Manu Vallejo, la guinda en un cañón saturado

El delantero gaditano llega cedido por una temporada del Girona para unirse a Bakis, Azón y Enrich

Nunca puede ser una mala noticia el fichaje de un jugador como Manu Vallejo, que, sin embargo, aún no ha ofrecido lo que prometía cuando inició su carrera en el Cádiz. Buscará una vez más su fortuna en el Real Zaragoza, donde, desvelado por el Periódico de Aragón, llega cedido del Girona en otra maniobra de habilidad negociadora de Juan Carlos Cordero, quien pretendía al gaditano desde el pasado mercado invernal y suma con esta diez incorporaciones de cara a la temporada que comenzó hace dos semanas. Una decena de futbolistas de los cuales seis son en propiedad (Poussin, Lecoeuche, Moya, Mesa, Enrich y Bakis) y cuatro cedidos (Mollejo, Valera, Mouriño y el propio Vallejo, a préstamo con una opción de compra obligatoria en caso de ascenso). A sus 26 años, tras ver frustrado su objetivo de triunfar en Primera en el Valencia, que desembolsó 5.5 millones de euros por sus servicios y encontró su mejor versión tan sólo como revulsivo, el Alavés y después en el club catalán al que pertenece hasta 2025, el punta será presentado en La Romareda por el director deportivo con el que coincidió en Cádiz.

En apariencia, el atacante, un segunda punta aún pendiente con la asignatura del gol cuyo último destino ha sido el Real Oviedo de su también admirado Álvaro Cervera, sería la guinda en la edificación del nuevo proyecto que ha liderado Cordero. Si el ejecutivo da por cerrada la parcela de contrataciones como así parece, se renunciaría a Bebé, o lo que es lo mismo, a un extremo que exteriorice de forma natural el juego de un Real Zaragoza muy interior. El cañón del conjunto aragonés, una de las preocupaciones del director deportivo dado su raquitismo productivo en las últimas temporadas, se satura por lo tanto con una nómina de futbolistas que sin ser coincidentes sí comparten aspectos similares. Por ahora Esribá ha apostado por Bakis y. Azón, que no se han estrenado de cara a puerta, y ahora se le abre un abanico de posibilidades muy amplio con Vallejo, otro visitador del área, y del veterano Enrich a la espera de su oportunidad. Para variantes arriba quedan Mollejo, más proclive a ir de fuera a dentro y un Maikel Mesa que podría flotar en esa zona por su clarividencia en la definición y en la llegada por sorpresa.

El Real Zaragoza se ha poblado de pistoleros de los que sólo Enrich tiene fama bien ganada de matador habitual, además en la élite; Bakis se graduó con una docena de tantos en el Andorra en su primera experiencia en el fútbol español y un potencial realizador discreto por ligas intermedias de Europa; Azón se hizo grande como bombero en los infiernos, con dianas salvadoras y un espíritu de lucha impagable, pero aún estudia clases de definición, y Vallejo aterriza para reivindicarse de una vez como finalizador. La delantera de Escribá huele a pólvora sin saberse todavía quién o quienes encenderán la mecha, por cuáles terminará decantándose el técnico ahora que su cartuchera rebosa de balas de un calibre con bastantes

afinidades.

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