Es un jugador puramente posicional, un futbolista de zona que en aisladas ocasiones salta la valla del jardín que cuida por delante de la defensa. Conjuga el verbo estar y aparecer en todos los tiempos del partido. Con esas herramientas de pulcritud táctica, Marc Aguado se ha convertido, junto a otro Marc, Cardona, el delantero de las Palmas, en el jugador que más balones recupera de Segunda división. En doce ocasiones se ha apropiado de la pelota cuando la manejaba el rival para dar un enorme equilibrio al Andorra de Eder Sarabia, un equipo recién ascendido al fútbol profesional que ya ha sumado dos victorias en las cuatro jornadas disputadas (la última contra el Granada en el primer encuentro que puede jugar en su estadio) y que encabeza la lista de los equipos con más posesión del campeonato (65,8%, a una distancia sideral del segundo, el Las Palmas con 55,5%), la de los pases precisos (522) y la de las intercepciones (13).
El zaragocista, cedido al conjunto del Principado por segunda temporada consecutiva, está siendo protagonista principal en este ordenado y trabajado conjunto que gira alrededor de la órbita de la pelota y que tiene en el joven y fribroso Aguado una de las piezas más valiosas del ajedrez. El centrocampista ha sido titular en las cuatro jornadas y es el segundo de la plantilla más utilizado por Sarabia (335 minutos) tras el central Adrià Vilanova (360). El Andorra, sin un gran potencial ofensivo, aglutina sus esfuerzos en una inteligente administración de sus recursos y a convertir la posesión en su mejor escudo. En ese ecosistema, Aguado ejerce de interlocutor entre la calma y la agitación con la sangre fría y el compás de un veterano, a un pulso bajo que acelera desde su puesto de control para leer los pases del adversario, para darle a los partidos el ritmo pacífico que le conviene al Andorra. Sin adornos, es puro talento con silenciador.
Uno que no debería haber salido cedido de nuevo por nada del mundo. Mucho mejor que Eugeni, Molina y, por supuesto, Petrovic; ninguno de ellos debería estar en esta plantilla.
Me temo que acabará como Clemente (otro que tampoco debería haber sido despedido y haber guardado a Luís López).
Por cierto, Francés, lesionado.