Ortiz Remacha: «El Zaragoza es mi pasión, pero no llevo bufanda cuando trabajo»

Paco Ortiz Remacha. 45 años de, por y para la radio. Una de las grandes referencias de la comunicación aragonesa y de su gran pasión, el Real Zaragoza. Cada noche, en Tiempo Extra de Aragón Radio, el periodista y locutor viste la noche con su voz, y la noche y los personajes que la habitan se dejan acunar por su voz familiar, estricta, reflexiva. Talento pero sobre todo trabajo que le han hecho vivir su profesión al 200%, lo suficiente para que el corazón le haya invitado a tomarse la vida con más calma. ¿Le escuchará? Desde luego, pero sin dejar de ponerlo al servicio de los oyentes. «He ido dejando cosas, pero seguiré apareciendo como la conciencia permanente de quienes comparten lo que siento».

¿Quién es Paco Ortiz Remacha?
Casi no me ha dado tiempo de pensarlo a lo largo de estos últimos años. Creo soy el producto de una vida intensa, apasionada. De una vida llena de formación y que he disfrutado mucho. La capacidad de comunicar y la empatía que he tenido con los oyentes me ha marcado mucho. Estoy satisfecho con mis errores y mis aciertos. Ahora mismo soy una persona feliz, eso no me lo quieta nadie. Con mis problemas de salud, mis inquietudes profesionales, la tristeza que me produce ver hacia dónde va el periodismo y con el dolor que ha causado la pandemia de fondo. Pero sí, alguien feliz.

En el corazón le ha quedado alguna secuela de esa pasión.
Sí, y no es porque el Real Zaragoza esté mejor o peor clasificado. Por esa necesidad de darme a mí mismo al 200%. El estrés es terrible. Cuando estamos en la guerra no sentimos el dolor porque queremos ganar. En el momento que ganamos o perdemos es cuando te empiezan a doler las heridas y te encuentras cansado, reconstruyendo todo lo que has perdido, porque todas las guerras se pierden.

¿Ha dominado alguna vez el personaje sobre la persona o cree que sabido domesticar ese animal que lleva dentro quien tiene relevancia pública?
Soy alguien metódico, frío y calculador. Me he domesticado para desarrollar un personaje que tenga su papel en todas las películas en las que interviene ya sea como protagonista, como extra, como actor de carácter o como actor invitado. De esa forma, nadie sabe exactamente lo que pienso. Siempre, en los últimos años con la sonrisa como referente porque es la mejor manera de acallar críticas y sobre todo de fastidiar a quien te quiere perjudicar.

¿Pero eso no es una máscara?
No. Es el personaje al servicio de la persona. He preferido gestionar a los demás sin contar con un liderazgo de despacho. Influir mucho en aquellos protagonistas que tienen algo que decir. Así saco partido a ese personaje, a través de la persona.

Cuando le miran los demás, qué ve: respeto, admiración, odio, cariño, un periodista como otro cualquiera…
A través de los años y de las relaciones con las personas me siento agradecido. Lo único que persigo es opinar e informar. Me llevo bien con la gente y percibo que la gente se lleva bien conmigo. Solo he tenido problemas con las malas personas, los tontos y los ignorantes.

Y cuando le escuchan, ¿qué siente al otro lado?
Un periodista que está entregado en cuerpo y alma a su profesión. Disfruto escuchando, no solo hablando

Habla del alma. ¿Es el micrófono una extensión de la suya?
Es una herramienta amiga a través de la que expreso lo que pienso, lo que medito. Es un nexo de unión y complicidad entre lo que digo y lo que están escuchando los oyentes.

Cuando habla, jamás le tiembla la voz. ¿Qué esconde esa contundencia?
Oculta método, trabajo, sacrificio. Cuando todavía a estas alturas te preparas la voz, cuando tienes emoción, sabiendo que te puedes equivocar en cualquier momento, que eres un ser humano. La capacidad de equivocación es algo absolutamente maravilloso porque uno no controla sino que gestiona, aun más después de un error.

