Poussin y sus amigos sentencian a Escribá

Otro error escandaloso del portero permite la remontada del Atzeneta en el mayor ridículo histórico del Real Zaragoza en la Copa y deja al entrenador a las puertas del despido (2-1)

Un equipo de la quinta categoría del fútbol español ha eliminado en la primera ronda de la Copa a uno de los históricos del torneo. Sí, al Real Zaragoza aunque en ningún momento del encuentro frente al Atzeneta, de Tercera Federación, tuviera en sus futbolistas a representantes dignos de ser considerados profesionales. Juan Sebastián, que debutó el peor día posible, y Vaquero quedan al margen del escandaloso ridículo que protagonizaron todos sus compañeros porque cumplieron con su trabajo, los únicos. El resto, liderados por un Poussin que debería cruzar esta misma noche la frontera francesa con el despido bajo el brazo por cometer un nuevo fallo bochornoso que permitió la remontada de los valencianos, ni supieron gestionar el gol inicial de Mollejo ni imponer en ningún momento un ritmo de superioridad. Se esperaba que Fran Escribá, en el alambre por los malos resultados en la Liga, supiera transmitir a sus jugadores la necesidad de ganar y de hacerlo con autoridad. Hizo diez cambios, la mayoría ajenos a la titularidad, y nadie dio la mínima talla competitiva. El equipo se le ha ido de las manos precisamente en el mismo lugar del crimen donde debutó, en la Copa, pero esta vez con un grado muy superior de vergüenza que contra el Diocesano.

La pelota de la despedida del entrenador ha pasado de estar en el alero de Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero a situarse muy franca a los pies de los directores general y deportivo. Queda la incógnita de si le mantendrán hasta el partido del Huesca el próximo sábado en La Romareda, pero este accidente provocado por falta de calidad deportiva y psicológica de los futbolistas y por la impericia de un técnico para interpretar un tipo de partido cuyo desarrollo está escrito en las páginas de advertencia de este torneo, tendría que ser suficiente para rescindir su contrato. El Atzeneta hizo exactamente lo que se esperaba de él, incluso mucho más porque no es sencillo rehacerse a un marcador adverso, a un gol de Mollejo en el minuto 21 a pase de Bermejo que parecía traer la paz a un Real Zaragoza cada vez más inofensivo y con el sistema nervioso anudado a las piernas. En el duro césped artificial de El Clariano, los locales tardaron tres minutos en reaccionar, y encontraron a un aliado perfecto. Poussin se tragó un centro lateral que acarició Brandon ante la morosidad de Mouriño y la noche se puso de repente muy cerrada, amenazante cuando poco después un disparo de Gorxa fue escupido por el poste.

Las tragedias en el deporte se construyen así. La gloria para el modesto, también. Intensidad defensiva, orgullo, ambición y resistencia cuando el físico flaqueaba brillaron en un Atzeneta impecable en la lectura de una eliminatoria que sólo podía ganar con esos valores, justo de los que carece este Real Zaragoza al que se quería presentar como un equipo muy capaz de reponerse de sus heridas en la Liga, en las manos de un entrenador que no sabe administrar las segundas temporadas en los clubes en los que ha estado. Con esta eliminación, ya no hay margen para más farsas oficiales que incluyen la imagen distorsionada de un vestuario feliz. Con la derrota en los talones de la intuición, de ese desastre que se va anunciando canalla en cada pelota que detenía Ferri o era despejada una y otra por una retaguardia soberana, lo último que podía esperarse es que Poussin estuviera con la guillotina preparada una vez más. Pues lo hizo al aguantar en exceso un balón para enviarlo largo, gesto que Uclés adivinó para interceptar el esférico y marcar a portería vacía. Escribá buscó en sus hombres de confianza lo que no había hallado en Sergi Enrich, decepcionante e invisible; Mouriño, atacado cada vez que se le presionaba; Lluís López, dulce de leche ante cualquier mordisco furioso de un atacante; Moya, director sin partitura; Bermejo, bailarín de claqué; Valera, regateador de sí mismo; Mollejo, un volcán rabioso en una isla perdida…

Salieron Manu Vallejo, Azón, Mesa, Grau… El Real Zaragoza era ya un caos, la sombra sobre su sombra, un equipo desautorizado por otro tres categorías por debajo que conceptualmente estuvo un millón de escalones por encima. Este adiós en la Copa, sin parangón por el tremendo golpe recibido y consentido, cuestiona por completo el proyecto del ascenso. Este encuentro llevaba el veneno grabado en la piel y alcanzó el corazón desguarnecido de un Real Zaragoza sin alma, sin jugadores con personalidad y sin entrenador. Contra el Huesca puede que siga Escribá en el banquillo. Sería como sentar a un muñeco de trapo apaleado por sus jugadores y por su propios espejismos y ruidos  y ahora por un entorno que le ha acunado con una condescendencia deshonrosa.

2 – Atzeneta UE: Ferri; Ballester, Nacho Porcar, Fran Giménez, Héctor Camps; Leo Ramírez, Carlos Carrasco (Gomis, min. 76), Javi García (Salva Martí, min. 76), Borja (Adrián Domínguez, min. 76); Brandon (Casti, min. 66) y Gorxa (Mario Uclés, min. 66).

1 – Real Zaragoza: Poussin; Luna, Mouriño, Lluis López, Juan Sebastián; Toni Moya (Francho, min. 79), Vaquero, Sergio Bermejo; Valera, Sergi Enrich (Iván Azón, min. 66) y Mollejo (Manu Vallejo, min. 79).

Goles: 0-1, min. 21: Mollejo. 1-1, min. 24: Brandon. 2-1, min. 70: Mario Uclés.

Árbitro: José Luis Guzmán Mansilla (comité andaluz), asistido en las bandas por Ángel Valverde Martínez y Ángel Munuera Montero. Mostró tarjetas amarillas a Héctor Camps por el Atzeneta y a Vaquero por el Zaragoza.

 

02 comments on “Poussin y sus amigos sentencian a Escribá

  • Leonaredo , Direct link to comment

    Jugadores aficionados acabaron venciendo a profesionales con contratos en vigor y una más que respetableremuneración.
    No he visto el partido, pero puedo imaginarlo, ayudado por la memoria que guardo de otros anteriores.
    Tampoco son capaces de superar una barrera defensiva de un tercera federación, o así ?
    Tampoco el centro del campo y la defensa es capaz de sujetar las acometidas entusiastas de estos chicos que tienen el fútbol como hobby?
    Visto lo visto, hay que aplicar también el bisturí a esta plantilla de irresponsables que han permitido este ridiculo.
    Para ganar a este modesto equipo no es necesario que haya entrenador dirigiendo. Basta que los jugadores tengan vergüenza, amor propio y profesionalidad.

  • Félix , Direct link to comment

    Con lo del portero llueve sobre mojado. Ya comenté que no debería de jugar más mientras no aprendiera en otro equipo cediéndolo. No obstante, los jugadores son los principales culpables de la derrota, ya que ante un equipo de aficionados tienen la obligación de conseguir un resultado amplio en previsión de cualquier contingencia que pudiera ocurrir. Por otro lado, si para el partido contra el Huesca no hay un nuevo entrenador… o no tienen dinero… o son unos irresponsables… o ámbas cosas.

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