Qué triste es el Real Zaragoza

El VAR le negó un penalti y dejo sin validez un tanto por fuera de juego, pero el equipo de Gabi desconsuela por su impericia para jugar e inquietar al Albacete y se queda en el pozo de los malditos como el equipo menos goleador (0-0)

Para definir este Real Zaragoza se pueden utilizar todo tipo de adjetivos y ninguno válido para ensalzar su juego agonizante. Aburre, irrita, desespera, pero sobre todo entristece. Parece la comitiva de un funeral un día de lluvia torrencial. Lento, cada uno lleva su vela hasta que le quema en los pies y entonces el balón es lanzado a una tumba en la que escarba Dani Gómez hasta dejarse las uñas en busca de vida. Luego Soberón, Pau Sans… Lo que haya en el banquillo. No hay fútbol y posiblemente no hay futbolistas en la nómina de un Gabi Fernández que tampoco es entrenador alegre de conocimientos ni de recursos. No cabe la menor duda de que este equipo va a luchar por la permanencia aferrado a defenderse y a Akouokou, un mediocentro de gran amplitud física aunque sin las toneladas de magia que necesitan sus compañeros para inventar un truco cerca del área. Al Albacete le habían goleado de norte a sur antes de llegar al Ibercaja Estadio, donde se fue con la portería inmaculada. Aun en ese escenario viscoso, pudo llegar la primera victoria de la temporada, pero el VAR invitó al colegiado a corregir un penalti por una de esa manos que cada día admiten una interpretación distinta y no dio por válido un gol por fuera de juego de Saidu. Esos minutos de larga espera y senados deliberando fue lo más emocionante de un partido desagradable entre dos conjuntos aterrados por su pésimo inicio de curso. Al final ambos se quedaron donde merecen, en el pozo de los malditos, en la zona de descenso.

Tres goles ha marcado el Real Zaragoza en cinco partidos, la cifra más baja de la categoría. Tiene delanteros para regalar –podría hacerlo con alguno y nadie lo lamentaría–, pero la forma cobarde de afrontar los encuentros hace de la parcela ofensiva un balneario para cualquier defensa rival. Vallejo se hizo hasta la limpieza de cutis. Gabi, en teoría, puso a Kodro para talar el camino de obstáculos a Dani Gómez. Eso sí, a una distancia sideral, entre un bosque demasiado complejo para las virtudes del atacante. No sólo es cuestión de la orfandad de ambos, sino de un Real Zaragoza que cuando tiene la pelota se le queda la mente en blanco y repite pases cortos y en horizontal hasta resolver que lo mejor es desprenderse de él sin educación, de una patada hacia el vertedero espacial. El técnico se quitó de encima a Juan Sebastián para recurrir a Francho de lateral, una genialidad que le nominará para el nobel de entrenadores. El centrocampista no tuvo problemas con Morcillo (se supone que para eso se le reclutó) pero en banda volvieron a quedar retratadas sus limitaciones con la pelota, en un par de ocasiones con sonrojo de por medio porque con la portería enfrente y todo despejado para marcar envió el esférico al barrio de La Almozara. «Cómo desquiciar a un futbolista», firmará Gabi.

El Albacete no hizo nada para vencer. Vino para lamerse las heridas de las palizas anteriores y que cicatrizaran con un punto. Pasó algún apuro resuelto por Lizoain pero no pidió ni una sola tirita. No hay que diplomarse en carrera alguna para apagar la llama del Real Zaragoza, que tampoco encontró en Sebas Moyano ni Paulino soluciones para abrir grietas. Como el resto de sus compañeros, se mezclaron por el centro para pedir el pase al pie, reiniciar las jugadas y convertir las circulaciones en soporíferos estribillos de la misma canción. Todo como en el colegio aunque sin maestro en el campo ni en el banquillo. Guti, antes de abandonar el partido en el descanso con molestias, quiso darle sentido a esa de sinfonía renglones torcidos, de imprecisiones constantes. Imposible, su marcha dramatizó más la situación. Con Pomares invalidado para subir con profundidad y para entregar un balón en condiciones, las orillas quedaron amputadas en toda su magnitud y la dictadura del juego por dentro acabó imponiéndose sin referéndum. Tres puntos de 15 son para ponerse nervioso. Además con esa tristeza que no conduce a ningún lugar bueno de la mano de un entrenador con gestos profesionales de enterrador.

0 – Real Zaragoza: Adrián Rodríguez; Francho, Saidu, Insua, Pomares (Sebastia, min.83); Paulino (Valery, min.63), Akoukou, Raúl Guti (Keidi Bare, min.46), Sebas Moyano (Pau Sans, min.81); Kodro (Soberón, min.63) y Dani Gómez.

0 – Albacete: Raúl Lizoain; Fran Gámez, Pepe Sánchez (Javi Moreno, min.46), Vallejo, Neva; Lazo (Puertas, min.64), Riki, Meléndez (Villar, min.93), Morcillo (Valverde, min.82); Escriche (Jefté, min.64) y Medina.

Árbitro: Daniel Palencia (Cte. Vasco). Amonestó a Akoukou, por el Real Zaragoza, y a Pepe Sánchez, Neva y Vallejo, por el Albacete. Expulsó con tarjeta roja a Chus Herrero, entrenador ayudante del Real Zaragoza, en el minuto 38.

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada de LaLiga Hypermotion disputado en el Ibercaja Estadio ante 15.704 espectadores. Hizo el saque de honor el arquero Andrés Temiño, reciente doble campeón del mundo en arco recurvo individual y mixto en Gwangju (Corea del Sur).

One comment on “Qué triste es el Real Zaragoza

  • Félix , Direct link to comment

    Vi casi todo el partido pero el posible penalti solo lo vi en las numerosas repeticiones y siempre desde el mismo ángulo. Me parece que toca el balón en el pecho del jugador del Albacete. La otra jugada no alcanzo a ver el offside. Ni en Antena Aragón ni en la radio he oido la palabra «descenso». Señores y señoras, es lo más relevante. Y lo es porque mucho me temo que con el mismo nivel de juego no se va a salir de ese pozo. Por encima de cuadros técnicos y tablets está la responsabilidad de los jugadores. Son los protagonistas y cuando no salen las cosas son los que tienen que revolucionar la situación y buscar e incluso inventar situaciones. En los 10 últimos minutos se juega todo. Con empate a cero se puede dar la vuelta a un resultado. Sin embargo, vemos como se continúa con el mismo juego combinativo que no ha dado resultado en los anteriores 80 minutos jugados. ¿Por qué no han cargado el juego, exclusivamente, por las doa bandas y han insistido en los centros? Solo así se podía ganar generando situaciones de confusión en el rival, segundas jugadas con tiro a puerta, rechaces…Cuando no tienes la calidad futbolística del rival hay que jugar a no jugar para ganar y, hoy en dia por desgracia, ese es el R. Zaragoza. La prensa es muy culpable de la situación. Da verguenza oir los comentarios de algunos ex jugadores traidores zaragocistas.

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