Ramírez bajo la espada de Damocles

Como ya he manifestado en otras ocasiones la caída y el empobrecimiento del Real Zaragoza hasta llegar a su ruina se produjo con Alfonso Soláns Soláns. No disputar la Liga de Campeones tras quedar cuarto en el campeonato doméstico echó por tierra el futuro negocio blanquillo y le entregó el testigo tras la última final de Copa a un tapado de la entonces cúpula socialista a otro Iglesias, en este caso Agapito. Su origen etimológico se encuentra en el griego clásico y su significado significa «amor» aunque tras la romanización y la consolidación del cristianismo en el Imperio se tradujo como «ágape» o comida fraternal. Todo esto viene a cuento de la desprofesionalización del Real Zaragoza en todas sus áreas de negocio y deportivas incluso con la llegada de la Fundación, incapaz de hacerse cargo de la necesaria renovación. Suponían que el ascenso llegaría por sí mismo pero en Las Palmas se vino abajo el proyecto. Si a esto añadimos la inesperada victoria de la extrema izquierda con Pedro Santisteve y la imposibilidad de llegar a un acuerdo para construir la nueva Romareda, la solución fue la venta a inversores de alto riesgo con la mediación de Juan Forcén, muy activo en los últimos meses, y hombre fuerte en la gestión intestina de la sociedad.

El martes, por sorpresa, sin anuncio previo por parte del club, se ofreció a trescientos abonados zaragocistas la oportunidad de verse cara a cara con Fernando López, MAR y Lluis López para compartir las sensaciones de la afición blanquilla. Tras el agónico empate en la Romareda el entrenador ya dijo que la organización era de un club regional, las instalaciones insuficientes y el público demasiado intransigente con la actuación frente al colista, seguramente por culpa de la prensa. Coincido con él en que no se ha hecho nada para renovar la Ciudad Deportiva y que existe un gran desapego con una cantera a la que solamente se utiliza para obtener ingresos, echarle a los lobos cuando las cosas van mal y no participar de ningún proyecto con el primer equipo que, con cada entrenador, cambia hasta la sustitución del técnico. Es interesante la incorporación de un psicólogo y la actualización de elementos tecnológicos, por supuesto, y en cuanto a la prensa, está controlada por la oligarquía y sirve para valorar la opinión de la gente con rumores o noticias contradictorias según llegan los fracasos. Y la exigencia del graderío ahora es mucho menor que la de los buenos tiempos cuando, con cuatro finales de Copa, dos de Copa de Ferias y varios internacionales, la afición recibió con sábanas y gritos al equipo por ser eliminados de la competición del KO por el Europa; o la bronca tras ganarle 8-1 al Español por no llegar a los dos dígitos.

Eso sí, la indignación por los cánticos de la Romareda es intolerable y los jugadores sufren el estrés -él está por encima de esas cosas- pero no asume que los dos partidos que ha dirigido desde el banquillo han sido insoportables, los técnicos rivales le han echado «la garra por encima», la construcción del juego fue inexistente y el fútbol ofensivo similar al de un ejército en retirada. Cuando no asumes los errores y empiezas a poner el ventilador para llenar de porquería a los demás puedes terminar sin nadie a tu lado. Y que recuerde el nuevo portavoz del Real Zaragoza, con verbo fácil y gestos elocuentes, que su director general ha sido contundente a la hora de considerar un fracaso no conseguir el ascenso. Y la espada de Damocles está encima de su cabeza.

 

 

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