«Vimos al Real Zaragoza de siempre con matices en la alineación y en el dibujo que aportaron muy poco a su fútbol constreñido por la falta de talento. El experimento de Mouriño de lateral y la apuesta por un Bakis aún convaleciente condicionaron para mal a un equipo ya de por sí subordinado a un limitado margen de mejora. Anduva aparece en el horizonte como una nueva oportunidad pero también como una amenaza. Y sin Francés».