Nada de noche ibicenca

Nada, absolutamente nada, va a ser fácil y festivo para el Real Zaragoza ante de comenzar el partido de debut de la temporada hoy en La Romareda (22.00). Hasta la temperatura, propia de un horno de fundición, se ha puesto en contra para este estreno con poco que estrenar y un sofocón tremendo entre una afición que no sabe a qué atenerse con un club que en teoría será vendido cuando los fondos fantasma tomen cuerpo. La alineación se canta de carrerilla pero no por lo fastuoso de sus nombres, sino porque salvo por Fran Gámez son prácticamente los mismos que acabaron el curso anterior, el del milagro de JIM. Cristian, Gámez, Francés, Jair, Chavarría, Eguaras, Zapater o Francho, Igbekeme, Bermejo, Narváez y Azón. Petrovic, aún sin ritmo competitivo ha entrado al final en la citación al igaul que Borja Sainz. Los delanteros, vitales para el proyecto sea cual sea el objetivo, tendrán que seguir esperando a la puerta del mercado, al igual que el central y el otro extremo que habrá que contratar en cuanto Narváez coja vuelo hacia Primera en forma de traspaso.

El panorama no anima a descorchar optimismo alguno pese a que Juan Ignacio Martínez haga su trabajo e insista en que conseguirá tener una plantilla capacitada para estar entre los seis mejores al acabar el torneo. Lo que sí ha logrado es que el grupo, aun deshilachado por falta de efectivos clave, crea en sus sencillos pero efectivos postulados, que volverán en consistir básicamente en evitar encajar un gol. Ese, al menos en esta categoría, es el camino más corto hacia el éxito siempre y cuando le permitan completar el puzzle con piezas sin relumbrón pero que encajen. Porque el verano está siendo largo, agotador, sin una alegría detectable que llevarse al alma al margen de los buenos resultados de Pinatar y del notable rendimiento que dieron todos los reclutados de la cantera. La propiedad quiere huir con sus bolsillos cubiertos y no halla forma financiera de hacerlo, por lo que su continuidad se la toma como una paternidad no deseada aunque la criatura vaya a cumplir ya ocho años en Segunda con sus apellidos.

El técnico ha trabajado en todos los frentes tradicionales de preparación, pero ha tenido que sacar de vez en cuando el altavoz y con su habitual prudencia el altavoz para reclamar que le trajean lo antes posible futbolistas. También ha tenido con lidiar con jugadores con los que no cuenta, además de esmerarse para que los chicos se abstraigan de todas las presiones exteriores. JIM ha llevado ese pluriempleo con resignación y ni un solo mal gesto, aprovechando cualquier coyuntura para ver el vaso lleno si no desbordado. Es el faro, el único por ahora, que guía la tímida ilusión en un Real Zaragoza que se ha quedado corto de refuerzos sin contar con los que tienen o tendrían que llegar.

La visita del Ibiza, inédita en la historia del campeonato, se mezcla en esa atmósfera cargadísima. Siendo un novicio, se podría pensar que el peso de la novedad y su modestia le supondrían una tensión añadida al verse en un estadio de impresionante pasado que superará los 6.000 espectadores en este miniregreso al fútbol. Pero el equipo balear amenaza con no dejarse impresionar bajo la batuta del hombre que le ayudó a ascender. Juan Carlos Carcedo, segundo de Unai Emery pero en un primer plano durante 14 años en Almería, Valencia, Dinamo de Kiev, Paris Saint Germain y Arsenal, es un técnico que, respaldado por el exzaragocista Fernando Soriano, quiere dejarse notar en solitario con un juego lo más vistoso y ordenado posible. El equipo balear acaba de cerrar la adquisición de Miguel Ángel Guerrero (Sporting, Leganés, Rayo), un curtido delantero centro para completar una nómina de ocho fichajes, entre ellos los de otros profesionales de experiencia como el central Alejandro Gálmez (Eibar, Las Palmas); Miguel Cifuentes, eterno lateral derecho (Girona, Elche, Málaga), o, ya más joven con tan solo 19 años, al mediocentro internacional polaco Mateusz Bogusz que militó la pasada campaña en el Logroñés. El elegante y lánguido Javi Lara pone la seda en un bloque muy homogéneo.

La noche no va a tener nada de ibicenca para este Real Zaragoza que parece llegar, como equipo, con el buen viento de cola que le empujo en la segunda vuelta hacia la permanencia. Aunque también sin gol salvo que Azón o Narváez digan lo contrario, cuestión que no preocupará a JIM si la portería de Cristian se custodia bajo llave. Estos tres puntos en la caldera de agosto son de pura hidratación psicológica.

 

 

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