¿Quo vadis con César Yanis?

Después de 12 jornadas, nada se sabe de César Yanis sabe esos 44 minutos que disputó frente al Oviedo en sustitución del indispuesto Nano Mesa. El fichaje más rocambolesco del verano, ofrecido a un precio muy inferior en un tanteo anterior de su antiguo representante, vive entre los compromisos de la selección panameña, la enfermería por una contractura y el fondo del banquillo, donde ha permanecido sin participar frente a Lugo en su primera citación, Ponferradina y Girona. En breve, si es convocado como todo parece, volverá a coger el avión para hacer frente a dos partidos clasificatorios para el Mundial de Qatar, el 13 de noviembre en Honduras y el 17 contra el Salvador. Se perderá por lo tanto el encuentro de Liga ante el Las Palmas y, seguramente, el del Leganés. De esta forma, su participación en la primera vuelta va a resultar testimonial salvo que JIM, que no parece muy dispuesto a contar con el centrocampista por esas constantes ausencias de la dinámica de trabajo del grupo, cambie de opinión.

El técnico tiene por delante en sus preferencias a cualquiera de los mediocampistas o delanteros cuando ha tenido que realizar cambios estando presente Yanis en la reserva. En Lugo eligió a Narváez, Álvaro y Bermejo; en la visita de la Ponferradina prefirió Adrián, Vada, Nano y Azón, y en Montilivi el entrenador escogió a Vada, Álvaro, Igbekeme y Borja Sainz. El octavo pasajero de Miguel Torrecilla (séptimo en orden de contratación) no se sabe muy bien hacia dónde va. Si acaso hacia las salidas internacionales de los aeropuertos mientras que, se supone, en la segunda vuelta del torneo alcance un mayor protagonismo.

El panameño, nada más regresar su país después de perderse las primeras cinco jornadas, se retiró del entrenamiento previo a la cita con la Real Sociedad como consecuencia de una contractura y no entró en la citación. Los 44 minutos frente al Oviedo figuran como su única aportación al equipo… Por el momento, y todo apunta a que será así el resto del curso, Yanis es un fichaje de autor, de un Miguel Torrecilla que va cerrando puertas a la cantera con el ajetreado pasaporte del futbolista en la mano como caprichosa excusa.

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