De Bare, liberado por su selección de acudir a los compromisos internacionales de Albania, nadie ha comunicado qué tipo de lesión padece en la rodilla, mientras que la baja de Soberón se alarga más de lo previsto
El Real Zaragoza no está para bromas. Bastante tiene con ir encontrándose jornada a jornada mediatizado por las bajas por lesión o por decisiones tácticas de su entrenador en las alineaciones que, por lo general se rehabilitan en las segundas partes con la lógica inicial repudiada. Tampoco tiene una plantilla redonda como ha reconocido Víctor Fernández después de un verano intervencionista del entrenador en algunos fichajes, gran parte bajo sospecha todavía. Con esos obstáculos generados por la naturaleza o la torpeza, el equipo está el tercero gracias a las musas de su delantera y un método de mínima elaboración que se concentra en buscar la velocidad afilada de Liso, los detalles ocasionales de Bazdar y a ahora a Iván Azón, protagonista de una arrebatadora racha goleadora y de repente descubierto en su propia casa por el interés que genera desde fuera por otros clubes, no porque haya habido un entusiasmo hacia su figura como demuestra que a día de hoy no se haya negociado su contrato, que expira en 2025. La fragilidad defensiva, un lastre con escaso margen de solución salvo el siempre incierto mercado invernal, le penaliza y le obliga a doblar su apuesta atacante en situaciones límite. Víctor tiene esos principios futbolísticos, pero al contrario que Groucho Marx, no dispone de otros. O no los sabe encontrar en ese vestuario que ha construido con Juan Carlos Cordero y la supervisión de la propiedad y que le ha conducido al ‘Donde dije digo, digo Diego’.
Hay que insistir en que con este material espontáneo, joven y vidrioso, incluido el cuerpo técnico, estar donde está el conjunto aragonés tiene un enorme mérito. La mayoría de sus números son los mejores a estas alturas de temporada en las doce campañas que lleva en Segunda, un comportamiento estupendo con una influencia fantástica de los canteranos que, sin embargo, no permite el menor error de cálculo en esta competición embotellada de aspirantes. En este contexto, además de contar con futbolistas de nivel hay que arropar al equipo sobre un cuerpo médico profesional, y el Real Zaragoza hace años que es segundo plato de los responsables de su salud. El domingo visita La Romareda el Málaga, otro recién ascendido como el Castellón, un equipo muy peculiar y peligroso, a tres puntos de los blanquillos con un partido menos. La cita invita a señalar la jornada como propicia para retomar el camino de los triunfos locales como norma. Los andaluces, abonados al empate, son los que menos partidos han perdido, tan sólo uno frente al Elche en La Rosaleda (0-3), y con 11 goles en contra disponen de la defensa más segura junto a la del Mirandés. Decir que será un encuentro complicado no es un tópico. Sus seis desplazamientos ha terminado en tablas, y suma seis encuentros consecutivos sin perder, los dos últimos saldados con victorias.
Víctor Fernández no podrá contar para este compromiso con Keidi Bare ni Mario Soberón y habrá que ver cómo evoluciona Tasende. Tampoco estará Bazdar, que se ha borrado de Serbia para apuntarse con Bosnia y, ahora sí, exponerse en el escaparate internacional de selecciones para perjuicio de su club. El Real Zaragoza, el que aspira al ascenso, no está este tipo de bromas y mucho menos para las que gestiona de primera mano en cuestión de ausencias por problemas físicos y unos tiempos de recuperación bajo sospecha que raramente cumplen con los ciclos establecidos para un tipo de lesión determinada. La temporada pasada, la enfermería tuvo un tráfico desmesurado, con algunos jugadores buscando opiniones o tratamientos por su cuenta, no siempre vinculados a la aprobación del doctor Ireneo de los Mártires, pluriempleado que en ocasiones no está donde debe, o en su consulta de urgencias o en la Ciudad Deportiva. Bare tenía un golpe en la rodilla desde el partido con el Castellón y la selección de Albania ha dado por bueno el informe enviado por el Real Zaragoza para liberarle de acudir a la llamada de Sylvinho. Pero del centrocampista no se ha dicho lo que sufre exactamente tras perderse los choques con Granada, Huesca y el del Málaga. La desinformación sobre una de las piezas más importantes del equipo es absoluta, lo que denota una notable falta de seriedad o quizás de conocimiento. Ahora se insinúa que podría reaparecer contra el Córdoba.
La microrrotura a nivel de la musculatura isquiotibial de la pierna izquierda de Soberón, que ya venía avisándole antes de romperse definitivamente en Tenerife, merece otro capítulo. El delantero, máximo realizador junto a Azón con seis dianas, ha estado fuera de combate en cinco encuentros de Liga y una de Copa, y un mes después de ese trance físico, no hay fecha para su regreso. Parecía que le daría para llegar este fin de semana y que aliviaría en parte, aunque fuera desde el banquillo, la ausencia de Bare, pero todo indica que será imposible y Víctor se verá obligado a improvisar una nueva pareja en punta. Como improbable también resulta la vuelta de Tasende a una posición, la de lateral izquierdo, posición sin más especialistas y expuesta a la improvisación o a los experimentos. Los capitanes del equipo ya comunicaron el curso anterior a la directiva su descontento por la forma poco profesional de trabajar de Irineo de los Mártires, jefe de los servicios médicos, lo que le fue comunicado al interesado, que sigue al frente del cargo sin dedicación absoluta.
Sin entrar en los detalles de la ley de protección de datos, derecho a la intimidad y demás zarandajas, resulta cansino y aburrido su ataque al doctor de nuestro Real Zaragoza.
Al margen de que con el doctor Villanueva nadie lo puso en duda cuando había motivos.
Pero no vamos a hablar de los que ya no tienen defensa posible.
Creo que todo es discutible en asuntos de la salud.
No ataco a nadie. Lo que escribo está documentado, y considerado que debe ser de dominio público que este doctor, heredero y admirador de un Villanueva nefasto para este club como ya informé en su día (la hemeroteca), es un profesional ajeno a las responsabilidades que exige una entidad o empresa de la dimensión del Real Zaragoza.
Como siempre Alfonso los datos aplastan a los relatos, gracias por crear y mantener un espacio como Príncipes de París, libre y donde todos podemos expresar nuestras opiniones y que no todo sea «Moverse Maños» yo que conozco tu dilatada trayectoria profesional conozco tu zaragocismo de corazón. Aupa Zaragoza
Uy, los médicos del Real Zaragoza. Para escribir una novela. Excepto el ex jugador Óscar (ahora en el Atlético y en la Selección) los veteranos seguidores como un servidor, tenemos alguna memoria…Pelegrín, Villanueva (de primera mano en mi familia más directa cuentan anécdotas inenarrables de sus «clases» en la Facultad de Zaragoza) y ahora De los Mártires ¿un médico especialista en Medicina Interna en un club de fútbol profesional? Pues lo tenemos nosotros.
Lo que no se puede entender es que en un club profesional se tenga un médico a tiempo parcial. Es incomprensible.
Por otra parte, si los pacientes se quejan….
Los martires de Irineo
No se entiende la recuperaion delos jugadores.
No tengo datos contratados, ni conocimiento de medicina, pero lo que veo es que los jugadores acaban siempre teniendo más tiempo de recuperación del inicialmente previsto