El cuarto fichaje del Real Zaragoza, que llegará con la carta de libertad tras militar las dos últimas temporadas en Segunda B y en Segunda con el Ibiza, tuvo que pasar, al igual que el zaragocista Dani Lasure, el trance de sufrir un tumor testicular que le fue detectado en abril de 2021. Manu Molina, que había sido una pieza fundamental en el equipo que entrenaba Juan Carlos Carcedo, se quedó a las puertas del playoff tras conocer la enfermedad, de la que fue intervenido con éxito el 4 de mayo en la Clínica La Salud de Valencia.
Molina se formó en la cantera del Espanyol, con el que llegó a debutar en Primera en 2010, disputando siete encuentros. Después pasó por el Huesca, Valencia Mestalla, Recreativo, Deportivo B, Lleida, Salamanca, Linense e Ibiza. La mayor parte de su carrera la ha desarrollado muy lejos de la élite, pero en la isla, junto a Carcedo, reivindicó su capacidad para organizar el juego con sentido y marcar los ritmos de los partidos.
Manu Molina, tras la intervención a la que fue sometido en un hospital de Valencia
Superado el tratamiento y totalmente recuperado, el onubense regresó de pleno a la actividad en el estreno del Ibiza en Segunda, que se produjo en la primera jornada del curso pasado en La Romareda. «Después de todo lo que sufrí, volver a jugar y en un campo como ese fue un sueño para mí», aseguró en una entrevista en la Cope. El mediocentro no sólo mostró un envidiable estado de forma, sino que regaló una de sus mejores versiones. Ahora jugará en La Romareda, donde se abrazó de nuevo a la salud deportiva.