¿Le duele más un mal programa o alguien a quien intentó o enseñó la profesión y le da la espalda al pasar?
He tenido la gran fortuna de que el equipo que he tenido a lo largo de los últimos años han sido buenas personas, profesionales con muchísimas ganas de trabajar con los que he compartido profesionalidad peor también cariño. Me molesta más, siempre ha sido así, un mal programa quizás por esa intensidad con la que te entregas, al comprobar que no has estado bien o las cosas no han salido como esperabas.

Si le llaman maestro, ¿se siente halagado o se considera un alumno en constante evolución?
Un alumno en constante aprendizaje. Soy una persona que aprende de las personas. No me gusta nada sentar cátedra sino trabajar en equipo y dirigirme al oyente pero para nada como alguien que esté por encima de nada ni de nadie. Soy un periodista que intenta explicar las cosas de la mejor manera posible. No terminaré de aprender nunca.

¿Son los periodistas tan imprescindibles como se piensan?
No hay nadie imprescindible pero lo que echo de menos ahora es el periodismo de años pasados. Ahora hay un gran dominio y conocimientos tecnológicos pero se trata menos con la gente, apenas existe el cara a cara. Echo de menos aquella curiosidad e irreverencia. Los periodistas, excepto algunos casos concretos, están dominados por la marca del propio medio de comunicación. Carecen de esa independencia que antes, o así parecía, sí teníamos. Todo se está cerrando demasiado y de ahí las falsas informaciones de gente que no son profesionales y provocan que nos metan a todos en el mismo saco.

¿Qué han encontrado más en los medios, soberbia o profesionalidad?
De todo un poco. He conocido gente soberbia y sobre todo muy débil. Hay compañeros muy frágiles, lo que es un signo de debilidad. Me ha costado muchos años aprender que cuanto más vanidoso más baja es tu autoestima. También me he encontrado con grandes profesionales de la comunicación de los que he aprendido mucho. Hay de todo, como en la vida. El periodismo no es diferente y además estanos ante una de las profesiones más antiguas que existen, la que consiste en comunicar.

¿Ha hecho más amigos o enemigos. O le es indiferente?
No tengo rencor, ni odio. Me llevo bien o mal en función de lo que quiera esa persona. No creo que tenga enemigos. Duermo con mucha tranquilidad por la noche.

¿Cree que alguna vez ha sido cruel con alguien. Ha pedido perdón en más de una ocasión?
De joven he sido mucho más cruel que ahora. Hace 30 o 35 años esa pasión la gestionaba mal. Ahora soy dulcemente cruel, con cariño. Me arrepiento alguna vez de haber sido muy duro con personas que no lo merecían, algo que con el paso del tiempo he sabido contrarrestar.

Defina la verdad o su verdad
La verdad solo tiene una camino, decir lo que piensas. La mentira tiene las patas muy cortas y es inútil querer reescribir la historia, defender algo falso.

Trabajo o talento
Sistema, trabajo y talento. Así he visto siempre esta profesión. El talento es la gran creación, pero en el día a día no podemos basarnos solo en ese talento porque el final nos fallará.

¿Si escucha Real Zaragoza?
Una de las pasiones de mi vida. Desde muy pequeño he ido a La Romareda. He estado en todos los momentos durante 45 años de profesión y es algo que llevo en el corazón. Soy crítico en ocasiones, como con la familia: discutes con los que más quieres pero al final lo bonito es la reconciliación.

En las últimas cuatro décadas, usted ha sido, como comunicador, parte del Real Zaragoza. ¿Con qué etapa se queda?
Ningún tiempo pasado fue mejor. Aun con todo con lo que más he disfrutado ha sido con los viajes, las retransmisiones y los programas que hacías anteriormente a esos partidos. Los operativos sin precedentes, con motivo de finales o encuentros trascendentales, me encantaban.

