Meitín, de la Voz de Lugo: «No veo al Lugo capaz de ganar un partido»

Penúltimo después de 14 partidos consecutivos sin ganar. Seis derrotas consecutivas. Un solo triunfo en 2021 después de acabar el año en la zona media, después de haber ocupado, en la jornada 12, plaza de playoff de ascenso. El Lugo, el equipo más veterano de Segunda tras el Alcorcón se ha venido abajo como un castillo de naipes con un simple soplido y nadie, dentro y fuera de la ciudad amurallada, acierta a explicar con claridad los porqués de semejante y espectacular desplome del rival del Real Zaragoza este viernes en el Anxo Carro. Lo único seguro, lo que todo el mundo sabe desde la resignación y el deseo, es que esta cita contra el equipo aragonés es la última oportunidad para creer en la permanencia. Solo les sirve el triunfo frente un rival que necesita el mismo resultado para no verse involucrado en una recta final de vértigos y dudas.

Ignacio Meitín, redactor de Deportes de la Voz de Lugo, ha sido testigo directo de una campaña de contrastes absolutos. «Es la tercera temporada con el agua al cuello, pero nunca vimos un equipo incapaz de emitir señal alguna. Está bloqueado, sin garra ni señales de enfado por las derrotas. Esta situación enfada y deprime». El periodista explica que al principio «se marcó el objetivo de la permanencia pero en el fuero interno de cada uno, sobre todo del presidente Constantino Saqués, se aspiraba a más. Había una plantilla equilibrada, pero ahora mismo ni respira, estamos frente a un cadáver». Meitín no encuentra una justificación concreta a semejante declive, aunque sí señala que el baile de entrenadores no ha beneficiado en nada al conjunto gallego. «Juanfran había salvado al equipo el curso anterior y empezó este, pero cuatro derrotas en cinco partidos le sentenciaron. Luego llegó Nafti, que reactivó al grupo pero creó alguna tirantez en el vestuario al asegurar que no se disponía de futbolistas para hacer un juego elaborado. Su relevo no tenía mucho sentido, pero el presidente pensaba miraba más arriba y trajo a Luis César Sampredo, que fue incapaz de lograr resultados. Ahora está Rubén Albés, un chico joven que apuesta por jugar por fuera, con extremos…»

Ese cóctel de técnicos ha desconcertado la grueso de los jugadores, que cada cierto tiempo reciben un mensaje distinto. Tocar el balón, lanzarlo directo, volver a relacionarse con la pelota, profundizar por las bandas… Pasar a tres centrales con Sampedro, un entrenador reacio esa alternativa táctica. Todo queda ya en manos de Alves, cuyo principal trabajo consiste en recuperar psicológicamente el vestuario. «Ahora mismo queda todo el margen, sobre todo el fútbol de autor. El Lugo necesita un estímulo mental, una victoria que debe llegar ante el Real Zaragoza». Aun así, el periodista regresa al frío análisis de la situación y deja su percepción personal: «»No veo al Lugo capaz de ganar un partido. Aunque no es un equipo tan malo como esté pareciendo con la sequía de victorias, su dinámica no invita al mínimo optimismo. Le queda que es un equipo versátil, con un buen fondo de armario para suplir las bajas, pero ahora mismo necesita un milagro para levantar unos brazos que lleva muy caídos».

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