esperado, otros que aportaron poco y algunos que resultaron un auténtico fiasco. La temporada que se produjo un mayor desembolso fue la 2008-2009, tras el penúltimo descenso y con Agapito Iglesias en plena efervescencia en la gestión del club que había adquirido en 2006 a Alfonso Solans Solans. Tras una de las grandes catástrofes de la entidad, perder la posición en la élite con la plantilla más costosa que se recuerda en 90 años de existencia, el empresario realizó una poderosa inversión para regresar a Primera de la mano de Marcelino García Toral.
En ese curso se acometieron nada menos que siete de las adquisiciones más elevadas del club en su biografía por la categoría de plata. Por Javier Arizmendi se pagaron 4 millones de euros al Valencia, la decimosegunda cifra más alta incluyendo también los fichajes efectuados en Primera. El madrileño, por quien la entidad ché había desembolsado 6 al Atlético un año antes, resultó rentable en su primera campaña, donde aportó 9 goles para el ascenso. Al final de su segundo año en La Romerada fue vendido por dos millones al Getafe. Jorge López, un fino veterano con mil batallas entre Villarreal, Valencia y Racing, fue comprado por 3 millones al equipo cántabro para que Marcelino, que había coincidido con en Santander, lo utilizará como titular entre luces y sombras del centrocampista.
Tres millones fue el precio de Shinji Kagawa en la temporada 2019-2020. Estrella japonesa del Dortmund y en menor medida del Manchester United, se le acogió como a un héroe nacional dentro del proyecto que pilotaba Víctor Fernández. La prensa se incendió de elogios y la afición lo contempló como a un mesías, pero para el nipón habían pasado sus mejores días incluso para competir en la Segunda española. Se le metía con calzador en las alineaciones años luz de la versión que ofreció en Alemania y en su selección. Acabó entrenándose solo junto a un entrenador personal y sin ficha hasta que rescindió su contrato y acabó en el PAOK de Salónica, donde prosiguió con su acentuado declive.
Por dos millones llegaron Leonardo Ponzio, de vuelta a Zaragoza tras un paréntesis de un par de campañas en River Plate, y Delio Toledo, aunque el internacional paraguayo en el ejercicio 2002-2003 por expresa petición de Paco Flores, que lo había entrenado en el Espanyol. Braulio Nobréga alcanzó el mismo precio en la 2008-2009 y resultó un fracaso en mayúsculas. Mallorca, Salamanca y Getafe habían sido sus destinos en calidad de cedido hasta que el delantero se desvinculó del Atlético para presentarse en Zaragoza sin dejar huella en parte a una latosa lesión de tobillo. Estuvo hasta el 2012 con más pena que gloria y un préstamo de por medio al Recreativo. El joven brasileño Pablo de Barros, por quien se pagaron 700.000 a repartir entre su club de origen, el Olaría y el Vasgo de Gama, fue una de las operaciones más esperpénticas. No disputó un solo segundo con el Real Zaragoza porque ningún técnico consideró oportuno ponerle por delante de otros futbolistas extracomunitarios y acabó en el filial para coger ritmo. Juan Pablo Caffa, 600.000 euros por su cesión del Betis, tuvo mejor fortuna y peso específico con Marcelino.
El año de la pandemia, el Real Zaragoza se gastó 450.000 euros en Pichu Atienza, procedente del Numancia. Central de rompe y rasga, prototipo de defensa de Segunda, donde había hecho la mayor parte de su carrera, no terminó de convencer al gran público, que veía en el cordobés a un futbolista sospechoso de cometer errores de bulto. Sin embargo, fue el pilar del eje de la retaguardia por delante de Guitián, Clemente y El Yamiq, quienes le acompañaron en diferentes fases del torneo. Se desvinculó tras su breve y controvertido paso por el Municipal para irse al Asteras Trípolis griego. Por 300.000 eruos está hoy en la plantilla Makhtar Gueye, un senegalés gigante que hacía goles en Bélgica y que aún no se ha estrenado en España. No contó para Carcedo ni ahora para Escribá pese a ser presentado, con orgullo y satisfacción por parte de Torrecilla y Sanllehí, como un depredador de prestigio…
Fuente: Transfermarkt
Foto: el Periódico de Aragón
¿En serio que se pagó un solo euro por Kagawa?