¿Informa mejor un zaragocista del Real Zaragoza como a veces tanto se divulga o al contrario?
No me considero zaragocista. Lo primero que aprendí a la hora de transmitir partidos, de hacer una crónica o entrevistar es que no puedo llevar una bufanda. Es cierto que tengo sentimientos hacia el Real Zaragoza, pero son inferiores a mi capacidad profesional. Me gusta más ser periodista que ser zaragocista. Siempre he dejado a un lado ese zaragocismo que antes y después tengo pero que del que nunca he hecho uso o abuso en mi trabajo

¿Le asusta pensar que un día un aficionado al Real Zaragoza encienda la radio y no encuentre su voz?
Hay que ir preparándoselo. En un libro, el Maravilloso mundo del fútbol, cuenta Ricardo Zamora que tras detener un penalti decisivo, pasó toda la noche pensando si era Ricardo o Zamora. Y decidió ser Ricardo, dejar de jugar. Hay un momento en que llegas al final, que en mi caso no significa que no vaya a estar en los medios de comunicación o a través de las redes sociales. De dirigir los ejércitos pasas a ser francotirador.

¿Ha sido censurado o le han sugerido la autocensura alguna vez?
A mí no me ha censurado nadie pero sí me he sentido preocupado en alguna ocasión por lo que iba a decir, por no dañar a alguien. Mi lenguaje se ha hecho menos agresivo. Sí he tenido más cuidado.

TV, radio, prensa…
Radio, porque también se puede escribir e interpretar.

¿Una entrevista que nunca ha hecho y le gustaría hacer?
No he tenido ningún interés en nadie especial, y en políticos menos porque quiero que todo el mundo diga la verdad. Extraer palabras de gente con menos calado deportivo o social ha sido muchas veces más interesante porque sacas el lado humano.

Si se entrevistará a sí mismo, ¿qué pregunta evitaría?
Hay preguntas que no me haría. Me obligaría a decir la verdad para dejar y mostrar mis debilidades. Y claro, no estoy dispuesto.

Hasta cuándo Paco Ortiz Remacha, porque por su tremenda actividad parece que no hay horizontes.
Deje el baloncesto hace años y luego el Real Zaragoza porque los equipos con los que trabajaba lo hacían muy bien. La orquesta funciona y tu tienes que dejar la batuta. Así he ido dejando cosas, pero seguiré apareciendo como la conciencia permanente de quienes comparten lo que siento.

¿Hacia dónde va el periodismo?
No lo sé y me gustaría saberlo. La situación profesional de los periodistas es complicada por la presión. La sociedad ha cambiado por diversificación. Me gustaría volver al periodismo de estilo, personal, de leer, de escuchar. Un periodismo de autor que me parece fundamental. Me gustaría que los periodistas jóvenes estuvieran menos delante del ordenador y más cerca de la gente para contar historias.

Lo más emocionante que le haya dicho un oyente.
De varios oyentes. ‘Me llevas acompañando toda la vida’. Es maravilloso estar al lado de una persona que desde niño hasta que se hace mayor se fía de ti, te elige. No está pagado con todo el oro del mundo.

«Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único». Amante de las frases con sustancia, ¿se siente identificado con esta en concreto de Agatha Christie?

«Estoy muy de acuerdo con Agatha Christie porque de joven me gustaban mucho sus novelas y porque hay que ir siempre hacia adelante. Es una formidable definición de cómo tenemos que tomarnos la vida»

 

 

 

 

 

 

One comment on “Ortiz Remacha: «El Zaragoza es mi pasión, pero no llevo bufanda cuando trabajo»

  • Joseluis77 , Direct link to comment

    Gracias Paco por todos estos años a tu lado y por la emoción que nos has hecho sentir en los días de gloria de nuestro Real Zaragoza, espero un gran cambio en la entidad y » siempre hacia delante». Cuidate mucho y a seguir.

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