Mucho ojito con perder

La victorias este sábado de Cádiz, Castellón, Málaga y Córdoba desplazan al Real Zaragoza a la 16ª plaza, aún con un colchón cómodo de puntos sobre el Eldense (19º), pero le obligan a ganar al Burgos para conservarlo

Con 34 puntos, el Real Zaragoza saldrá este domingo frente al Burgos (18.30) en la 16ª posición, a nueve de distancia del descenso que marca el Eldense con 25, que se enfrenta al casa al Deportivo. Con parte de la plantilla y Miguel Ángel Ramírez hablando o sugiriendo que el ascenso no es un objetivo todavía descartable, ilusión que ondea entre el discurso que se debe mantener por pose y la inconsciencia de quienes se lo creen desde dentro del club, el conjunto aragonés necesita la victoria por muchos motivos, pero sobre todo para no empezar a mirar hacia abajo con cierto recelo. La dificultad de que se complique tanto la vida es improbable por muchos errores que cometa. Casi como que pueda alcanzar la sexta plaza. Casi. En cualquier caso, los tres puntos son un botín de urgencia para despejar fantasmas por muy lejanos que estén o parezcan estarlo.

El aviso o advertencia lo han dado este sábado Cádiz, Castellón, Málaga y Córdoba con sus victorias frente a Racing (2-3), Éibar (2-0), Cartagena (0-1) Y Tenerife (2-3), respectivamente. Por abajo el personal está espabilando, con el el propio Burgos, este con un partido menos aún, pendiente de su encuentro de esta jornada. No se negocia nada que no sea el triunfo en La Romareda, estadio que se vestirá de gala para despedir a Cristian Álvarez como futbolista y para recibirlo dentro de un organigrama a la espera de su configuración. Jugar en casa se ha convertido en un martirio para este equipo, así que esa fiesta merecida que recibirá el portero antes y al final del choque se celebrará con pasión al principio y con la incógnita de una traca final que volverá a encender los corazones o a estrujarlos en función del resultado. Sin duda es un homenaje trampa que se podría haber organizado fuera de este contexto.

Quién le iba a decir al Real Zaragoza que se aupó al liderato en el arranque del campeonato que su destino volvería a ser conservar la categoría. Pero, una vez más, se han dado todos los condicionantes posibles para que compita por sufrir lo menos posible. Lo tiene todo en su mano para que sea un pequeño susto o para preocuparse más en serio. Así llega a este encuentro, con dos triunfos en las últimas 13 jornadas y sólo uno de ellos, el de Racing de Ferrol, en El Municipal, donde con su nuevo entrenador ha cosechado dos empates ante Tenerife (2-2) y Cádiz (0-0). El sistema con Ramírez y sus tres centrales no ha prendido en la plantilla, al menos para ganar con asiuidad, y las lesiones han erosionado de forma considerable al equipo, con la mayoría de sus futbolistas ofreciendo su peor versión. El Burgos, por su comportamiento a domicilio, asoma como un caramelo. Pero se enfrentan el cuarto peor local con el tercer peor visitante, lo que augura un pulso igualado, imprevisible.

Tifo espectacular, insignia de oro, el templo zaragocista rendido a Cristian y su saque de honor…El Burgos no está invitado al homenaje ni falta que le hace. Las buenas noticias deportivas antes de este día tan peculiar son que Ramírez podrá contar con Bare, ausente por molestias en Albacete, y con Bazdar, entre algodones por molestias musculares, además, por fin, de recuperar a Soberón aunque para el banquillo. También con Tasende, que regresa de su sanción, pero no con Toni Moya, el enésimo en entrar en la enfermería esta temporada, ni con Raúl Guti, con una dolencia en el músculo semitendinoso con la que entró en la citación del Carlos Belmonte pero que le dejará KO cerca de tres semanas. La alineación y el plan sólo están en la cabeza del técnico, quien deberá despejar las dudas que ya empiezan a sobrevolar su cabeza. Poussin, Calero, Lluís López, Vital, Tasende, Arriaga, Francho y en ataque Bazdar y Dani Gómez parecen seguros. Parecen. Lo único seguro es que no se puede perder, porque ojito.