El Real Zaragoza afila una vez más su espíritu rapiñador en La Romareda para desarmar al estupendo Cartagena de las últimas jornadas y alargar su sueño
Si se repasa el historial del Real Zaragoza tanto en la era Escribá como en la de Velázquez, hay un punto en común: la mayoría de las victorias se hornean en la paciencia del cazador furtivo, esperando a que el rival salga de la madriguera confiado para asaltarle sin piedad. Sin atacantes con gol ni visionarios del último pase, ese ha sido su recurso y en la actualidad su estrategia para sacar adelante los seis triunfos que lleva en casa. Ahora ha acentuado su espíritu rapiñador, representado sobre todo en las figuras de Francho como gran salteador de caminos y Mesa como principal cerrajero por delante de un sistema defensivo muy eficiente por acumulación de efectivos. El Andorra y el Sporting, sus dos últimas víctimas en La Romareda, sufrieron ese plan de paciente y mortífero depredador. El equipo de Eder Sarabia, que ha perdido la capacidad hipnotizadora de su fútbol de control total sin Mika Marmol, Aguado, Altimira o Valera, pecó de condescendiente. Los asturianos cometieron tres fallos letales y el conjunto aragonés le dejó sin una gota de sangre.
El Real Zaragoza buscaba una identidad y ya la tiene. Forzada por las circunstancias y forjada en la convicción de Velázquez, el equipo se apiña para sellar todos los espacios, presiona en zonas comprometidas para el rival y finaliza sus escasas ocasiones o las concesiones de su adversario. Una vez más, esta noche afilará contra el estupendo Cartagena de las últimas jornadas (20.30) un estilo al que se aferra para seguir soñando, una personalidad marcada a fuego por sus tremendas dificultades para producir fútbol ofensivo de una forma más ortodoxa. En parte, es tan sencillo y también peligroso como conceder la iniciativa al contrario confiando en que tropiece. El problema es cuando enfrente se refleja su propia imagen amurallada, como seguramente ocurrirá con el Efesé, y el encuentro y la afición le exigen mayor protagonismo. La pelota empieza a pesar más de lo debido y la medular sufre para conectarse con los jugadores más adelantados. Amorebieta, Eldense y Alcorcón, con los que sacó tres empates, le hicieron pasar tardes de perro.
No se esperan cambios en la alineación. Velázquez ya ha adelantado que Bakis, un arma aún por desenfundar, no está para arrancar de inicio, y que Valera, el representante de la plantilla con más verticalidad, no ha alcanzado el punto adecuado para aparecer en el once. El Real Zaragoza va ser el calco de las últimas fechas en contenido y continente. Agudizará su olfato y en cuanto huela a sangre, intentará desgarrar la yugular del Cartagena lo más cerca posible de su área. El problema es que el conjunto de Calero ha ajustado su defensa al máximo para encajar tan sólo dos goles en las cinco jornadas del 2024, en las que ha logrado cuatro victorias y un empate para convertirse en el mejor del año. Un gran espectáculo no se va a ver en un partido que en el minuto 12 escuchará las quejas de la afición, de las peñas, por la incidencia en que le hagan acudir al Municipal viernes, lunes y otros días laborables. Es una protesta lícita, pero habría que recordar que esos horarios cuentan con el beneplácito y complicidad del club y de sus intereses compartidos como integrante del tejido de la LFP y de las plataformas televisivas.