Mientras en la cocina del diablo se cuece la compraventa del Real Zaragoza, el equipo se ha disparado hacia la salvación una vez más con dos triunfos consecutivos, ya con diez puntos de ventaja sobra la zona de máximo riesgo. La paz deportiva se firmará en cuanto se confirme la permanencia, pero no logrará ocultar la chapuza de la actual propiedad ni de los responsables del área técnica, es especial la mala vida que le está dando al club dirección general en concreto y en particular, esta temporada, el director deportivo, un Miguel Torrecilla cuyas contrataciones en verano y en invierno le señalan como un ejecutivo fuera de onda. Su alianza con JIM, escudándose en el uno en el otro, tampoco ha favorecido a crear un clima competitivo elevado más allá del de salir con el menor número de heridas posible de cada batalla.
Lo paradójico de todo este caldo de cultivo del caos más absoluto, es que por segundo ejercicio consecutivo Francés, Francho y Azón van a resultar piezas esenciales para huir del infierno. Los dos primeros desde una titularidad incuestionable, y el punta abriéndose paso con goles como el de Gijón. Los tres han marcado ya. El central (el único defensa que ha visto puerta), en la victoria contra el Eibar; el centrocampista para abrir el marcador en el empate en Ibiza, y el atacante para el triunfo en El Molinón. Esos tantos, no exentos de belleza, se han traducido en la suma de siete puntos, un tesoro en las actuales circunstancias. Otra vez la cantera al rescate, otra vez el elixir doméstico frente a apuestas externas aún bajo sospecha.
Grau y Eugeni se han ganado tantos o más elogios en dos apariciones que Francho y Azón en sus tiempos en el equipo pese a que la productividad de los zaragozanos ha sido y está siendo fundamental en un recorrido de constantes curvas y peligros. Ciertamente son un par de fichajes interesantes y que elevan en aspectos muy concretos la plantilla, con Grau erigido en inesperado bigoleador y Eugeni en especialista a balón parado, pero el desenfoque del análisis delata el conformismo y hasta cierto punto la injusticia en unas comparaciones de momento fuera de lugar. A Sabin Merino habrá que seguir esperándole, pero ¿quién se siente con la autoridad de los argumentos, salvo JIM con los suyos, para situarle por delante de Azón?
Y ahí siguen. Francés y Francho pendientes de la renovación y con propuestas sobre la mesa. El centrocampista, junto a Azón, aún con ficha del filial y sueldos de rango bajo después de que Torrecilla descartara en enero invertir en dorsales de la primera plantilla para ambos. Tres goles, siete puntos y un compromiso a prueba de bombas amigas y enemigas. De esta etapa tan oscura, lo que está claro es que lo único que recordará el paladar de la historia es el sabor de estos productos caseros, auténticos y naturales.